Ágora «critica al fanatismo religioso, no al cristianismo», opina José de Segovia

Ágora se ha estrenado en España con un notable éxito de público. Pero además, la última obra de Alejandro Amenábar no ha dejado indiferente a nadie en cuanto el tema que plantea en la película. ¿Se trata de un alegato anticristiano, como muchos han acusado? El teólogo y crítico de cine José de Segovia ve una obra «con hambre y sed de trascendencia» que critica «el fanatismo religioso» ejemplificado en un terrible suceso histórico: el asesinato de Hipatia en Alejandría, en torno al siglo V.

MADRID · 26 DE OCTUBRE DE 2009 · 23:00

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En la entrevista concedida a eMision, José de Segovia repasa la trayectoria de Alejandro Amenábar, uno de los directores del cine español más premiados y seguidos desde su presentación con ´Tesis´. Para este crítico de cine la obra profundiza desde el personaje de Hipatia en el debate de las creencias, el enfrentamiento humano y la imposibilidad de la convivencia religiosa. Muchas voces han concluido que la película es un ataque al cristianismo, algo que en opinión de José de Segovia no es exacto. «La película es, sobre todo, una tesis» que usa una historia como excusa para presentar una idea clara del director que no es meramente anticristiana. Amenábar, opina De Segovia, defiende en el film «que la religión es un peligro para la convivencia», acusando «no sólo al cristianismo, sino también al judaísmo y al paganismo, que no sale ni mucho menos idealizado». AMENÁBAR Y «LA TRASCENDENCIA LAICA» El crítico contempla esta tesis de Amenábar en toda la película y sobre todo, en el personaje de Hipatia, que representa un ideal para el director. Ágora no solo es el título, sino un concepto clave que «hace referencia a una plaza pública donde se dirimen las diferentes doctrinas y diferencias de la vida». José de Segovia explica que en la película éste es el escenario «de una batalla» donde se suceden «gritos, matanzas que son el fondo, la banda sonora de la película». Pero Ágora está lejos de ser una película de acción. La película «trata de las diferencias religiosas que hacen imposible la convivencia, y en este caso se acusa al cristianismo especialmente». En este sentido los cristianos son presentados «como un elemento perturbador desde el inicio de la película, que es brutal, donde se ve un papel patético del cristianismo que es tristemente cierto». A partir de este planteamiento, el autor del film «plantea las dificultades de la fe en la convivencia y en el sentido de la vida». Pero para José de Segovia no es una crítica vacía, sino que la película va más allá. «Tiene un hambre y sed de trascendencia que muchos cristianos no han percibido», explica el teólogo ante las críticas desde ciertos sectores cristianos. «Quizá no han escuchado lo que ha dicho Amenábar» que busca «una espiritualidad en el cosmos, muy inspirada por la lectura de Carl Sagan, un personaje fascinante». Como el famoso autor de ciencia ficción, «que también tuvo una desembocadura antes de morir a una vida más allá del universo, algo poco habitual para alguien totalmente ateo y materialista». Amenábar, pues, se encuentra buscando una verdad trascendente. «Ahora se confiesa ateo, y hay una reacción ante el catolicismo que ha recibido de la infancia, pero se ve que ha estado luchando con él», explica De Segovia. Para el crítico es sorprendente que el director reconozca «una atracción por la persona de Jesús» que, sin embargo, «no sabe cómo casar como su estilo de vida». En este sentido, considerar a Amenábar «de enemigo de la fe» es «una reducción y una falta de sensibilidad espiritual de nivel descomunal». ATAQUE A UNA HISTORIA DE FRACASOS Por otra parte, José de Segovia defiende la honestidad de Amenábar al no explotar la película como base para un discurso personal ´anticristiano´, algo que sin duda le hubiese abierto puertas en muchos mercados. «En lugar de alimentar ese discurso hace todo lo contrario en las entrevistas», en las que establece claramente Amenábar diferencias «entre el cristianismo y el catolicismo, o la diferencia entre Jesús y el cristianismo». Por ello para el teólogo es un error «muy simplista» interpretar la película desde la perspectiva global de «una amenaza» a la fe. José de Segovia confiesa que «no me puedo sentir ofendido» conociendo la historia de la iglesia cristiana, «llena de episodios patéticos». Sin dejar de decir y responder, recuerda, que «hay una historia negra que también se da en el paganismo, que se refleja en su herencia en sistemas como el comunista o en la revolución francesa». Pero en cualquier caso, concluye, no se pueden en ninguna forma justificar los episodios de la historia de la iglesia que son trágicos o «contradictorios». Además, para el crítico «resistirse a ello es cerrar los ojos y no considerar seriamente el principal prejuicio por el que muchos se mantienen alejados de la fe», concluye. LA TRAMPA DEL CONOCIMIENTO LIBERADOR En la película se establece la idea de que el conocimiento es capaz de liberar. Una idea que José de Segovia considera «algo ingenua». «Las preguntas que se plantean son correctas pero las respuestas que se dan, evidentemente, no lo son», porque «el conocimiento no propone más que una liberación imaginaria». Sociedades avanzadas como «lo era la alemana de mediados del siglo XX» podía asesinar a millones de personas mientras disfrutaban de la música clásica y eran cuna del arte. Para José de Segovia el problema del hombre «no es de conocimiento, es mucho más profundo» y en este sentido «Jesús apunta que lo que esclaviza al hombre es la contradicción propia del hombre, lo que la Biblia llama pecado». La sociedad en la que vivimos «está llena de conocimiento: hay todo tipo de campañas de información y previsión, y no por ello deja de haber drogadictos, violencia doméstica o embarazos indeseados». Por eso, «el problema no es el no saber, sino qué hacemos con aquello que sabemos que no debemos hacer». De Segovia apunta también al fracaso de la ética, «que nos puede enseñar qué hacer, pero ¿dónde está el poder y la capacidad para hacerlo?» En ese sentido, dice, la vía que busca Amenábar es utópica y ha llevado y lleva al fracaso. LA UTOPÍA CRISTIANA EN ÁGORA Si la propuesta humanista fracasa, la acusación de Ágora es que la cristiana tampoco funciona. José de Segovia reconoce que «la historia de la religión no muestra una liberación clara del hombre». Sin embargo «estos abusos no es porque fueran demasiado cristianos, sino todo lo contrario: porque realmente no habían entendido el evangelio». Para realizar la película, Amenábar analizó el Nuevo Testamento, y «él mismo reconoce que hay una parte muy atractiva en el cristianismo». José de Segovia señala a uno de los grupos presentados, los parabolanos, «que empiezan cuidando enfermos y se convierten en una fuerza de matones, talibanes al estilo cristiano». Por eso Amenábar «observa que el ideal está muy lejos de la realidad». El teólogo reconoce que el cristianismo se sostiene «en situaciones que aún no conocemos plenamente, que aún no hemos vivido». «El anuncio cristiano de que un día habrá justicia no es un anuncio de una realidad presente, sino cuando Jesús mismo vuelva y juzgue a todo hombre», algo que Amenábar no acepta. «Aquí se ve el rechazo de Amenábar a la propuesta del evangelio» y donde el mismo director reconoce problemas para entender el Nuevo Testamento. José de Segovia cree que Amenábar «no habla desde la ignorancia, sino desde el conflicto mismo interior de aceptar la verdad de lo que está revelado». El director «confronta su moral, su justicia con la que Jesús muestra y finalmente se encuentra dentro de ese conflicto». De Segovia sin embargo alaba la inquietud de Amenábar, ya que «no muchos intelectuales o artistas en España leen la Biblia o la toman en serio para analizar lo que dice». Por eso, considera que «no debemos condenarlo por no llegar a la respuesta de fe a la que hemos llegado nosotros, sino sólo orar y esperar que pueda llegar y encontrar esa esperanza que está en Jesús». HIPATIA, ¿MODELO MESIÁNICO? Algunos críticos han señalado que el personaje de Hipatia contiene claros elementos mesiánicos. José de Segovia está de acuerdo, señalando que «ante la ausencia de Jesús en el Ágora aparece Hipatia, que representa muchas cosas de lo que Jesús es en el evangelio». Las similitudes comienzan allí, donde se respeta la sabiduría de esta mujer, «unas palabras como nunca antes se habían oído, algo que sucedía con los contemporáneos de Jesús». También en la película, el personaje interpretado por Rachel Weisz tiene «una actitud de comprensión, entendimiento y amor por los que tiene a su cuidado, que la adoran y veneran de forma que no pueden prescindir de ella». Pero la gran diferencia y el problema está «en la salvación que provee Hipatia, que viene por su sabiduría». Para el crítico, «hay un neognosticismo, un neoplatonismo de trasfondo que está presente y en contradicción con el mensaje cristiano, algo que el mismo Nuevo Testamento responde». De Segovia recuerda que «estas mismas ideologías aparecen en la etapa apostólica, siendo Pablo quien demuestra que la salvación por la gnosis es vana, inútil». La muerte de Hipatia no es por tanto un símbolo de la muerte de Cristo. «Su muerte y martirio es una tragedia que no salva a nadie, a diferencia de la que Cristo experimenta, pero está claro que sí nos habla de un ejemplo de convivencia». De Segovia afirma que no hay mejor ejemplo que el de Jesús, «aquel que colgado de una cruz clama que perdone a sus enemigos». UN DESAFÍO A LOS CRISTIANOS José de Segovia entiende que la película «es un gran desafío para los cristianos», donde la respuesta «no puede ser decir: qué odio nos tienen». «Ésa no es la respuesta de Jesús» y por tanto los cristianos tenemos que responder «con gracia». «No hay nada más allá del evangelio de la gracia de Dios», un mensaje que «se contrapone a todos los proyectos de automejora del hombre, sea cual sea su carácter», también el religioso. Por eso el teólogo y periodista aconseja abrir los ojos «y reconocer la profunda contradicción de una religión sin Cristo, la triste y trágica realidad del cristianismo sin Cristo». El llamado es «mostrar la diferencia que hay en Jesús y no pretender justificar una defensa de lo indefendible», concluye De Segovia. La película, «una recreación histórica más o menos acertada», sigue triunfando en los cines españoles tras su tercer fin de semana en cartelera. No se ha estrenado en el mercado anglosajón, donde todavía no cuenta con un distribuidor que necesitará para recuperar los millones invertidos en la que ya es la película más cara de la historia del cine español. MULTIMEDIA Pueden escuchar aquí la entrevista completa de Daniel Oval a José de Segovia titulada "Ágora, ¿anticristiana?" También pueden leer el artículo de la columna de crítica de cine y literatura (mARTES) de José de Segovia titulado ¿Jesús en el Ágora?”

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