Un planeta enfermo: ¿solución humana o divina?

Para los que creemos la Biblia, las predicciones y desastres naturales que van en incremento no nos sorprenden, son precursores del fin de la Tierra como la conocemos.

28 DE ABRIL DE 2013 · 22:00

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Jeremy Grantham es uno de los inversores más reconocidos en el mundo financiero, director de un grupo de inversión importante. Ha predicho varias de las ‘burbujas’ financieras recientes. Parece paradójico, pero es un gran crítico de las políticas neoliberales de los gobiernos de occidente, especialmente la falta de visión de futuro que existe en el mundo político financiero, y además es un reconocido luchador por la preservación del medio ambiente. En una entrevista reciente a la prestigioso periódico británico ‘The Guardian’ (1) comenta temas candentes como los últimos datos del cambio climático, el creciente nerviosismo de los escépticos del cambio climático antropogénico, el problema creciente de la alimentación de la población mundial, y las políticas fallidas de los ‘gobiernos ‘anglo sajones, especialmente el de los Estados Unidos. Para él, China tiene la solución. Le sobra el la liquidez, el capital, mientras que los gobiernos occidentales carecen de capital y les sobran deudas. EL CAMBIO CLIMÁTICO: ÚLTIMOS DATOS En la entrevistas, Grantham comenta que los gobiernos occidentales no están actuando con vistas a largo plazo, y se centran en buscar desesperadamente más reservas de los recursos energéticos tradicionales no renovables, como el carbón, el petróleo y el gas natural. El desarrollo de las enormes reservas de petróleo de arenas o esquistos bituminososde Canadá y el ‘fracking’ es el último ejemplo. El ‘fracking’ es el bombeo a presión de valiosas aguas superficiales al interior de la tierra para forzar la salida de gas y petróleo. Ya hay explotación en el norte de España e intentos en Castellón, abriendo grandes incógnitas sobre los efectos colaterales en el medio ambiente. Estos gobiernos están atados por falta de capital y grandes deudas, y los grupos de presión (lobbies) de la empresas de energías fósiles tienen gran influencia en los políticos. Esta falta de visión futura, que se ve ahora en el abandono de los programas de inversión en las energías renovables, para Grantham es muy grave. Los datos climatológicos sorprenden por el incremento mayor que las predicciones del deshielo y de las temperaturas medias anuales del planeta. La idea de que este incremento de temperatura es la causa principal del incremento de los fenómenos atmosféricos graves, como los tornados, los tifones/ciclones/huracanes, las sequías y las calimas, está reforzada. Se apunta a un cambio en la posición de los ‘jet streams’ (corrientes de viento estratosféricos), y más preocupante, la fuerza de la corriente del golfo, que se reduce, se cree, en la medida de que el deshielo en Groenlandia y en el ártico produce más agua dulce (el mar menos denso). Esto altera la ‘corriente oceánica termohalina’, y puede producir un enfriamiento en la zona del noroeste de Europa, igualando las temperaturas a cada lado del Atlántico (ahora las temperaturas en la costa occidental de Europa son bastante más elevadas, por la corriente del golfo, que las de la costa oriental americana). ALIMENTACIÓN DE LA POBLACIÓN MUNDIAL El hambre en el mundo, lejos de reducirse, puede incrementarse, y parece que ya está pasando, por el aumento de las sequías, especialmente en el norte de África, pero también por el incremento en el precio de los alimentos básicos. Esto se debe a varios factores que coinciden: el uso de las tierra cultivables para producir plantas para alternativas al petróleo (biocombustible), y especialmente por el gran incremento en la demanda de alimentos, especialmente carne, por parte de los países emergentes, China en particular. Grantham ha releído el famoso informe de 1972 del MIT, encargado por el Club de Roma, ‘Los limites al crecimiento’ (2), y ve que las predicciones alarmantes, para muchos catastrofistas, del informe se están cumpliendo. Para los que leemos la Biblia y la tomamos en serio, estas predicciones no nos sorprenden mucho. Los desastres naturales que van en incremento son, en la Biblia, los precursores del fin de la tierra como la conocemos. No es que el Creador los desea para la humanidad, sino que el hombre, al dar la espalda a Dios, actúa de una forma egoísta que conlleva a los desequilibrios que vemos en la naturaleza, tanto a nivel local como global. La humanidad ha dado espalda al mandato de ser mayordomos responsables, de usar los recursos de la tierra para compartir con los demás y, reflejando la justicia de Dios, buscando la justicia y la verdad. Nos hemos callado ante las injusticias y la corrupción, cómplices (si no actores directos en estos desvíos). Los profetas del Antiguo Testamento ya avisaron al pueblo elegido, siglos antes de Cristo, de la destrucción que vendría si el pueblo no obedecía a la palabra de Dios, y perdía su fe y dependencia en el Dios que traía proveía lo necesario para su sostenimiento. “El dará a vuestra tierra la lluvia a su tiempo, lluvia temprana y lluvia tardía, para que recojas tu grano, tu mosto y tu aceite”. (Deuteronomio 11:14). POLÍTICAS DE GOBIERNOS DE OCCIDENTE Y SOLUCIONES DE CHINA Vemos un gran contraste. De un lado una sociedad occidental paralizada por la falta de capital, la desconfianza, la corrupción política la deuda y el paro, especialmente en España. Sólo se libran los países nórdicos, con sus políticas que planifican un futuro sostenible, acompañado y guiado por unos principios éticos, y por otro lado, China. Grantham ve en este país abundante capital, que está invirtiendo en tecnologías renovables, que dominará este sector pronto. Los dirigentes chinos se han dado cuenta del terrible efecto de su propio crecimiento, de la contaminación del aire de sus ciudades, (más de 600.000 mil muertes al año por problemas respiratorios directamente relacionados con la contaminación industrial). Un país donde algunos de sus ríos son conocidos como los ‘ríos del cáncer’, por la gran proliferación de canceres de diferentes tipos relacionados con las aguas fluviales contaminadas por la industria, y que está empezando a legislar con decisión medidas para reducir las causas. Nos recuerda la Europa del siglo XIX y principios del XX. A Grantham le preocupa el crecimiento de la población en estos países, especialmente el crecimiento de su nivel de vida y el estilo occidental de consumismo que la población ha adoptado, igual que hicimos y hacemos nosotros. Las soluciones de Grantham se centran en soluciones económicas y financieras, y un cambio en el uso de la energía, de fósil a renovable. Es difícil de ver a nuestra sociedad actual, que se ha construido en base al uso de energía fósil concentrada y producción eléctrica alta, cambiar a un modelo descentralizado y sostenible de vida. Por ello es mas vigente cada día que la humanidad se dirija a Dios, al autor y sustentador de la vida misma, que vuelva al Creador, que busque su ayuda y obedezca su Palabra. Sólo en Dios hay paz, esperanza y vida. -------------------------------------------------- NOTAS (1) http://www.guardian.co.uk/environment/blog/2013/apr/15/jeremy-grantham-population-china-climate?INTCMP=ILCNETTXT3487 (2) Les limites à la croissance (dans un monde fini),por Donella y Dennis Meadows, Jorgen Randers, Rue de l'Echiquier, 2012, 425 p.

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