Una familia en crisis económica

Un estudio novelado de 1 Reyes 17:1-16

17 DE NOVIEMBRE DE 2019 · 12:10

Y sucederá que beberás del arroyo, y yo he mandado a los cuervos que te sustenten allí.. / Free Bible Images (CC),
Y sucederá que beberás del arroyo, y yo he mandado a los cuervos que te sustenten allí.. / Free Bible Images (CC)

A veces nos preguntamos cómo es posible que tanta adversidad y tragedias puedan suceder a algunas personas mientras que otras parecería que van por la vida sin muchas dificultades.

Nuestra protagonista es una mujer en una sociedad dominada por los hombres. Es una viuda que tiene un hijo que mantener y al perder a su marido está en la pobreza. A esto se le agrega una crisis económica nacional.

Los primeros versículos de 1 Reyes 17 nos introducen a un personaje muy especial. Hoy algunos lo llamarían “una persona extraña”. Este hombre es un profeta de Dios y predice una sequía:

- ¡Vive Jehovah Dios de Israel, a quien sirvo, que no habrá rocío ni lluvia en estos años, sino por mi palabra!

El Señor le dice:

- Apártate de aquí, dirígete al oriente y escóndete junto al arroyo de Querit, que está al frente del Jordán. Y sucederá que beberás del arroyo, y yo he mandado a los cuervos que te sustenten allí.

Aquí hay dos acontecimientos extraordinarios:

1 - Que los cuervos le traigan de comer a un hombre no sucede todos los días.

2 - Y que los cuervos no se lo coman ellos mismos es de lo más inusual.

Las Escrituras nos están enseñando que todas los seres vivientes de la creación reconocen el mandato de Dios y lo obedecen.

Dios le ha dicho que se esconda en un lugar desierto para que el rey enemigo Acab no lo pueda encontrar. El profeta Elías obedece el mandato.

Quizás al principio Elías tuvo reparo en comer algo que le traía un animal impuro, si bien probablemente el cuervo le proporcionaba el tipo de alimentos que era lícito de acuerdo a la ley de Moisés.

Yo le hubiera pedido al Señor que me cambiara la empresa de transporte aéreo que traía la comida. A mí me gustaría que enviara otras aves más bonitas; quizás un faisán, o un cisne o un pavo real.

Pero Dios en su plan perfecto ha decidido utilizar cuervos. Elías está dispuesto a acatar la voluntad divina sin discutir. Dios ha dispuesto algo que para nosotros es incomprensible, y es usar cuervos con este propósito.

“Elías fue e hizo conforme a la palabra de Jehovah. Fue y habitó junto al arroyo de Querit, que está al frente del Jordán. Los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo” (vs.5 y 6).

No se nos dice específicamente qué clase de carne los cuervos le traían ni de donde procedía. Algunos han sugerido que lo hurtaban de la cocina del rey Acab que sin duda tendría la mejor calidad disponible en el país.

Otros dan complicadas explicaciones por las cuales Elías estaría escondido en un lugar cerca de rocas altas donde los cuervos tendrían su nido.

Los cuervos traían la comida para sus pequeños y Elías cambiaría el destino de los alimentos.

Dentro de todo Elías estaba pasando bastante bien. A cierta hora de la mañana llegaban los cuervos y a cierta hora de la tarde regresaban trayendo la comida. Tenían tanta puntualidad que parecían esos aviones que llegan y salen todos los días a la misma hora.

vs.7: “Pero sucedió que después de algunos días se secó el arroyo, porque no había llovido en la tierra. Entonces la palabra de Jehová vino a Elías diciendo:-Levántate, vé a Sarepta de Sidón y habita allí. He aquí, yo he designado allí a una mujer viuda para que te sustente”.

Lo interesante es que Dios lo manda a Sarepta que está muy cerca de Sidón y Tiro. Allí reinaba el padre de Jezabel, la esposa del rey Acab. Pero observen que Dios lo manda para ser alimentado por una viuda.

La verdad es que al final el profeta de Dios va a alimentar a la viuda y a su hijo. Dios lo envía a un lugar fuera del territorio de Israel, lo que hoy es el Líbano.

A cualquiera de nosotros nos hubiera gustado que el Señor nos mandara a una familia de gente “pudiente”, y sin ninguna duda que habría hombres fieles a Dios en familias en buena condición económica. Pero el SEÑOR en su sabiduría decide que vayan a la casa de una viuda.

“Entonces se levantó y se fue a Sarepta. Cuando llegó a la puerta de la ciudad, he aquí una mujer viuda que estaba allí recogiendo leña”. (v.10)

Se sabe que es una viuda por sus ropas, su atuendo. Elías ahora se dirige a la viuda y le dice:

- Por favor, tráeme un poco de agua en un vaso para que beba.

Felizmente esta señora era muy amable y cumplía las normas de la cortesía de aquellos tiempos. En muchas partes del mundo la respuesta hubiera sido:

- Señor, ¿y a Ud. quién lo conoce? Si quiere agua vaya a buscársela usted mismo!

Parecería como que Elías le está gastando una broma. En el momento que ella va para traerle agua, le solicita que también le traiga pan.

La realidad es que Elías nunca le hubiera pedido pan si ella no hubiera aceptado en darle agua.

¡Cuántas veces vemos en las iglesias locales hermanos, especialmente entre los jóvenes, que no quieren hacer cierta tarea en la congregación porque creen que se merecen algo más importante!

Quizás sea así, pero qué bendición es cuando los hermanos con humildad hacen lo que tienen que hacer porque lo hacen no para la iglesia sino para el Señor. Cuando ella está pronta para ir a proveerle del agua, él la interrumpe.

Estimaríamos que el profeta de Dios está bromeando. Parecería que está buscando hasta cuando esta mujer puede soportar sin perder la paciencia.

Ahora le dice:

- Por favor, tráeme también un poco de pan en tu mano(v.10b). Nos preguntamos si Elías sabía o no que ella no tenía nada. Yo creo que lo sabía pero era parte de la prueba a la que se estaba sometiendo a esta mujer. Ella respondió:

- ¡Vive Jehovah, tu Dios, que no tengo pan cocido! Solamente tengo un puñado de harina en una tinaja y un poco de aceite en una botella.

Es interesante que ella comienza diciendo: -¡Vive Jehovah, tu Dios! De alguna manera percibe que Elías es un siervo de Dios. Ignoramos si es que él se le dio a conocer o si ella lo reconoce por su vestimenta. Si fuéramos nosotros diríamos:

- Pero, ¿cómo va a poder esta viuda mantenerme a mí, si no tiene suficiente para ella y su hijo? Notamos que ella le informa de lo poco que tiene, tanto de harina como de aceite.

Muchas veces nos lamentamos de lo “poco que tenemos”. Cuando el Señor les dijo a sus discípulos que dieran de comer a la multitud ellos dijeron: (Lc.9:13) “No tenemos más que cinco panes y dos pescados”. ¡Qué fácil es pensar en lo que no tenemos o en lo poco que tenemos!

Pero ese muchachito que accedió a que sus pocos panes y pocos peces fueran puestos al servicio del Señor, hizo posible que cinco mil hombres y miles de mujeres y niños fueran alimentados.

Quizás algunos de nosotros solo tenemos cinco panes y dos pescados, ¡pero qué resultado extraordinario cuando el Señor Jesús bendice!

Ahora la viuda le ha revelado al profeta Elías en forma clara la situación en que se encuentra. Esta mujer ha llegado al final total y absoluto de sus recursos. Por lo visto no cree ni espera que nadie le va a proporcionar algo en préstamo o por lástima.

Ella cree que este es el fin para ella y su hijo. Parecería que está resignada a morir de hambre. Es llamativo que estando en estas circunstancias tan apremiantes no se queje a Dios por la situación.

Esto me sugiere que tiene un temor reverencial de Dios. Si bien ha perdido todas las esperanzas,

Dios le va a proveer de una manera muy paradójica. Dios la va a abastecer por alguien que en vez de darle le va a pedir. Observen que ella dice: “Vive Jehovah el Dios tuyo”. Ella reconoce que Elías es un profeta de Dios.

v.13: “Entonces Elías le dijo: No tengas temor. Vé, haz como has dicho, pero de ello hazme a mí primero una torta pequeña y tráemela. Después harás para ti y para tu hijo”.

Creo que es en el hecho de darle primero al profeta de lo poco que ella tiene donde va a demostrar su fe.

Las instrucciones de como hacerlo eran claras. En general la gente cocina arriba del fuego y no debajo del fuego. Pero el énfasis está en las palabras “hazme a mí primero”.

Nos hacen acordar de nuestro Señor al decir: “Buscad primeramente el reino de Dios y sus justicia y todas estas cosas os serán añadidas”. (Mt. 6:33).

La viuda, al darle la primera parte al profeta, en realidad lo está dando para el SEÑOR. Para ella representaba gran parte de lo poco que tenía. Vemos un aspecto que no se menciona a menudo de Elías.

Era un hombre fuerte y duro cuando había que serlo pero también tenía un corazón compasivo. Y aquí, con esta mujer en necesidad lo hace diciendo: - No temas.

Estas mismas palabras van a ser las que Jesucristo va a utilizar una y otra vez durante su ministerio en la tierra. Hoy te las dice a ti y a mí.

En Juan 14:27 leemos: “Mi paz os dejo, mi paz os doy, No como el mundo la da, yo os la doy. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo”.

v.14: “Porque así ha dicho Jehovah Dios de Israel: “La harina de la tinaja no se acabará, y el aceite de la botella no faltará hasta el día en que Jehovah dé lluvia sobre la superficie de la tierra”.

Notemos que Elías había tenido esa revelación del Señor desde el principio. El que garantiza la provisión es Jehová el Dios de Israel. Esta mujer vive fuera del territorio de Israel, en la Fenicia.

Vemos aquí como el amor de Dios se extiende a las naciones de los Gentiles. Es en esa misma zona donde cientos de años después Jesús de Nazaret se va a encontrar con esa mujer sirofenicia quien le ruega por un milagro a favor de su hija.

Esa era la madre que cuando Jesucristo le dice: “Deja primero que se sacien los hijos” ella responde:- Si, Señor, también los perritos debajo de la mesa comen de las migajas de los hijos” (Mr. 7: 27.28).

Es muy probable que la viuda había escuchado hablar del Dios de Israel. Me imagino la escena.

v.15: “Entonces ella fue e hizo conforme a la palabra de Elías, y comieron él, ella y su familia, por mucho tiempo. La harina de la tinaja no se acabó, ni faltó el aceite de la botella, conforme a la palabra que Jehovah había dicho por medio de Elías”.

Ahora se nos habla aquí de su familia. En otras versiones dice “y su casa”. Es probable que aparte de su hijo hay otros familiares cercanos que aparecen cuando se enteran que ella tiene comida. Cuando el creyente es obediente al Señor no solamente tiene bendiciones para sí mismo sino para las personas a su alrededor.

Yo me imagino a esta mujer cuando comienza a sacar harina y a usar el aceite. Si esto hubiera pasado en el Río de la Plata la señora hubiera puesto una marquita con algo para estar segura que era exactamente así como había dicho el profeta.

Lo increíble es que pasan los días y las semanas y sigue la misma cantidad.

Y a esta señora le gusta cocinar. Hace tortas todos los días con harina de primera calidad y con aceite del mejor. Sin duda que el sabor es exquisito. ¿Saben Uds. que es muy difícil cocinar sin que los vecinos no se enteren?

Cuando alguien está haciendo algo sabroso el olor se percibe. Me imagino a la gente de al lado preguntándole:

- Vecina, ¿qué está cocinando de sabroso? El olor es muy apetecible.

Y por supuesto, el texto no nos dice esto pero sería muy probable que la segunda pregunta fuera:

-  ¿Dónde consiguió la harina y el aceite?

Si ella les dijese, no lo iban a creer de ninguna manera.El texto nos dice que se alimentaron ellos y su familia.

En Lc. 4:25 leemos: “Pero en verdad os digo que había muchas viudas en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra, pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón”.

Aquí la idea no es que había muchas viudas pudientes que podrían alimentar al profeta, sino que había una viuda que Dios iba en forma especial a proteger y proveer. ¡Por qué Dios envía a Elías a otro país cuando hay tantas viudas en Israel?

El mismo Señor Jesucristo trajo a colación esta cuestión que es tan importante. Tenemos que admitir que la única explicación es que esta mujer es una que está buscando sinceramente a Dios.

Su teología no es perfecta en todo pero su corazón está buscando honestamente al Dios Vivo.

En las palabras de Isaías 55:6: “¡Buscad a Jehovah mientras puede ser hallado! ¡Llamadle en tanto que está cercano!”.

Si nos preguntamos si esta mujer era o no creyente podemos responder que ella habla como creyente y actúa como una persona que lo es.

Trata al siervo de Dios con el respeto que sólo los creyentes pueden dar. Ella quizás era la única que estaba dispuesta a darle al profeta de Dios la primera porción. En el verso 5 leímos que Elías fue e hizo conforme a la palabra del SEÑOR.

En el verso 15 también leímos que ella hizo conforme a la palabra de Elías. Y en el v.16 vemos que la palabra de Elías era sinónimo de la del SEÑOR.

Dios en su Providencia tiene un plan futuro en relación al hijo de esta viuda.

Es decir, en el libro de los Reyes tenemos la idea que la viuda alimenta a Elías. En el Evangelio de Lucas tenemos la idea que Elías alimenta a la viuda y a su hijo. Y las dos formas son correctas.

Es que las bendiciones del Señor son abundantes.

El Apóstol Pablo lo expresa en Filipenses 4:19: “Mi Dios, pues, suplirá toda necesidad vuestra, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”. O en las palabras de Lamentaciones 3:22 “ Nunca decaen sus misericordias, nuevas son cada mañana, grande es tu fidelidad.”

Queremos destacar que en este milagro se produce un aumento del producto de la misma cualidad. Es decir hay un cambio en la cantidad pero no en la calidad.

En las bodas de Caná de Galilea, cuando el Señor transforma el agua en vino hay un cambio en cualidad. Pero no en cantidad.

Es decir el agua de las tinajuelas se convierte en vino pero el volumen es el mismo.

En las dos ocasiones de la multiplicación de los panes y los peces el cambio es similar al que ahora tenemos por delante. Es un cambio en cantidad pero no en cualidad.

Tenemos que destacar que Elías no hace ningún espectáculo teatral con sus manos invocando ciertas frases mágicas.

Sencillamente el repite la promesa del Señor. El detalle de que esto va a suceder hasta que comience la lluvia, se puede explicar en que hay gente que acapara los alimentos en épocas de sequía o escasez, y que al empezar a llover los llevan al mercado a precios accesibles.

Y creo que en el día de hoy para el creyente es lo mismo. El Señor nos va a proveer.

La Palabra nos muestra una y otra vez la verdad de nuestra propia incapacidad, pero lo todo suficiente que nos es nuestro Señor.

El apóstol Pablo lo expresa en Filipenses 4:13: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. El mismo principio establece el Señor Jesús en Juan 15:5 “Yo soy la vid, vosotros las ramas. El que permanece en mí y yo en él, éste lleva mucho fruto. Pero separados de mí, nada podéis hacer”.

El Evangelio nos muestra un episodio interesante. El Señor Jesús lo va a utilizar como ejemplo de alguien que no solamente da mucho sino que da todo al Señor.

Leemos en Marcos 12: 41 -44 “Y muchos ricos echaban mucho. Y vino una viuda pobre, y echó dos blancas, o sea, un cuadrante.

Entonces Jesús llamando a sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca; porque todos han echado de lo que les sobra, pero, ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento”.

Noten que el Señor Jesús en su omnisciencia sabe no sólo exactamente lo que esta mujer ha puesto en la ofrenda, lo cual ya sería difícil conocer, sino que sabe también que son sus dos últimas monedas. Nos preguntamos:

-¿Cómo es que Jesús lo sabe?

Y la respuesta es: - El Hijo de Dios lo sabe todo, lo puede ver todo; así como a Natanael, cuando estaba debajo de la higuera (Juan 1:48).

Pero la cuestión para mí increíble es por qué esta mujer usa las dos últimas monedas que le quedan para dar a Dios sabiendo que no tiene más para alimentarse.

Por supuesto que ella conocía la historia de la viuda de Sarepta y tenía confianza que el Dios que proveyó a esa viuda le podía proveer a ella.

Ella confiaba en la promesa: ”Jehová guarda a los forasteros; sostiene al huérfano y a la viuda” (Salmo 146:9).

¡Qué ejemplo es para nosotros esta viuda de Sarepta que está dispuesta a confiar en la provisión de Dios!

¿Cuántos de nosotros podríamos decir como el profeta Habacuc: “Aunque la higuera no florezca ni en las vides haya fruto, aunque falle el producto del olivo y los campos no produzcan alimento, aunque se acaben las ovejas del redil y no haya vacas en los establos; con todo, yo me alegraré en Jehovah y me gozaré en el Dios de mi salvación”(3:17,18).

 

NOTAS

Se podría considerar que en Israel hubiera sido muy difícil para una viuda tener un inquilino en un altillo o vivienda separada pero conectada a la casa de alguna manera. Es muy probable que en la zona de Tiro y Sidón no se fuera tan exigente en cuanto a las normas de vida.

 

TEMAS PARA ELGRUPO DE ESTUDIO

Dios, el padre de huérfanos y el defensor de viudas

¿Puede el SEÑOR proveer nuestras necesidades diarias?

¿Era Elías egoísta cuando dijo “hazme a mí primero”?

La importancia de darle al Señor el primer lugar en nuestras vidas (Mateo 6:33)

 

AYUDAS A MAESTROS PARA DESPERTAR EL INTERÉS EN NIÑOS Y JÓVENES

Pensamos que el niño le preguntaba a la madre muchas cosas referentes a esta visita que no era de la familia. Por ejemplo: - Mamá, ¿de qué trabaja don Elías?

El niño sin duda le hace preguntas al profeta: - Señor profeta ¿por qué Ud. se viste de esa manera?

- Mamá, cuéntame la historia otra vez de cuando el Varón de Dios estaba en el desierto y los cuervos le traían la comida. ¿Esos cuervos eran los mismos todos los días o eran distintos? ¿Dónde conseguían ellos la comida?

Tomado del libro CUANDO DIOS HACE MARAVILLAS Autor: Dr. Roberto Estévez Publicado por Editorial Mundo Hispano – Casa Bautista de Publicaciones

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Ahondar y discernir - Una familia en crisis económica