¿Hacia qué horizonte camina U2?

El grupo irlandés U2 actúa el 30 de junio y el 2 de julio en Barcelona, para presentar su nuevo disco, No Line On The Horizon, que según un teólogo de Alabama, es “lo más cristiano” que el grupo “haya hecho hasta ahora”. El profesor de la Universidad de Samford, Steven Harmon dice en unas declaraciones a una agencia de prensa bautista, que “lo que califica a este álbum como totalmente cristiano, no es tanto sus continuas imágenes bíblicas y teológicas, sino la visión escatológica que lo u

29 DE JUNIO DE 2009 · 22:00

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Era el primer partido de la NBA el año 2001 en Los Ángeles, cuando anunciaron de repente que U2 actuaría en el intermedio desde Boston. Las cámaras conectaron en ese momento y descubrieron a su cantante Bono, de rodillas orando, mientras comenzaba a recitar las palabras del Salmo 116 ante la televisión nacional: ¿Cómo podré pagar al Señor todo el bien que me ha hecho? El cantante de la banda más popular de rock del planeta hacía suya así una vez más las palabras de David: Levantaré la copa de la salvación e invocaré su nombre, cumpliré mis promesas al Señor… Tal expresión de adoración no deja de sorprender en un músico de rock, que es especialmente conocido por su lectura de la Biblia, pero también por la agresividad y el lenguaje obsceno de muchas de sus declaraciones. La espiritualidad de Bono es algo difícil de entender para alguien que examina su fe desde una perspectiva tradicional religiosa. Hijo de un católico y una protestante, el cantante de U2 se crió yendo con su madre y su hermano a una pequeña capilla de la Iglesia de Irlanda (miembro de la Comunión Anglicana), mientras su padre iba a misa a la parroquia que había algo más arriba en el barrio de Finglas, al norte de Dublín. Al recordar esos días en su prólogo a la edición de los Salmos de la llamada Biblia laica (publicado el Día de la Reforma por el diario The Guardian el año 99), Bono confiesa que no sólo le fascinaban las vidrieras de aquella iglesia o la hija del pastor, sino las palabras del Salterio y el himnario que cantaban, así como la música del Salmo 23 según la conocida melodía protestante que venía de la Reforma en Escocia. ¡Es obvio que alguien con esa educación jamás podía ser un buen nacionalista republicano! Ya que la fe que refleja U2 no tiene que ver en realidad con ninguno de los dos bandos en los que está dividida la religión organizada en Irlanda. “Tengo éste hambre en mí”, dice Bono. “Por todas partes veo la evidencia de un Creador, pero no lo veo como la religión, que ha cortado mi pueblo en dos”. De hecho, “no veo a Jesucristo como parte de una religión”, dice el cantante de U2. “La religión para mí, es casi lo que hay cuando Dios ya no está y la gente inventa una serie de reglas para cubrir ese vacío”. Bono solía visitar mucho entonces a unos vecinos que eran de una Asamblea de Hermanos, los Rowans. Su hijo era uno de sus mejores amigos, junto a Gavin Friday. Los dos serían luego parte de un grupo punk de vanguardia llamado Virgin Prunes. El hermano pequeño de Rowan ha llegado a ser también conocido en todo el mundo por ser el niño que aparece en la portada de dos de los primeros discos de U2, Boy y War. Bono solía ir a estudios bíblicos y reuniones de avivamiento con esa familia de Hermanos, a la vez que iba a la Asociación de Jóvenes Cristianos (YMCA). ¿POR QUÉ EL DIABLO HA DE TENER TODA LA BUENA MÚSICA? U2 nace en un colegio de Dublín llamado Mount Temple. Era la única escuela no confesional en un país completamente dominado por el catolicismo-romano. Algunos profesores sin embargo eran cristianos. Una de ellas, dice Bono, “realmente nos mostró lo que Dios puede hacer en la vida de una persona”. Más de cien alumnos se reunían para orar cada mañana y a la hora de comer. Otro profesor creyente llegó a ser luego pastor de la Iglesia de Irlanda y haría la boda de Bono en 1982 con una de sus compañeras, Alison Stewart, con la que está todavía casado. El guitarrista del grupo es un inglés conocido por el apodo de The Edge. Se
 
interesó por el cristianismo a raíz de un curioso episodio en un McDonalds, en el que un Hare Krishna empezó a ridiculizar a un hombre que estaba leyendo una Biblia. Es así cómo empezó a asistir junto al batería, Larry Mullen, a las reuniones de la comunidad cristiana evangélica carismática Shalom, donde Bono iba ya a estudios bíblicos y encuentros de oración. Los dos llegaron pronto a la fe por su testimonio. El bajista del grupo sin embargo, Adam Clayton, nunca se ha declarado como creyente y ha asistido siempre algo extrañado a las declaraciones de fe de sus compañeros. Su segundo disco, October (1981) fue recibido como “un LP cristiano” por la principal revista musical irlandesa (Hot Press), que ha seguido siempre especialmente de cerca su carrera. Títulos como Gloria y Rejoice son verdaderos cánticos de alabanza, mientras que Tomorrow o With A Shout (Jerusalem) proclaman la cruz de Cristo. Hasta entonces eran muy pocos los artistas en el mundo del rock que declaraban su fe cristiana ante al gran público. Sólo Cliff Richard, el equivalente británico a Elvis Presley, era conocido por ser evangélico desde los años sesenta. Aunque Bob Dylan había anunciado su conversión dos años antes, con su álbum Show Train Coming, para muchos esto no era más que el clavo que faltaba ya para cerrar su ataúd. Es cierto que se ha creado toda una subcultura, que mantiene todavía una floreciente industria en el mundo cristiano, bajo la etiqueta del gospel o el rock de Jesús, como se le llamó a principios de los años setenta. Pero afortunadamente U2 no conocía nada de ese ghetto en el ámbito de Dublín, por lo que nunca se plantearon si ellos iban a hacer rock como una forma de testimonio. Su presencia en el festival cristiano de Greenbelt el año 81 sirvió en ese sentido no sólo para confirmar su fe, sino para mostrar su identificación con la filosofía de este encuentro conocido en todo el mundo por su separación del arte de toda forma de evangelización. U2 por eso realmente nunca ha querido utilizar su música como un medio para propagar su fe. Esto creó finalmente una serie de tensiones en la comunidad de Shalom, cuando uno de los miembros de este grupo carismático en el norte de Dublín dijo que había tenido una profecía, por la que Dios les decía que disolvieran la banda. Bono, Larry y The Edge tenían apenas veinte años, por lo que no sabían muy bien que pensar al respecto. Alguien relacionado con el grupo entonces, Andy McCarroll tenía una banda parecida en Belfast, con la que había grabado un disco de nueva ola, bajo el nombre de Moral Support, después de hacer un par de álbumes de folk. El pastor de su comunidad logró que abandonara la música, después de haber empezado a tener cierto éxito. Esto confundió mucho a The Edge, que solía pasar tiempo con él en Dublín. ¿UN CRISTIANISMO SIN IGLESIA? La dirección de muchas comunidades carismáticas empezó a tomar una forma cada vez más estricta y controladora a partir de los años ochenta. En muchos de estos grupos, el pastor dice todavía hoy a los miembros todo lo que tienen que hacer, por lo que no pueden tomar ninguna decisión personal sin consultarle antes a él. Algunas de estas iglesias en casas tienen incluso un sistema por el cual cada persona ha de dar cuentas a otra de todo lo que hace. Esto ha favorecido un clima enormemente autoritario, que ha llegado a conocerse en inglés con el nombre de heavy sheperding. Este pastorado pesado ha dañado tanto la imagen del movimiento carismático, que ha pasado para muchos de ser un ámbito de libertad, para convertirse en una atmósfera tan opresiva, que parece más propio de una secta que una iglesia. Esto no explica la contradicción de un cristianismo sin iglesia, pero ayuda a entender el distanciamiento que los tres miembros creyentes de U2 tuvieron de su comunidad a partir de October.. “Era como hacerse de los moonies”, recuerda Larry, que fue el primero en salir de la comunidad. Le siguió Bono, pero para The Edge esto no era tan fácil. El ejemplo del sacrificio por el que su amigo McCarroll abandona la música a causa de su fe, hace que el guitarrista se plantee seriamente abandonar el grupo en la época de War (1982). Ya que para él, “era reconciliar dos cosas que parecían excluyentes”. The Edge aún le confiesa al escritor Bill Flanagan el año 95, en su libro U2 At The End of The World que: “nunca resolvieron la contradicción, esa es la verdad, y probablemente nunca lo logremos”. Es evidente que la fama trae ciertos peligros a nivel espiritual, ya que va unido a todo un
estilo de vida lleno de tentaciones, donde uno puede quedar fácilmente atrapado en un mundo de drogas, sexo sin compromiso y un terrible materialismo. El problema es que cuando Dios da unos dones, esto supone riesgos, pero también una responsabilidad. No es mejor discípulo aquel que sacrifica sus dones, sino el que los usa para el Reino (Mateo 25:14-30), evitando no perder su alma, al intentar ganar el mundo. U2 ha vivido desde entonces en el borde del abismo que separa lo profano de lo sagrado. Nadie negará que en esa delgada línea que divide el cielo del infierno, es imposible a veces no quemarse con las llamas, pero hay pocos ejemplos de músicos contemporáneos que hayan logrado mantener su fe, sin ver su trabajo como una forma más de entretenimiento. The Edge decía en el año 95: “Supongo que hemos cambiado mucho de actitud desde entonces, pero la fe central y el espíritu de la banda sigue siendo el mismo”. Aunque cree que ahora tiene “cada vez menos paciencia con el legalismo”, lo que mira es “simplemente si vives una vida de fe”. Desde entonces es evidente que no han dejado de leer la Biblia. Sus citas se repiten una y otra vez a lo largo de sus canciones, pero a la vez han tomado un papel cada vez más claramente político. Comenzó con su oposición a lo violencia en Irlanda del Norte en War, pero continuó con un compromiso creciente con la lucha por la justicia social en el mundo. Esto preocupó a muchos cristianos, que los veían cada vez más lejos del corazón del Evangelio. Su discurso se hacía cada vez más duro y no desaprovechaban ninguna oportunidad de criticar el cristianismo norteamericano. FUEGO INOLVIDABLE Su álbum del año 84, The Unforgettable Fire, fue el primero que hicieron después de dejar la comunidad. Este disco representa todo un salto de madurez, al hacer un misterioso trabajo lleno de carga poética y sonidos impresionistas. Su tema sigue siendo la esperanza, el calor del hogar y el amor que se entrega, pero sobre todo resalta el impacto de otra forma de entender la fe, inspirados por el ejemplo de Martin Luther King. El titulo mismo viene de una exposición que vieron en el Museo de la Paz de Chicago, donde una serie de recuerdos de los supervivientes de Hiroshima acompañaba un homenaje a la figura de este pastor protestante. La canción que le dedicaron (MLK) cierra el disco de una forma similar a como lo hace el Salmo 40 en War. Es un tema intrigante, lleno de profunda tristeza al recordar su muerte, que contrasta con la celebración de su vida que hacen en Pride. “Si voy a América y pongo la televisión”, dice Bono el año 87, “empiezo a sudar enormemente cuando veo a esos tipos que han convertido la fe en un negocio”. Cuando el cantante de U2 habla de los evangélicos norteamericanos, piensa en esos predicadores que pretenden hacer sanidades con una mano que parece salirse literalmente de la pantalla. “¡Es terrible!”, dice Bono, “soy cristiano, pero a veces me siento tan lejos del cristianismo”. Puesto que “el Jesucristo en que yo creo fue el hombre que tiró las mesas en el templo y echó a los que cambiaban el dinero, que eran como los televangelistas de hoy”. Es contra estos predicadores que habla Bono en el concierto grabado en la película Rattle and Hum, que “roban dinero al enfermo y al anciano”, ya que “al Dios en que yo creo, no le falta el dinero”, dice el cantante. Si hay algo que te desarma siempre en las declaraciones de U2 es su honestidad. Bono se muestra a veces avergonzado por ser considerado un ejemplo de fe cristiana. Dice en una entrevista del año 88: “La razón por la que me atrae la luz de las Escrituras es porque muestra otro lado de mí que permanece oculto”. Aunque tiene grandes ideales y aspiraciones de paz, se siente capaz de la agresión más brutal. “Me gustaría poder vivir al nivel que exige el cristianismo, pero soy como un aficionado”, dice Bono. Es por eso que la mejor declaración de fe que ha hecho U2 es tal vez su canción Todavía no he encontrado lo que busco. Este tema de The Joshua Tree (1987) es “una canción evangélica para un espíritu inquieto”, dice Bono. En él canta: “Rompiste los lazos / soltaste las cadenas / llevaste la cruz / y mi vergüenza / sabes que lo creo. La redención, la expiación y la muerte vicaria de Cristo en una declaración teológica sin precedentes, llena de esperanza, en el espíritu de Filipenses 3:4-16. La fuerza escatológica de esta oración representa en ese sentido lo mejor del espíritu del gospel. Es evidente que el estilo de vida de un grupo con el éxito de U2, no beneficia por supuesto su integración en la Iglesia. Ya que su fama hace que algo tan sencillo como sentarse en un banco y pasar desapercibidos, sea para ellos algo casi imposible. Como ha dicho Bono, si un día pudiera y quisiera asistir a una iglesia regularmente, sería aquella a la que más gente fuera en Dublín, pero no por algo que Dios hiciera, sino simplemente porque él estaba allí. Esa falta de compromiso y responsabilidad le hace verse en ese sentido como un Acróbata, en su canción de Achtung Baby (1991). Aunque asegura: “Me uniría al movimiento / si hubiera uno en que pudiera creer / Sí, partiría el pan y el vino / si hubiera una iglesia que me recibiera”. Dios conoce la realidad de su fe, pero la pregunta para nosotros es: ¿Somos nosotros esa iglesia? LA AVENTURA AMERICANA La relación de U2 con América viene ya desde su primer concierto en Nueva York en 1980. Algo lógico, teniendo en cuenta que hay más irlandeses viviendo en Estados Unidos que en Irlanda. Las inmigraciones masivas desde la época del hambre han hecho que millones de norteamericanos tengan ascendencia irlandesa. La fascinación de Bono por la literatura americana tiene que ver con la llamada generación beat de los
 
años cincuenta. Algunos de aquellos poetas han tenido una influencia fundamental en la historia del rock, pero Allen Ginsberg y su Aullido interesaron especialmente a Bono por las raíces bíblicas que encontró en este autor judío, convertido luego al budismo. Al leer su poesía descubrió que “en los Salmos las ideas riman más que las palabras”. La otra gran inspiración que U2 encontró en la cultura norteamericana viene de la escritora Flannery O´Connor. Esta gran narradora del profundo sur de Estados Unidos es conocida por el tema que ha apasionado más a Bono desde su adolescencia: la irrupción de la gracia en medio de un escenario de terrible violencia. Su muerte de cáncer a los 39 años elevó a mito a esta autora convertida al catolicismo, que tan bien ha retratado la otra cara del sueño americano. Canciones como Exit muestran el giro característico de las historias de O´Connor, que acaban con ese final trágico, en que la luz apenas logra emerger en medio de una profunda oscuridad. Rattle And Hum (1988) recopila en un sentido todas las influencias del rock´n´roll. Desde la reivindicación del Helter Skelter de los Beatles (hasta ahora asociado a los crímenes de la secta de Manson), la guitarra de Hendrix (parodiando el himno nacional) o la visita a la mansión y los estudios de Elvis, pasando por el jazz (en el homenaje a la trágica vida del Ángel de Harlem, Billie Holliday), el blues (más espiritual que nunca, tanto en su sonido callejero con la pregunta del Éxodo, como en la interrogación de la Cruz, por la que confiesa con B. B. King, que Estaba allí cuando crucificaron a mi Señor) y la referencia explicita al gospel de I Still Have Not Found What I Am Looking For. La definición de Dios de Lennon (“un concepto para medir el dolor”) encuentra así su respuesta en God Part 2, que añade el particular no credo de U2, encabezado por el diablo y sus mentiras. Y Dylan es finalmente evocado en directo con su All Along The Watchtower (añadiendo la frase de “todo lo que tengo es una guitarra roja, tres acordes y la verdad”), pero también firma con Bono una impresionante canción ( Love Rescue Me), basada en el Salmo 23, que es toda una oración:
En el frío espejo de un cristal, veo mi reflejo al pasar; veo las negras sombras de lo que antes fui; veo sus ojos teñidos de rojo, del color de mis mentiras. Y digo: ¡Amor, rescátame!
FLIRTEANDO CON EL DIABLO Es cierto que mucha gente está cansada ya de oír a estrellas del rock hablar de los problemas de este mundo, mientras exhiben su estilo de vida millonario, haciéndose fotos con la gente más miserable de todo el planeta. La imagen que daba el grupo irlandés U2 a principios de los noventa producía esa impresión patética de tantos personajes de moda que se llenan la boca de discursos de justicia social, entre expresiones obscenas mientras exhiben su último modelo, en medio de los excesos del alcohol y las drogas. ¿Qué había quedado de aquellos chicos sanos de Dublín de los años ochenta, llenos de grandes ideales y fervor cristiano? A pesar de los esfuerzos apologéticos de autores como Steve Stockman (un pastor presbiteriano irlandés que ha escrito un interesante libro sobre el itinerario espiritual de U2, llamado Walk On), hay momentos en la carrera de este grupo que son difíciles de justificar. Por lo que el amor que algunos sentimos por esta banda no nos ha de hacer tan ciegos que acabemos defendiendo lo injustificable… Bono, como suele decir la prensa, ha sido siempre un gran bocazas y sus declaraciones oscilan a menudo entre lo sublime y lo ridículo, en apenas una frase. Su lenguaje es tan sucio como el de la mayor parte de la gente hoy en día, aunque también es cierto que lleva más de un cuarto de siglo hablando de cosas de las que poca gente habla hoy en día. Ya que sus intereses no se limitan a la música, la sociedad o la política, sino a realidades espirituales trascendentes como el cielo o el infierno, ángeles y demonios, liberación y redención, gracia y paz. De hecho es raro el artículo o la entrevista que no mencione las palabras fe, mística o religión. El primer disco sencillo de U2 en los años noventa es el desconcertante The Fly (La Mosca). El sonido industrial de Achtung Baby (1991) nos presenta la voz distorsionada de Bono y unas fotos en actitud de clara provocación sexual. La lujuria se mezcla con el romanticismo de un canto hedonista, difícil de relacionar con cualquier concepto de pureza o santidad. Se hace pública entonces también la noticia del divorcio
de The Edge y todo parece anunciar la traición a Cristo evocada en Hasta el fin del mundo. Jesús aparece todavía en One, pero ¿cómo entender el espíritu divino femenino al que Bono canta en la banda sonora (que hace con su amigo, educado en los Hermanos, Gavin Friday) para la película En el nombre de Padre (1993)? Para todas estas cosas hay por supuesto muchas explicaciones, pero no deja de ser como mínimo confuso el reflejo de su fe en un disco como Zooropa (1993). Uno parece asistir ante tal ceremonia de la confusión, como si U2 se hubiera convertido en una banda de glam-rock, al mostrar entre los mareantes flashes a un Bono vestido de cuero apretado y reluciente, mientras pantallas de televisión disparan todo tipo de mensajes subliminales contradictorios, en toda una exhibición tecnológica. No es extraño que ante tal espectáculo, algunos críticos se pregunten si se puede caer todavía más bajo. Algunos ven sin embargo aquí una burla de la post-modernidad, pero la ironía resulta demasiado sutil, para ser captada por la mayoría de la gente. Los exegetas de U2 hablan aquí de un divorcio de personalidad en las figuras con las que Bono se presenta como un actor ante los medios de comunicación. Pasa así de La Mosca a ese cruce de una estrella del rock como Jerry Lee Lewis con su primo el televangelista Jimmy Swaggart (que atiende al nombre de Mirroball Man), para convertirse finalmente en una nueva versión de Mefistófeles que es McPhisto, luego transmutado en un Elvis diabólico. Todo un poco esquizofrénico, la verdad… Es así como Bono decide vestirse de diablo, con lo que acaba ya de entusiasmar a sus oyentes cristianos… Aunque alguna vez ha dicho que sacó la idea de las Cartas del diablo a su sobrino del escritor cristiano C. S. Lewis, como aparece incluso en unos dibujos animados que aparecen en uno de sus videos. El problema como siempre es su inmensa egolatría, que ahora parece cada vez más acompañada de un tono cínico, que da a todo ello un aspecto de frivolidad. VANIDAD DE VANIDADES A mediados de los noventa U2 está ya cansado de jugar el papel de estrellas. Las promesas de fama y fortuna, que anuncian los placeres de este mundo, no esconden detrás del neón más que la medianoche. La verdad es que “hace frío afuera, aunque esté muy iluminado” (Zooropa). “El hombre construye una ciudad de bancos y catedrales” (Lemon), pero bajo suss calles está “la piel y los huesos de una ciudad sin alma” (The Wanderer). Bono ve la futilidad de una vida sin Dios en este tema llamado originalmente El Predicador (por estar basado en Eclesiastés), al que pone su voz en el disco el cantante evangélico Johnny Cash: “Salí allí fuera / en busca de experiencia / probar y tocar / y sentir lo más posible / que el hombre pueda / antes de arrepentirse”. Este motivo es el que hace que una canción tan extraña como Papá va a pagar por tu coche roto pueda ser en realidad una nueva versión del hijo pródigo, que quisiera desvelarnos el asombro de la gracia. La misma idea de parábola que puede haber en La primera vez, cuando el protagonista tira las llaves del Reino, para salir por la puerta de atrás. Según el libro de Niall Stokes, Bono estaba pensando en este caso en el pastor Al Green, convertido en un famoso cantante de soul. Es evidente que parece inútil “buscar al bebé Jesús bajo la basura” (Mofo). El álbum Pop (1997), cierra la trilogía de esos inquietos noventa, que muestran un vacío de la esperanza y verdad, que vibraba en sus canciones de los ochenta. “Buscando salvar mi alma / buscando en lugares donde no crecen las flores / buscando llenar lo que Dios hizo completo” (Mofo). Aparece en Bono la nostalgia por la madre perdida a los 14 años (cuya búsqueda se mezcla con la de Dios ya en una de sus primeras canciones, I Will Follow). Está claro que está intentando encontrarse a sí mismo. En sus conciertos de Popmart, el cantante grita: “Fui buscando el espíritu y encontré alcohol; fui en busca del alma y compre algo de moda; quería encontrar a Dios, pero me vendieron religión”. Por lo que ¿dónde está Dios entonces? Si el cristianismo se ha comercializado y “han puesto a Jesús en la industria del espectáculo / ahora es difícil encontrar la puerta” (Si Dios enviaría sus ángeles). Pero hay hambre de eternidad en temas como Wake Up Dead Man o The Playboy Mansión. El amor de Pop “es duro / no es lo que tú piensas / es grande / mayor que nosotros”. Si te preguntas incluso cómo se ha mantenido el matrimonio de Bono a lo largo de tanto tiempo, la respuesta es que están “unidos por el pegamento de Dios” (Staring At The Sun). Son muchas las canciones dedicadas a su esposa Ali, con la que se casó a los 22 años, después de estar con ella desde los 16 años. Ella no sólo ha criado a sus cuatro hijos, sino que también se ha licenciado en la Universidad y fundado una ONG para los niños de Chernobyl. Ese fundamento divino es el que ve también en la base de la ansiada paz de Peace On Earth, por la que clama a Jesús: “¿Puedes tomarte el tiempo / de echar una cuerda a un hombre que se ahoga?”. SED DE ETERNIDAD El disco que abría este nuevo milenio, All That You Can´t Leave Behind (2000) anunciaba una vuelta a lo básico, regresando a la simplicidad de los orígenes en su gira Elevation. Su honestidad muestra de nuevo una vulnerabilidad desarmante. Salman Rushdie recuerda una comida con Bono y su nuevo colaborador, el director de cine alemán Wim Wenders, con el que ha hecho ya varias películas. En ella Bono comentó que “el artista ya no debe usar la ironía”, porque “ahora hace falta hablar claramente”. Emprende así la campaña por el Jubileo en el año 2000, en la que se reúne incluso con el Papa, aunque dicen que preguntó antes si sabía que él no era católico (a pesar de que lleva un rosario colgado del cuello, que es una copia del que le regaló). Se anuncia un nuevo día de esperanza (Beatiful Day) en este disco, en cuya portada algunos ven incluso una referencia a Jeremías 33:3. Es momento de “hacer las maletas para un lugar en que ninguno de nosotros ha estado / un sitio que se tiene que creer para ser visto” (Walk On). Por lo que “toda la moda / todo lo que haces / todo lo que construyes / todo lo que rompes / todo lo que mides / todo lo que robas / todo esto puedes dejarlo atrás”. Esa sed de trascendencia reaparece en la conversación con su amigo muerto, el cantante del grupo INX, que se suicidó (Stuck In A Moment). Busca la elevación de ese amor redentor, en un deseo de volver a casa en In A Little While, la canción que escuchaba Joey Ramone, al final de su lucha contra el cáncer. Por eso dice Bono que “la convirtió en una canción de gospel”. La canción Gracia, que cierra el álbum, vuelve a ser una declaración de fe, al estilo de sus primeros discos: “Es el nombre de una chica / pero es también una idea que cambió el mundo”. Se cuenta que a Noel Gallagher de Oasis, Bono le regaló una copia del libro del escritor evangélico Philip Yancey, ¿Qué hay tan sorprendente en la gracia?, después de hablar sobre la fe en una conversación que tuvieron el año 2001. Cuando a Bono le preguntaron en la BBC qué cantaría si se acabara el mundo, no dudó en contestar que el himno Sublime Gracia, sobre el que ha hablado incluso con el político David Trimble. La esperanza de Bono se basa en el favor inmerecido de Dios La muerte de su padre le lleva a escribir varias canciones de su disco, How To Dismantle An Atomic Bomb (2004), particularmente Sometimes You Can´t Make It On Your Own. Hablando de su partida con Noel Gallagher de Oasis, preguntándose que habrá después de la muerte, nace Un paso más cerca. La vida está llena de grandes preguntas, pero la más importante tiene que ver sin duda con esa realidad eterna. Por eso Bono acaba su nuevo disco con una oración: YAHWEH. En su entrevista con la revista Rolling Stone, cuenta como alguien de su compañía le preguntó: “¿Quién es ese Yahvéh?”. Cuando el cantante de U2 le contestó que era “uno de los nombres de Dios, que los judíos no pueden escribir ni decir”, le miró con desaprobación y dijo: “Preferiría que no me lo hubieras dicho, ¿no puedes ponerle otro nombre?”. Es el escándalo de una fe que vuelve la música en oración…
Toma estas manos Enséñalas que llevar Toma estas manos No hagas de ella un puño Toma esta boca Tan rápida para criticar Toma esta boca Dale un beso Yahvéh, Yahvéh, Siempre hay dolor antes de que un niño nazca Yahvéh, Yahvéh, Todavía estoy esperando el amanecer Yahvéh, dime ahora, ¿Por qué está tan oscuro antes del amanecer? Toma esta ciudad Una ciudad que debería brillar sobre un monte Toma esta ciudad Si es tu voluntad Lo que ningún hombre puede poseer, ningún hombre puede tomar Toma este corazón Y haz que se rompa.
¿UN ALBUM CRISTIANO? Afirmar que No Line On The Horizon es el disco más cristiano que ha hecho U2 desde October (1981) es una clara exageración. Algunos ven sus letras y portadas llenas de tanto simbolismo, que parece que Bono se ha apuntado a hacer canciones de Jesús es mi novia (ya saben, la forma ambigua de la mayor parte de los grupos cristianos de hacer canciones de amor, como si se dirigieran a su novia, pero en realidad hablando de su fe). Gracias a Dios, la música de U2 no tiene nada que ver con eso que se ha dado en llamar la “música cristiana contemporánea”, un fenómeno de escaso interés artístico, pero todavía peor expresión de fe. Lo que no significa que las canciones de U2 sean siempre coherentes con la fe cristiana, ¡y menos aún la actitud de Bono!… Si en sus declaraciones, hay siempre algo irritante por su lenguaje y grandilocuencia, hay también una desarmante vulnerabilidad en la confesión de sus contradicciones. En unas declaraciones a la agencia Reuters, Bono dice que escribió la canción Stand Up Comedy, inspirada por una campaña humanitaria que hablaba arrogantemente de “levantarse” y “resistir”. Lo presenta como una reacción al discurso ingenuo de “vamos a unir las manos y el mundo será mejor con una canción”. Describe por eso este tema como “una patada en la puerta de tu propia hipocresía”. En ella descubrimos a Bono como su principal enemigo.
Tengo que enfrentarme al ego, pero mi ego no es realmente el problema. Es como un niño pequeño que cruza una autopista de ocho carriles, en un viaje de descubrimiento.
Si hay algo que el cantante odia es esa imagen que da de personaje idealista dispuesto a cambiar el mundo. Se enfrenta así a la santidad laica de las ONG, pero también al cristianismo que “intenta ayudar a Dios a cruzar la carretera como una ancianita”, en una de las frases más memorables que ha hecho Bono sobre lo inútil de una fe que no descansa en la acción de Dios. Se dice a sí mismo: “¡Para de intentar ayudar a Dios!”. Tal conciencia de su pequeñez, nos presenta una vulnerabilidad infantil realmente conmovedora, que no puede ser más que fruto del Espíritu. En su último disco hay declaraciones de fe como Magnificient, un desinhibido cántico de alabanza, que se convierte en una oración que recuerda a muchos de los Salmos. No son delirios de grandeza, sino la conciencia de que uno tiene un don, una voz, que uno no ha ganado, ni merece en modo alguno. Y eso es pura suerte, o una bendición. Para Bono no hay duda que es lo segundo, un auténtico regalo de Dios, y ofrece su don a quien se lo ha dado con sincera gratitud. El cantante ha dicho en unas declaraciones que escribió esta canción pensando en el Magnificat, que hace María cuando recibe la visita de Elizabeth.
He nacido He nacido para cantarte No tenía otra elección si no exaltarte, y cantar la canción que tú quisieras. Te devuelvo mi voz desde el vientre de mi primer llanto fue un sonido gozoso
La canción que más ha sorprendido sin embargo de su último disco es White As Snow, probablemente el tema más tranquilo e intimo que haya hecho nunca U2. La melodía está basada en un antiguo himno, Oh, ven, oh ven, bendito Emmanuel. La letra fue inspirada por la lectura de la alegoría de William Golding, autor de El señor de las moscas, que lleva el título de Martín, el naufrago, y la visión de la película de Sam Mendes, Jarhead, sobre los pensamientos de un soldado en Afganistán, herido por una bomba. La canción es un clamor por el perdón, que no nos puede dejar indiferentes.
Una vez supe que había un amor divino
Después vino un tiempo que pensé que no me conocía
¿Quién puede perdonar al perdón, cuando no hay perdón?
Sólo el Cordero, tan blanco como la nieve.
Y el agua era como hielo,
lavándome
Y la luna por encima de mí, brillando
Letras como ésta, sin duda dan escalofríos, a aquellos que leemos estas historias desde la Gran Historia (y Bono puede que les haya escrito con esa Gran Historia en la mente). Pero su música apela a un público más amplío. No tienes que ser cristiano para reconocer la realidad de muchas de las cosas que dice. Nos habla de la verdad que hay más allá de la realidad o no, de nuestra fe personal. Puesto que hay “gracia en el sonido”. Por eso Bono repite ahora una y otra vez: ¡Encuéntrame en el sonido! MULTIMEDIA Pueden escuchar aquí una entrevista de Daniel Oval a José de Segovia sobre “El peregrinaje musical y espiritual de U2” (audio, 13 Mb).

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