Enséñame, oh Señor, tu camino; caminaré yo en tu verdad;
Afirma mi corazón para que tema tu nombre.
Te alabaré, oh Jehová Dios mío, con todo mi corazón,
Y glorificaré tu nombre para siempre.
Porque tu misericordia es grande para conmigo,
Y me has librado de caer en el sepulcro.”
Salmos 86:11-"/>

El guión

Enséñame, oh Señor, tu camino; caminaré yo en tu verdad;
Afirma mi corazón para que tema tu nombre.
Te alabaré, oh Jehová Dios mío, con todo mi corazón,
Y glorificaré tu nombre para siempre.
Porque tu misericordia es grande para conmigo,
Y me has librado de caer en el sepulcro.”
Salmos 86:11-

12 DE DICIEMBRE DE 2009 · 23:00

,
La directora de mi grupo de teatro no dice nada cuando estoy actuando en un ensayo y me equivoco. Ni tan solo cambia de expresión. Ella va anotando en una libreta todos y cada uno de mis errores. Así que si Angie escribe, mala señal. Cuando acabo mi monólogo suele preguntarme cara a cara: -¿Y qué, Alba? -Se me fue el texto, lo siento- es mi frase de siempre, y la digo cabizbaja y a media voz. -Anda, siéntate ahí, léete ese guión que después volverás a repetir de nuevo tu monólogo… - dice ella mientras me mira, y respira profundamente. Y es que cada sábado por la mañana me pasa igual, se me olvida el texto. La vida, al fin y al cabo, es una obra de teatro. Yo como cristiana reconozco a Dios como mi Director. Él me ha hecho libre de escribir mi propio guión o de escoger el que Él ha escrito sólo para mí. Puedo salir a escena sin saber que debo decir o hacer; puede que los demás actores ni lo noten si improviso, pero el Director lo anotará en su libreta y eso quedará ahí hasta que yo pida perdón. La voluntad del Señor, el guión perfecto, sólo podemos saberla si escuchamos Su voz. Él no me mira desde la segunda butaca de la tercera fila como Angie, Él me mira desde la primera fila. Y puedo ignorarlo ahora, pero un día Él también me preguntará cara a cara: -¿Y qué, Alba? -Supongo que se me fue el texto- le responderé cabizbaja y sabiendo que sabe que miento -No te engañes, sabes que si estabas en silencio podías escuchar mi voz susurrártelo… En Cristo, Alba Arroyo

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - X-tremo joven - El guión