Lina P. Simpson, testimonio de fe y acción

Todo el mundo le pedía ayuda sin que ella tuviese un gesto de contrariedad o desánimo. Jamás aceptó pago por sus servicios, pues ella decía que “todo lo hago por amor a Jesús” o “más gozo tiene el que da que el que recibe”.

14 DE MAYO DE 2014 · 22:00

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Tumba de Lina P. Simpson. British Cemetery. Águilas. Murcia

De Lina Simpson, Vilar nos aporta las actividades sociales, realizando curas y poniendo inyecciones en su propia casa, teniendo habilitada parte de la cocina como dispensario. Asistía a los partos y conocía ciertas enfermedades, especialmente las cutáneas. Aunque tuvo dificultades con los médicos por esta actividad, no era una intrusa ya que había estudiado en La Source, Lausana, siendo practicante y comadrona titulada y solo se interesaba por los pobres, por lo que la dejaron en paz, estableciendo relaciones cordiales. El dispensario resultó insuficiente. Curaba de día y de noche y donde quiera hubiese un enfermo necesitado de cuidados, allí estaba ella consolando. Era inconfundible con su sombrero, paso rápido y maletín en la mano, sonriente siempre y afable con todo el mundo, en especial con los ancianos y niños. Para ayudar a las necesidades, pagaba facturas de los enfermos o dejaba el dinero debajo de la almohada. En algún momento envió a Suiza a un muchacho enfermo de pulmón, siendo cuidado hasta su muerte. Era el panadero de Lina. Como comadrona traería muchos niños al mundo, como practicante haría curas milagrosas, amortajando a los pobres con sus propias ropas, cuidando a los tísicos y con fiebres, velando día y noche en las casas de los humildes. Le ayudaba la sirvienta Estébana, persona mayor, a la que los Simpson cuidaban toda su familia y empleaban en labores filantrópicas. Cunado esta murió ocuparía su lugar una joven, natural de Cuevas de Vera, llamada Paula Higueras, convertida a la fe bautista en 1919. Describe Vilar la barriada de Cuevas del Rincón como el lugar más miserable de la localidad. Pescadores, jornaleros, gitanos, mendigos, delincuentes comunes, mujeres perdidas que siendo viejas convertían aquel lugar en lo más inmundo. Todas las enfermedades anidaban allí y el tracoma hacía estragos. Lina Pasche Simpson había contactado con asociaciones británicas y suizas consiguiendo socorros. Alquiló una de las cuevas mas espaciosas y la habilitó como escuela y dispensario. Al principio la apedrearon y le arrojaron barro, pero pronto se abriría paso con su ayuda contra el tracoma. Venidos de todas partes a cien kilómetros a la redonda, desde Murcia a Almería, hacía curas sorprendentes incluso a los desahuciados. Todo el mundo echaba mano de la mujer del pastor, sin que ella tuviera un gesto de contrariedad o desánimo. Jamás aceptó pago por sus servicios, pues ella decía que “todo lo hago por amor a Jesús” o “más gozo tiene el que da que el que recibe”. Lloraba con los que lloran y reía con los que ríen. Sin hipocresías, Siempre de corazón. Así era Lina Simpson –dice Vilar. Otras de las actividades de Lina era la enseñanza. Para la escuela utilizaba a dos mujeres, madre e hija, Francisca y Catalina. La madre enseñaba a coser y las labores del hogar. Catalina iniciaba a los niños en las primeras letras. Los muchachos alfabetizados eran a su vez utilizados para enseñar a otros, pero siempre a lo largo de la semana se leían fragmentos de la Biblia y se cantaban himnos. Águilas siguió funcionando sin misionero, regida por diáconos y visitados por otros pastores. Uno de ellos era el veterano Ricardo Holloway que trabajaba en el distrito minero de Cartagena desde 1875 En marzo de 1924 bautizaría diez personas y en los meses de julio y agosto otras catorce personas fruto tardío de los Simpson. A la muerte de Robert Simpson no faltaron problemas y desavenencias con las propiedades que se habían puesto a nombre de la “Continental Land Co.Ltd.” sin contar con el donante. Alguno se sintió engañado al no saber como funcionaba esta Sociedad protectora de los edificios españoles. Algunas congregaciones en un tiempo florecientes desaparecieron. Lina sufrió no solo la perdida de su marido sino también cierto desamparo al haber fallecido sin dejar un céntimo, habiendo gastado su fortuna personal en las innumerables obras de caridad y educar a varios de sus hijos en el extranjero. Lina tuvo que abandonar la casa para instalarse en otra más modesta, vendiendo parte de la propiedad. Los amigos ingleses que podían ayudar no lo hicieron considerándola una suiza extravagante. Tampoco le faltaron a Lina los disgustos familiares. Fallecería el 21 de enero de 1929. LAS CONGREGACIONES EN CARTAGENA Y EL CEMENTERIO BRITÁNICO El sureste peninsular tenía en Cartagena otro bastión del protestantismo, al ser zona portuaria con relaciones comerciales con los ingleses y por tanto familiarizados con su manera de pensar y vivir. Ya hemos considerado también que uno de los pioneros en la distribución de literatura tanto en Murcia como en Cartagena, será el agente de la Sociedad Bíblica Graydon. “El Constitucional” de Barcelona, martes 5 de septiembre de 1837, relataba las andanzas misioneras de Graydon, posiblemente escrito por Rule, donde además hacía una espléndida exposición de lo que representaban las Sociedades Bíblicas en el panorama mundial y las cifras económicas que movían para distribuir las Sagradas Escrituras. - Hace cosa de dos años que vino a España mister James N. Graydon, agente de la sociedad bíblica de Londres, con la misión de propagar la lectura de la biblia. En Barcelona, donde ha residido largas temporadas, ha mandado imprimir de cuenta de la Sociedad 3.000 Nuevos Testamentos en catalán y 2.000 en castellano. Todos sabemos la suma baratura a que se han expendido, pues han llegado a ponerse a 5 rs. el ejemplar encuadernado en pasta. Pocos ejemplares quedan ya, merced a su módico precio y a los muchos ejemplares que se han repartido gratis a las personas poco acomodadas y a varios establecimientos de corrección y beneficencia. Actualmente se están tirando en esta capital, por cuenta de la misma Sociedad, 3.000 ejemplares más de toda la Biblia en castellano, y podemos asegurar que su precio estará al alcance de todas las fortunas. - Dar ocupación a las prensas españolas, propagar la afición a la lectura (prescindiendo aun de la clase importantísima a que pertenece la obra) y morigerar al pueblo, que es otra de las consecuencias de aquella afición, son beneficios que debemos agradecer a la Sociedad bíblica que nos los está haciendo por medio de su agente en España. En Barcelona nadie ha puesto reparos a las filantrópicas operaciones de Mister Graydon, porque según ley creemos que ninguno se le puede oponer; pero en Valencia, que, por lo que luego veremos, parece que no es España, el caballero inglés ha encontrado una negativa que nos sorprende, y que no podemos menos de denunciar a fuer de celosos defensores de todas las libertades que consigna la Constitución del Estado. - Vengamos pues al jefe político de Valencia. Este funcionario se ha negado, según parece, a permitir la introducción de unos 500 ejemplares de una segunda edición de la sagrada Escritura publicada en Barcelona. Prescindiremos de los pormenores del hecho, como también del influjo que puede haber tenido en él el clero, no menos que de la chocante anomalía de que no se permita en Valencia lo que es lícito en Barcelona. La negativa del Sr. Jefe político es, a nuestro juicio, anticonstitucional. En Barcelona se ha publicado un libro, con arreglo a las formalidades de la ley vigente; este libro tiene circulación libre por toda España, y si su publicación es un delito, no lo debe decidir el jefe político. La Constitución, que el Sr. jefe político de Valencia habrá sin duda jurado guardar y hacer guardar, cumplir y ejecutar en todas sus partes, dice en el segundo de sus artículos que, la calificación de los delitos de imprenta corresponde exclusivamente a los jurados: de consiguiente, si no ha precedido declaración del jurado, como creemos, el Sr. Jefe político se ha propasado a una calificación que no le incumbe. - Tenemos entendido que la relación de este hecho con su correspondiente súplica será elevada a las Cortes y al gobierno. Pero mientras la Superioridad determina no podemos menos de insertar el siguiente escrito publicado por el agente de la Sociedad bíblica en los periódicos de Valencia, como justo desahogo de un extranjero filántropo que creía incompatibles las necias trabas con la libertad constitucional. Dice así: - «El encargado de la Sociedad bíblica-británica y extranjera de Londres, tiene el disgusto de anunciar a las varias personas de esta ciudad y de sus cercanías, deseosas de tener un ejemplar de la Biblia, que se le ha negado el permiso que pidió para introducir aun una pequeña porción de una segunda edición de 5.000 ejemplares de la Sagrada Escritura que acaba de publicarse en Barcelona; y que dos impresores de esta ciudad, a quienes el encargado deseaba emplear inmediatamente para hacer una edición de 8.000 ejemplares, tampoco han podido conseguir la licencia necesaria; a pesar de ser una obra, que por su volumen daría constante ocupación por algunos meses, a una grande porción de industriosos habitantes, que en el día quizá no pueden hallar en donde ganar el pan para sí y para sus familias; y una obra, que puesta en manos de personas inteligentes y de buena voluntad, les abriría indudablemente los ojos acerca de la causa ORIGINAL de todas las desgracias de su amada patria, por tanto tiempo afligida y desolada, y les dispondría a recurrir al verdadero y ÚNICO remedio soberano. - Muchas y muy saludables son las reflexiones que pueden hacerse los verdaderos amantes de la patria, al considerar la naturaleza de un SISTEMA que de esta suerte se interpone para impedir que tengan éxito los humildes y modestos esfuerzos de algunos individuos de la nación inglesa, o de cualquiera otra, en auxiliar a la española, ya tan injuriada, de un modo diferente; pero no menos eficaz que el de derramar su sangre por ella, esfuerzos, cuyo fin es también destruir para siempre al enemigo inexorable e incurable de la prosperidad, paz y felicidad de todos los pueblos, ciudades, y aun naciones del mundo. Esperando, pues, que estas reflexiones tendrán en el tiempo combinable su influencia debida en los habitantes despreocupados y liberales de esta ciudad y provincia, el encargado concluye por llamar su atención a los hechos siguientes: - 1º En el espacio de UN SIGLO, y tal vez de dos, el sistema (que se arrogó el derecho de conceder o negar el permiso, tanto de leer como de imprimir la Santa Palabra del Criador y Juez de todos los hombres) ha prevalecido hasta tal extremo en España, que hasta el año pasado de 1836, sólo se han impreso 17.000 ejemplares, y estos ADULTERADOS, de la Biblia, y se han vendido a precios exorbitantes, como son 50, y aun 80 duros por ejemplar. De este modo ha logrado conservar a la nación en una completa ignorancia de sus intereses más esenciales, tanto políticos como religiosos; al paso que, en el mismo espacio de tiempo, se le han visto emplear MILLONES Y MILLONES con la mayor prodigalidad; para extenderse y mantenerse, tanto fuera como dentro de España; y esto, a costa de la felicidad, de las riquezas, y de la sangre de un SINNÚMERO de hombres de todas clases y edades del mundo. - Véanse aún hoy día, como prueba de ello, con respecto a España, el crecido número de frailes, curas, canónigos y OBISPOS que en este momento siguen al pretendiente, y riegan su patria con la sangre de sus compañeros y conciudadanos, cometiendo, ya con los jóvenes, ya con los viejos de ambos sexos, atrocidades que son tan numerosas como horrendas y casi increíbles!! - El 2º hecho es, que durante el corto espacio de 33 años, la Sociedad bíblica de Londres, que es una Sociedad particular, sostenida únicamente por suscripciones voluntarias ANUALES, ha hecho imprimir en más de 160 idiomas, y circular por todo el mundo, cerca de ONCE MILLONES de la Sagrada Escritura, y a precio, que no solamente nunca exceden al coste y costas, sino que son aún mucho más bajos que él. Esta misma Sociedad deseaba que se la permitiese gastar cosa de 50.000 duros al año en España, hasta que todas sus familias tuviesen un ejemplar NO ADULTERADO del libro DE LA VERDAD Y DE LA LUZ. - Concluye pues, con asegurar, que un SISTEMA que se opone a que se realice aquí tan filantrópico deseo, debe tener su origen en la ignorancia y en la hipocresía; sus frutos serán SIEMPRE el odio más violento y constante a TODAS las instituciones libres, y la crueldad con TODOS los que no sean sus partidarios y admiradores; es sistema que sólo puede sostenerse por medio del despotismo, de la inquisición y de las «PESETAS»; y tampoco ha deseado o buscado jamás otros soportes. - «La obscuridad» es su lema inmutable, aborrece la LUZ DE LA SANTA PALABRA de Dios, porque es en oposición PATENTE CON ELLA, y porque siempre son males sus hechos. Pero no es extraño que así suceda, pues desde que hay mundo nunca se ha logrado que se cojan uvas de los espinos, o higos de los abrojos. - Con todo, - «Salid, salid, sin más tardar, de ello todos los que no quieren recibir de sus plagas, porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y se ha acordado Dios de sus maldades.» Apocalipsis, XVIII 4, 5. Además de Graydon, que desarrollaba su trabajo a lo largo de la costa mediterránea y que no tardó en ser expulsado de España por su intensa actividad evangelística y de confrontación, según insinuaba Borrow, destaca la figura de Charles W. Turner. Vinculado a Cartagena, Turner era «presidente de la pujante Sociedad Anglo-Hispánica, compañía minera con mayoría de accionistas británicos y participación de inversores locales, cónsul de S.M. Británica en Cartagena (...) Su dilatado coto minero junto al cabo de Palos fue, en más de una ocasión, refugio seguro de buscados propagandistas y depósito de publicaciones protestantes entradas sin dificultad por aquel embarcadero”(i) . Le sucederá en el consulado Edmund J. Turner que será indiferente a la introducción del Evangelio en España. La mayor preocupación por Cartagena vendría de parte de Francisco de Paula y Ruet y su iglesia Española de Gibraltar. Pero también por el lado católico, el obispo de Cartagena no tardaría en sumarse a la represión contra los protestantes, que se hallaban extendidos por todo el territorio español. Este obispo, Tomás Bryan, dará instrucciones para que “no se mantuviera trato con herejes y utilizó su influencia para que los protestantes locales no hallasen amparo ni indulgencia en la municipalidad”. “En 1846 el cónsul Ch. W. Turner fundó en Cartagena un Cementerio Británico (popularmente conocido como "Cementerio de los Ingleses"), siendo el quinto en su género más antiguo de España después de los de Tarragona, Málaga, Cádiz y La Corana. Su historia, hasta su desaparición en 1985, es inseparable de la referida a la importante colectividad británica de la expresada ciudad (hombres de negocios, empresarios mineros, técnicos de la Maestranza Naval) y por extensión de otros grupos extranjeros, y al propio tiempo se conecta a los orígenes y evolución de las iglesias protestantes en Cartagena y en la Región de Murcia” (ii). Con estas palabras nos introduce el profesor Juan B. Vilar, no solo en el tema de los cementerios sino en la actividad de las congregaciones protestantes en Cartagena. En algún otro lugar, ya hemos descrito la situación por la que pasaban los evangélicos españoles cuando fallecían, algunos de los cuales eran enterrados en las playas. Serían los británicos los primeros en solicitar, por 1789, un “lugar decente” para enterrar a sus muertos, siendo el primero en hacerlo Mr. Edén, representante británico en España, para los compatriotas fallecidos en Madrid. Se le concedería tres meses después, pero el proyecto no fue ejecutado. ---------------------------------------------------------------------- (i) Citado por J.B.Vilar en la obra citada y en Estudio sobre tres confesiones religiosas minoritarias en la Región de Murcia. por Germán Carrillo García y Carmen M. Cerdá Mondéjar. Universidad de Murcia. (ii) El Cementerio Británico de Cartagena, primera necrópolis protestante en la Región de Murcia (1846-1874) Juan B. Vilar" Universidad de Murcia Anales de Historia Contemporánea, 15 (1999) -Publicado en marzo del 2000

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