“¿Qué buscan? Vengan a ver” (Jn 1:35-39)

El éxito de su ministerio era conducir a las personas a Jesús.

05 DE ABRIL DE 2013 · 22:00

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Juan el Bautista se encontraba con dos de sus discípulos y al ver pasar a Jesús les dijo “¡Aquí tienen al Cordero de Dios!”. La razón de ser del Bautista era testificar sobre Jesús para que fuera revelado a Israel.El éxito de su ministerio era conducir a las personas a Jesús. “Cuando los dos discípulos le oyeron decir esto siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunto: ¿Qué buscan? (Jn 1:37-38) Jesús confronto a estos dos discípulos y también nos confronta a nosotros. Siempre es un buen momento para preguntarnos y pensar, ¿Qué es lo que buscamos de Jesús? Jesús cuestiona a los que les siguen. Más allá de nuestras primeras respuestas y motivos el Señor nos desafía “Vengan a ver” (Jn 1:39). “Vengan a ver” es la gran invitación de Jesús. Significa ser semejantes a Él, aprender, aceptar sus condiciones y experimentar poder (Mt 11:26-28). Nos desafía a profundizar nuestro compromiso y continuar un proceso de fe. No siempre buscamos a Jesús por motivos desinteresados pero Jesús nos quiere llevar más allá. Es camino e invitación. Es crecer en la calidad de la relación con El, con nuestro prójimo, permanecer en sus enseñanzas (Jn 8:31) y unirnos a su misión (Jn 20:21). La única manera de conocerle es ir por dónde Jesús camina. Suele desacomodarnos para quitar nuestras ambiciones egoístas. Es directo y nos quiere llevar a pensar en los demás, trabajar a favor de la justicia, la misericordia y la paz. Nos invita a seguirle y busca una transformación en nosotros. Jesús nos desafía a ver donde se hospeda. Ellos le siguieron y “se quedaron con El” (Jn 1:39).Su casa es casa de oración para todas las naciones, para todas las etnias, hasta lo último de la tierra (Mc 11:17). Está caminando por cada rincón de esta tierra, no se queda quieto y “es imprevisible en sus exigencias”. “El no soporta nuestra tienda angosta, de siempre. La quiere diferente, mas espaciosa, más variada” [i] (Is 54:2-3). Estar en el seguimiento de Jesús es un proceso que comienza y nunca acaba. Jesús cuestiona a los que les siguen. Su propósito es hacernos crecer y madurar. La invitación de Jesús es seguir para poder ver, y no ver para poder seguir. Implica creer y seguir creyendo. Muchas veces nos parecemos a Gedeón pidiendo determinadas garantías. La lección en esa historia fue la paciencia, misericordia y fidelidad de Dios a pesar de la falta de fe de su siervo (Jue 6:11-8:27). Nuestra historia puede ser parecida. Muchos quieren ver antes de comprometerse pero bienaventurados son los que creen sin ver porque luego verán (Jn 20:29). “Sin la seguridad de haber visto y entendido todo, estamos llamados a arriesgarnos y actuar en la confianza de que Dios será fiel a su carácter y promesas. Como dijo Pablo, estamos llamados a vivir no por vista, sino por fe (2 Co. 5:7)”[ii]. A Dios le damos la gloria porque a pesar de nuestra flaqueza, dudas y temores; es su fidelidad la que actúa a favor de su propósito. Aprendemos y nosotros somos bendecidos en esto. Para los discípulos fue difícil llegar a un entendimiento pleno de quien era Jesús.En principio le reconocían como Rabí que significa Maestro (Jn 1:38) pero luego cuando Andrés va a buscar a su hermano Pedro le dice: “Hemos encontrado al Mesías”, es decir, el Cristo (Jn 1:41). “Su reconocimiento de Jesús como maestro se había convertido en una confesión de Jesús como Mesías. Aunque de manera incompleta, Andrés había comenzado a reconocer en Jesús la presencia del Espíritu de Dios trabajando en forma especial”[iii]. De la misma manera nosotros día a día tenemos la posibilidad de seguir creciendo y conocer más a Jesús. Cada día tenemos la posibilidad de caminar con El y responder a su llamado: “Vengan a ver”. Significa pasar tiempo con El. Nos ofrece la oportunidad de acercarnos y conocerle más profundamente. Esto cambia nuestra historia y cambia la historia. A medida que seguimos a Jesús encontramos su amor y provisión.Su espíritu en nosotros nos da esperanza, aliento y coraje para estar en su misión. Sus milagros aparecen en medio del seguimiento. Su presencia nos aumenta la confianza y nos confirma que estamos en el camino correcto. “Aceptemos por tanto nuestro camino. Que es siempre un camino incomodo, lleno de dificultades y de sorpresas. Saber caminar a oscuras, saber correr el riesgo, saber gustar la aventura cristiana en todo su maravilloso dramatismo”[iv] PREGUNTAS PARA LA REFLEXIÓN ¿Cuáles son nuestros sueños y proyectos? ¿En que deseamos invertir nuestra vida? ¿Qué es lo que buscamos de Jesús? ¿Qué es lo que nos impulsa para seguir a Jesús? ¿Necesitamos ver para poder seguir? ¿Necesitamos ciertas garantías para avanzar? ¿Qué significa creer y seguir creyendo? ¿Qué pasa cuando no se presentan los milagros? ¿Cuáles son las áreas o aspectos de nuestra vida donde necesitamos seguir creciendo en fe y madurar? ¿Qué riesgos estoy dispuesto a enfrentar en la obediencia a Jesús? ¿Qué implicación práctica tiene para la vida de la iglesia estar en el seguimiento de Jesús y unirnos a su misión?

[i]Pronzato, Alessandro, La provocación de Dios, P.30, Ediciones Sígueme, Salamanca 1983 [ii]Slade, Stan: Evangelio de Juan, Comentario Bíblico Iberoamericano, p .58, Ediciones Kairos 2006 [iii]Ibíd., p 59, Evangelio de Juan, Comentario Bíblico Iberoamericano, Ediciones Kairos 2006 [iv]Pronzato, Alessandro, Evangelios Molestos, P.28, Ediciones Sígueme, Salamanca 1986

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