Casiodoro de Reina, intérprete bíblico

Además de su enorme contribución al traducir la Biblia, Casiodoro de Reina debiera ser revalorado como intérprete bíblico.

11 DE AGOSTO DE 2019 · 07:00

Casiodoro de Reina (CC0),
Casiodoro de Reina (CC0)

Además de su enorme contribución al traducir la Biblia, Casiodoro de Reina debiera ser revalorado como intérprete bíblico. En el primer caso, traductor de la Palabra al castellano, Reina es recordado y reconocido en este año que se cumplen cuatro siglos y medio de la publicación de la Biblia del Oso. En el segundo, como hermeneuta de las Escrituras, Casiodoro es prácticamente desconocido para quienes leen su traducción en Hispanoamérica.

La obra clásica de Arthur Gordon Kinder (Casiodoro de Reina: Spanish Reformer of the Sixteenth Century, Tamesis Books Limited, Londres, 1975), por fin publicada recientemente en castellano por la Sociedad Bíblica Española, hace algunas menciones del personaje como intérprete bíblico. Igualmente Doris Moreno refiere los acercamientos interpretativos de Reina y proporciona pistas interesantes (Casiodoro de Reina. Libertad y tolerancia en la Europa del siglo XVI, Centro de Estudios Andaluces, Sevilla, 2017). El estudio más sistemático acerca de Casiodoro y su labor exegética es el de Rady Roldán Figueroa, en su tesis presentada en la Universidad de Boston en 2004 para obtener el doctorado en teología: Casiodoro de Reina as Biblical Exegete: Studies on the 1569 Spanish Translation of the Bible. Este trabajo merece ser traducido al castellano para que sea publicado el próximo año, cuando se cumplen cinco siglos del nacimiento de Reina.

Gracias a Emilio Monjo, director de la colección Obras de los reformadores españoles del siglo XVI, y a la magnífica traducción de Francisco Ruiz de Pablos, el público interesado en conocer la faceta de Reina como intérprete de la Biblia puede acceder a ella mediante el volumen VII de la  mencionada colección. Allí están su Prefacio del traductor español de la Sagrada Biblia, Comentario al Evangelio de Juan y Exposición de la primera parte del capítulo cuarto de Mateo para avisar a la Iglesia de Cristo (Colección Eduforma Historia, Sevilla, 2009).

Ruiz de Pablos tradujo del latín los escritos de Reina. Además es el autor de una muy útil introducción a los trabajos hermenéuticos de Reina. Tras notificar en el primer párrafo que con el volumen “se inicia la recuperación y/o traducción española de una serie de obras de contenido bíblico-exegético, escritas por los mejores representantes de la primitiva Reforma de cuño peninsular”, hace una declaración que implica sólido conocimiento de cómo se gestó el cambio de paradigma teológico en el grupo al que pertenecía Reina: “Entre los muros de aquel monasterio [de San Isidoro del Campo] a las afueras de Sevilla descubrieron sus moradores que para conocer la voluntad de Dios había que recurrir a las Escrituras y aprender de forma sencilla y explícita la doctrina del Evangelio”. Es decir, los huidos del monasterio ya poseían una formación que les posibilitó articularse al movimiento de Reforma y sus distintas vertientes.

Quien posea un ejemplar de la Biblia del Oso, o tenga acceso a ella, puede leer en castellano Amonestación del intérprete de los Sacros Libros al lector y a toda la Iglesia del Señor, en que da razón de su traducción así en general como de algunas cosas especiales. De no ser así, le será posible conocer la mayor parte de dicha Amonestación en la versión digitalizada de Prefacios a las Biblias castellanas del siglo XVI, cuyo enlace pongo aquí (http://historiayverdad.org/biblias-textos-biblicos/Prefacios-a-las-Biblias-castellanas-del-siglo-xvi.pdf).

El Prefacio a la Biblia del Oso lo dedicó Casiodoro de Reina “A los Serenísimos, Ilustrísimos, Generosos, Nobles, Prudentes, Reyes, Electores, Príncipes, Condes, Barones, Caballeros y Magistrados de las ciudades, tanto de Europa como, sobre todo, del Sacro Imperio Romano-Germánico”. Buscó aleccionarles “a partir de la primera visión del profeta Ezequiel, donde diserta sobre el deber de los piadosos príncipes que confiesan con verdad y de corazón el Evangelio de Cristo, y al mismo tiempo les encomienda, con toda la reverencia y sumisión de ánimo que le son posibles, el patrocinio y tutela de esta traducción”.

Para cuando Reina escribió el Prefacio intentando convencer a la nobleza europea sobre que facilitara la circulación de su traducción bíblica, el rey Felipe II había ordenado a sus agentes que lo capturaran con el fin de juzgarlo en España. Por su parte la Inquisición en el Auto de Fe del abril 1562, celebrado en Sevilla, lo llevó a la hoguera en efigie por la imposibilidad de hacerlo con su cuerpo ya que Casiodoro había huido de España a finales del verano de 1557.

En 1573 Reina publicó en Frankfurt su comentario titulado Evangelio de Juan, esto es, justa y antigua apología de la eterna divinidad de Cristo y, por tanto, en cuanto que es una sola esencia con Él, en igualdad con el Padre, contra la impiedad de los judíos, de Cerinto, de los ebionitas, de Arrio, de Mahoma finalmente, y de la escuela de ellos, tanto la antigua como la nueva. El autor se presentaba a sí mismo como “estudioso de teología”.

El comentario fue dedicado a Juan Sturm, rector de la Universidad de Estrasburgo, llamado por Reina “su compadre, que debe ser altamente venerado”. En esta ciudad Casiodoro tuvo condiciones más estables para continuar con la traducción de la Biblia. Residió en Estrasburgo tres años, y su reformador, Sturm, “siguiendo a Martin Bucer sostuvo una tendencia bíblica y humanista hacia un cristianismo no dogmático” (Doris Moreno, op. cit., p. 140).

Kinder afirma que Reina habría nacido en 1520, por consiguiente cuando publica el comentario al Evangelio de Juan, en 1573, tenía cincuenta y tres años. A tal edad Casiodoro consideraba “haber llegado hace algún tiempo a la vejez y con una salud no muy fuerte”. Viviría veintiún años más, hasta el 15 de marzo de 1594. Falleció a la edad de setenta y cuatro años.

En las próximas entregas intentaré dilucidar las líneas interpretativas de Reina y la contextualización que hizo de ellas en las condiciones que vivió. Casiodoro consideraba que el estudio sistemático de las Escrituras le posibilitaba construir un marco para comprender tanto la Revelación de Dios como tener lecciones para dilucidar los momentos históricos que forjaron su mundo contemporáneo. Él no hacía aplicaciones mecánicas de la Palabra al contexto vivido, sino identificaciones, ciertos paralelismos, con lo acontecido durante las décadas en las que debió peregrinar por distintas ciudades europeas, en las que vio grandes transformaciones políticas, sociales y religiosas.       

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Kairós y Cronos - Casiodoro de Reina, intérprete bíblico