Vanderlei Padilha: vivir en comisión y no en omisión

Navidad es un nuevo pacto de Dios con el hombre que tiene dos partes.

17 DE DICIEMBRE DE 2011 · 23:00

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Vanderlei Padilha Machadoes brasileño y se encuentra realizando una Maestría en Educación en la Universidad de Salamanca. Se licenció en Letras/Español por la Universidad de Brasilia y en Teología por la Universidad Instituto Educacional Evangélico del Centro-Oeste. Actualmente forma parte del equipo de coordinación de la Formación Continua de Profesores de Lenguas Extranjeras Modernas y del grupo de investigación “Gestión y Evaluación en Educación”, ambos en la Escuela de Perfeccionamiento de Profesionales de la Educación, dependiente de la Secretaría de Estado de Educación de Brasilia. Pregunta.- ¿Qué os ha traído a ti y a tu familia hasta España? Respuesta.- Bueno, vinimos por estudios; estoy realizando una Maestría en Educación que ofrece la Universidad de Salamanca. P.-¿Por qué crees que muchos brasileños eligen España para realizar un máster o el Doctorado? R.- En principio, por la calidad de las Universidades, y por los programas de cursos que ofrecen: son muy buenos. P.- ¿Se está dando un boom de lo español en Brasil? R.- Sí, es verdad, Brasil forma parte de un bloque económico, el Mercosur, que tiene como lenguas oficiales el portugués de Brasil y el español; por ello, en Brasil se aprobó la Ley 11.161, de agosto de 2005, que obliga a ofertar la lengua española como lengua extranjera en la enseñanza básica. A partir del año 2010 el gobierno brasileño, en las distintas unidades federativas, viene implementando ese componente curricular en las escuelas. Por otro lado, en Brasil se realizarán dos eventos internacionales: el campeonato mundial de fútbol, en 2014, y las olimpiadas, en 2016. Por supuesto, estos dos eventos potenciarán la posibilidad de negocios, intercambios culturales, entre otros aspectos, por lo cual la gente está buscando aprender la lengua y cultura españolas. P.- Estamos recordando el nacimiento de Jesús, nuestro Salvador, en un establo, de manera humilde y sin grandes fastos… Pero tuvo una familia que le ayudó a crecer en sabiduría, estatura y gracia para con Dios y los hombres. ¿Cómo ha sido tu infancia, creciste en un hogar estable? R.- No. Desafortunadamente mi infancia no fue muy feliz. Nací en una familia inestable, mi padre es alcohólico, digo que es porque todavía vive y sigue con el vicio. Soy el primero y el único niño de una familia de cuatro hermanos. Nuestro padre nos maltrataba a todos, inclusive a mi madre. Cuando yo tenía siete años él dijo a mi madre que no me quería más en la casa porque, según su parecer, no le gustaban las cosas que yo hacía. Mi madre me llevó a una especie de servicio de justicia del municipio y me entregó para que el estado se encargara de cuidarme. Como en aquel entonces no había infraestructuras para este tipo de situación, el juez mandó que me llevaran a la cárcel municipal, para que allí estuviera hasta que solucionase tal circunstancia. Bueno, como ninguno de los responsables de la institución carcelaria entendía mi situación, no me hacían caso, lo que me llevó a vivir en las calles unos tres años. Pero Dios tenía y tiene un gran propósito para mi vida, así que, a los once años de edad, una señora de buena situación económica y con un corazón muy generoso, fue a la justicia y solicitó mi guardia y custodia. Esta señora me dio amor, alimento, cama, un hogar, una familia; me enseñó valores morales y cristianos aunque sin profundizarlos, y más; me dijo que yo sería alguien si estudiaba y que no heredaría nada del patrimonio de la familia. ¡Qué maravilla!, de esa forma crecí sin apegarme a nada. Me matriculó en la escuela y siempre estuvo preocupada con mis estudios; es decir, este período ha sido fundamental en mi vida, me sacaron de la marginalidad y me reinsertaron en la sociedad. Creo que se cumplió una parte del plan de Dios en mi vida, que sé que lo hay en la vida de todos, pero que puede cumplirse por omisión de quien debería colaborar con Dios para su manifestación en muchas vidas. P.- Entonces, ¿piensas que son importantes esos buenos samaritanos que aparecen en nuestra vida y en nuestras circunstancias? R.- Para mí, no sólo son importantes, sino que debemos enseñar a nuestros hijos estos principios de solidaridad, con acciones, pues nuestro testimonio vale más que nuestras palabras, porque éste es uno de los ejemplos dejados por Jesucristo para la humanidad. P.- ¿Cómo conociste el evangelio? R.- Lamentablemente no fue con aquella familia. He tenido otras circunstancias de pruebas que vinieron de Dios, y tentaciones provenientes de Satanás; circunstancias éstas que me llevaron a sufrir muchísimo y a hacer sufrir a personas que forman parte de mi familia. En el año 2004, la situación era de valle de huesos secos como narra la Santa Biblia, mi mujer y mi hija fueron a buscar consuelo en la iglesia evangélica; éramos católicos pero no sentíamos la manifestación de Dios en nuestras vidas. Dios tenía a unos pastores preparados para ayudarnos y orientarnos sobre su palabra y su poder para transformar valles de huesos secos en personas con vida plena. P.- Si hacemos un balance de todo lo que te ha sucedido, ¿sigues creyendo que los cristianos debemos ser instrumentos de restauración de personas, en concreto de los niños que como tú entonces, se encuentran en situación de marginación y desamparo (bajo la dirección de Dios, claro)? R.- Sí, pienso que debemos ser instrumento de restauración de los niños y de los adultos que están en situación de marginación. Pero hay que tener cuidado, algunos de estos niños o adultos tienen problemas para entender estas cosas, o sea, depende de cómo lo ven, si como ayuda para salir adelante o simplemente como un bastón para sostenerle por toda la vida. Como nos enseñó Jesús, debemos enseñarles a pescar y no darles comida siempre, para que entiendan y puedan salir de la situación negativa con su esfuerzo también. P.- ¿Tiene cabida la acción social en la vida cristiana? R.- La iglesia debe buscar el crecimiento espiritual y, además, tiene responsabilidad social. Recordemos las enseñanzas de Jesús y cómo fueron los inicios de la iglesia; había preocupación de todos por todos; hoy no puede ser diferente, la iglesia sí que tiene que actuar socialmente con acciones concretas que rescaten a las personas, sobre todo a las que están dentro de la iglesia. Me explico: hay muchas iglesias que no tienen salud espiritual, tampoco social, y quieren rescatar a personas que no conocen. Mira, no estoy diciendo que la iglesia no debe llevar a cabo la acción social, sino que en algunas iglesias debería haber más acción social entre hermanos. P.- Hay un gran crecimiento de los evangélicos en tu país. ¿La cantidad va acompañada de calidad? R.- Esta es una de mis preocupaciones. Me parece que el crecimiento en número de personas que frecuenta las iglesias no está acompañado de calidad; hay cierto, por no decir mucho, misticismo y ecumenismo que está descaracterizando la doctrina bíblica. Desde mi punto de vista, hay numerosas iglesias que siguen doctrinas creadas por el hombre. Sería muy bueno que las iglesias se convirtieran a la doctrina dejada por Jesucristo, aunque debemos entender que es necesario adaptar las liturgias de las reuniones para que todos los miembros de una iglesia sean contemplados; me parece que hoy en día hay muchas cosas negativas y lo peor es que no preocupan al liderazgo de las iglesias. La gente va a la iglesia como a una fiesta sin reverenciar al Dios creador que puede salvar y libertar; muchos, por increíble que pueda parecer, no entienden qué significa salvación, vida eterna, libertad, reino de Dios, etc. Dios creó el hombre a su imagen y semejanza, pero el hombre recibió algunas características como poder de decisión o libre albedrío, voluntad propia, sentimientos y emociones, que le dificultan entender las circunstancias, las pruebas y las tentaciones; por ello, muchas personas, aunque participen en las iglesias, no consiguen mantener una perfecta comunión con Dios. P.- ¿Hay evangélicos participando en política y ocupando cargos públicos? R.- Sí, hay bastantes; hay algunos que tienen ética cristiana y luchan por mantener el evangelio puro y la libertad de manifestación religiosa, pero como en el medio político-partidario es difícil lograr éxito trabajando aisladamente, muchos tienen dificultad para actuar con libertad, las alianzas les impiden actuar como deberían. P.- Acabas de graduarte en Teología. ¿Es importante la formación para crecer espiritualmente? R.- Importantísimo, pues además de aprender sobre las cosas de Dios, que es lo fundamental, uno aprende mucho sobre el hombre espiritual y la naturaleza humana del hombre, sus necesidades espirituales. Por no conocer, no hay cómo vivir plenamente en el Reino de Dios. Para mí, ahí radica la mayoría de los problemas de la cristiandad: la falta de conocimiento. P.- ¿Cuál es la misión de la Iglesia en este siglo XXI? R.- Como cuerpo de Cristo, creo que la misión de la iglesia es preocuparse por los demás, con los que están ya en el cuerpo y, principalmente, con los que todavía no tienen clara la revelación de esa verdad. Como señalé antes, es necesaria la enseñanza de la palabra, no siempre el que está en la iglesia vive de acuerdo con los principios bíblicos, de amor, fraternidad, compromiso con la verdad, guardar la palabra en el corazón para no pecar contra Dios; es decir, la iglesia tiene que llevar a las personas a adorar a Dios y ayudarles a solucionar los problemas sociales que se presenten. P.- ¿Qué significa la Familia de la fe para alguien que se encuentra lejos de su país, de su familia…? R.- Mira, es un puerto seguro, es un lugar en el que te sientes acogido y consigues dar secuencia a tus planes dentro de lo que Dios te ha indicado. En nuestro caso nos sentimos en nuestro país y estamos en nuestra familia literalmente. Los hermanos de la Iglesia Cristiana Evangélica de Salamanca nos han demostrado el amor de Dios que está en sus corazones, así que mi familia y yo nos sentimos muy cómodos entre los hermanos. P.- ¿Qué le dirías a alguien que te preguntara acerca del significado de la Navidad? R.- Que es un momento de mucha reflexión, pues se trata de la conmemoración del nacimiento del hijo de Dios que vino a salvar a la humanidad dentro de un proyecto de Dios ya organizado. Que el nuevo pacto de Dios con el hombre tiene dos partes, Jesús nació para cumplir la voluntad del Padre y la cumplió viviendo una vida de humildad y enseñando al hombre cómo éste debe proceder para que camine bien y tenga salvación espiritual; por otro lado, al hombre cabe entender el pacto como algo maravilloso, que no puede ser desprestigiado, que el plan de salvación es individual y que depende de que el hombre lo acepte para obtener vida eterna, pues todos nacemos muertos espiritualmente. Finaliza la entrevista. Gracias, Vanderlei, por tu sentido testimonio de una vida restaurada. Nos hace constatar que vale la pena marcar la diferencia en la vida de las personas que tenemos a nuestro alrededor y que nos necesitan, y que necesitan a Dios. Bienvenidos, y que tengáis una grata estancia en España.

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