L. Amaya, primer gitano doctor en Teología: «Nuestros primeros pastores no sabían leer; ahora estudian 4 años de seminario»

El pastor Luis Amaya Escudero es más conocido como «el abuelo», un apodo que tiene desde pequeño, pero que señala su inmensa impronta en la obra evangélica entre las iglesias de Filadelfia. Pastor desde los 14 años, es ahora el director de la Escuela Bíblica EBEF, con más de 50 sedes en España donde se preparan durante cuatro años aquellos que desean ser pastores en esta denominación tan ligada al pueblo gitano.

BARCELONA · 24 DE MAYO DE 2010 · 22:00

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En la entrevista concedida a emision.net este pastor cuenta no sólo su experiencia vital, sino también los proyectos y sueños que aún alberga para las iglesias de Filadelfia y también para todo el pueblo español. Luis Amaya, más conocido como «el abuelo», es pastor de la Iglesia de Filadelfia y reside en Barcelona. Es el primer doctor en teología de la Iglesia evangélica gitana, un título conseguido con mucho esfuerzo, derribando barreras sociales y culturales que le han impulsado a realizar una obra de formación entre el pueblo gitano. «El abuelo» conoció el evangelio a la edad de 12 años. «Mi familia empezó a ir a la iglesia evangélica y mi madre nos aconsejó que fuéramos. Fui para apoyar que fuera mi padre, pero una vez dentro, el Señor me tocó a mí», cuenta emocionado. Su familia tuvo un papel relevante en cuanto al enfoque de su vida, ya que desde pequeño le vieron como alguien responsable y serio. «En el pueblo gitano a todos se les pone un apodo. Entonces mi abuela me empezó a llamar abuelo y me quedé con ese nombre. Yo le di honor a ese nombre», reconoce. Y es que poco después, con sólo 14 años, ya estaba pastoreando una iglesia y predicando desde el púlpito. Con 15 años se casó y con 16 ya era padre. Una carrera vertiginosa que consiguió complementar, mientras pudo, con sus estudios de la Biblia. «En el 78, cuando ya estaba en el ministerio de predicar la Palabra, sentí la necesidad de prepararme». Gracias a un predicador ambulante conoció que existía un instituto bíblico, el CEEB, y con 14 años se embarcó en el estudio de la Biblia. Allí recibió la enseñanza de José Grau, Pedro Puigvert o José María Martínez, entre otros. «Fue una experiencia muy bonita», recuerda, aunque no pudo durar demasiado tiempo. «El problema fue que en aquella época había mucha necesidad de pastorear iglesias. Estuve sólo un año porque luego tuve que dedicarme a la iglesia. Recuerdo que me dolió mucho, pero entonces me dediqué al estudio autodidacta», explica Amaya. Para este pastor es un orgullo recordar las raíces de la Iglesia de Filadelfia. Cómo en un pueblo de Francia siete hombres conocieron el evangelio y lo llevaron con valor y con la fuerza del Espíritu Santo. «Ni siquiera sabían leer», cuenta el pastor. «De estos hombres se extendió la obra, hasta el punto de que hoy hay como 1.000 centros, casi 3.000 pastores que están predicando la Palabra de Dios», apunta. ESTUDIO DE LA BIBLIA Hoy la obra es distinta, pero el crecimiento continúa en medio de un pueblo gitano que ahora lucha por crecer también en el conocimiento intelectual o teológico de Dios. «Dentro de la Iglesia Filadelfia llevamos como 10 años luchando por abrir centros bíblicos. Se ha creado una Escuela Bíblica, tenemos más de 50 centros de estudio donde nuestros candidatos a pastores se preparan durante 4 años. Tenemos como 60 o 70 profesores, y la escuela bíblica tiene por nombre EBEF», explica. Cualquiera que quiera ser pastor debe pasar por esta escuela. «Aquí en Madrid hay dos iglesias donde todo candidato a ser pastor tiene cuatro años de estudio», explica Amaya, para quien finalizar los estudios es de mucha importancia. Este pastor ha terminado sus estudios a distancia, con la Universidad de California (CUM). Ahora es coordinador de la Escuela Bíblica en España. Pero a pesar de los estudios, reconoce que «el Espíritu Santo es el mejor profesor». METAS Y SUEÑOS La iglesia de Filadelfia está experimentando un cambio, y Luis es parte de este cambio. «Una de las metas es que haya una explosión evangélica. El porcentaje es mínimo aquí, y oramos para que llegue el avivamiento. Y otra es que la iglesia Filadelfia abra puertas en el mundo no gitano, para que podamos llegar a este mundo no gitano». El pastor concluye con algo que le ha guiado en todo este camino. «Si algo merece la pena es temer a Dios, amar a Dios, porque este es el todo del hombre. Les diría a todos que hicieran lo imposible por tener un auténtico encuentro con Dios». MULTIMEDIA Pueden escuchar aquí la entrevista de Esperanza Suárez a Luis Amaya Escudero.

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