A la soledad

Selecciona: Isabel Pavón (de la Biblioteca de escritoras)

26 DE ABRIL DE 2013 · 22:00

,
Al fin hallo en tu calma si no el que ya perdí contento mío, si no entero del alma el noble señorío, blando reposo a mi penar tardío. Al fin en tu sosiego, amiga soledad, tan suspirado, el encendido fuego de un pecho enamorado resplandece más dulce y más templado. Y al fin si con mi llanto quiero aplacar ¡ay triste! los enojos del íntimo quebranto, no me dará sonrojos el continuo mirar de tantos ojos. Danme, sí, tierno alivio la soledad del campo y su belleza, y va el dolor más tibio su ardiente fortaleza convirtiendo en pacífica tristeza. Plácenme los colores que al bosque dan las luces matutinas: alégranme las flores, las risueñas colinas y las fuentes que bullen cristalinas. Y pláceme del monte la grave majestad que en las llanadas como pardo horizonte de nubes agolpadas, deja ver sus encinas agrupadas. Allí con triste ruido de las sonoras tórtolas, en tanto que posan en el nido bajo calado manto, de una a otra encina se responde el canto. Tal vez mis pasos guío por los sombrosos valles, escuchando al caminante río, que con acento blando se va por los juncares lamentando. Ya entonces descendiendo de su altura va el sol, cansada y fría claridad esparciendo, y a poco entre armonía cierra sus ojos el señor del día. Y los míos acaso alguna vez, del sueño sorprendidos, dejaron que en su ocaso pararan confundidos afanes del espíritu y sentidos. Si sola y retirada, aún me entristece más noche sombría, la luna con rosada faz, por oculta vía sale a hacerme amorosa compañía. Y al fin hallo en tu calma, ¡Oh soledad! si no el contento mío, si no entero del alma el dulce señorío, blando reposo a mi penar tardío.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Poe+ - A la soledad