Marcha con el presidente del Seminario Fuller

Por primera vez que el Seminario Teológico Fuller admitió públicamente que acepta estudiantes sin documentación legal.

22 DE NOVIEMBRE DE 2013 · 23:00

,
El lunes pasado se dio un evento insólito en la historia del Seminario Teológico Fuller. Tuvimos una vigilia de oración y una marcha a favor de la reforma migratoria en EEUU. Por primera vez en sus más de 60 años de existencia el seminario organizó una marcha oficialmente apoyada por la administración. No sólo eso, sino que nuestro nuevo presidente, Mark Labberton, fue parte clave de la actividad. También fue la primera vez que hubo una participación amplia de las varias comunidades étnicas representadas en el seminario. Como resultado final unos 250 estudiantes, profesores y personal del seminario cantaron, oraron y marcharon juntos. El liderazgo del seminario ya había hecho declaraciones sobre la importancia de la reforma y su habían hecho actividades académicas sobre la importancia de una reforma justa e integral. El tema también se había tratado en varias clases. Pero esta fue la primera vez que el seminario dio un testimonio público de este tipo. También fue la primera vez que el seminario admitió públicamente que acepta estudiantes sin documentación legal. Los organizadores invitaron a una de esas estudiantes a dar su testimonio. Contó la experiencia de su familia y también nos contó que había calificado para la acción diferida por ser joven y ser estudiante. Pero nos recordó que hay millones de personas que necesitan que alguien hable a su favor y que otros estudiantes en Fuller siguen estudiando sin autorización legal. La vigilia y la marcha fue un momento para que los estudiantes del seminario reflejaran sobre su papel profético como pastores y líderes. Aunque la actividad tuvo un impacto público, su función clave fue formativa. Los estudiantes necesitaban entender los que significa caminar con los vulnerables de nuestra sociedad y clamar a su favor. Al comenzar la oración iniciamos con una confesión. Recordamos que nosotros nos hemos beneficiado del esfuerzo de los indocumentados. Nuestra comida es más barata, nuestros patios y nuestras casas están más limpias y nuestros niños reciben buen cuidado. Ninguno de nosotros es inocente y por eso todos necesitamos confesar antes de orar y antes de obrar. Seguimos clamando que Dios toque los corazones de los políticos que no obran por intereses políticos, aunque muchos declararn informalmente que saben que se necesita una reforma migratoria. La marcha fue otro testimonio público de que la mayoría de la comunidad evangélica en EEUU favorece una reforma justa. Aunque una minoría persistente tiene asustado a nuestros políticos, seguimos confiando en el Dios de la justicia. Pero también fue un testimonio importante de que nuestro seminario quiere preparar a mujeres y hombres que den testimonio de su fe por medio de su predicación evangelizadora y su acción profética. Y por eso doy gracias a Dios por la oportunidad de marchar a lado del presidente de nuestro Seminario a favor de la reforma migratoria.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Caminando con el pueblo - Marcha con el presidente del Seminario Fuller