¡Siente mi abrazo!

Nuestras casas minimalistas en todos los sentidos, casi no tienen lugar para un precioso hospedaje, comunión fraternal y demás.

16 DE JUNIO DE 2019 · 07:30

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“Si encuentras a una persona así, alguien a quien puedas abrazar y con la que puedas cerrar los ojos a todo lo demás, puedes considerarte muy afortunado”

“¿Sabes lo que significa abrazar? Es estrechar sin ahogar.”

“Sé que nadie te ha abrazado nunca tan fuerte que cuando se ha ido, has sentido que el abrazo se quedaba contigo.”

Hace ya tiempo, una querida amiga de siempre que se tuvo que trasladar a otro país por motivos de trabajo, me habló en la noche. Ella estaba muy cargada con algunas cosas, y lo cierto es que yo también; nos conocemos y queremos desde siempre, pero por cosas de la vida que no importan, el Señor hizo que nuestra amistad y cariño se acrecentaran de un modo muy grande.

En aquella noche charlamos un poquito, hay determinadas cosas como una verdadera amistad llena de cariño sincero, que no mueren con la distancia, el tiempo, las circunstancias….. Y cuando terminamos de hablar, ella me dijo, ¡Te quiero mucho, siente mi abrazo!

Lo cierto es que a mi, que me encanta jugar con las palabras, escribir, y hacer poesía, al momento me atrapó esa preciosa expresión…. ¡Siente mi abrazo! Me pareció preciosa en toda su extensión, y os puedo asegurar que pude sentir como me podía abrazar con todo el corazón desde la distancia, y pasando por dificultades muy profundas.

Me quedé para siempre con esa bellísima frase, que reservo sólo para personas muy cercanas y de profundidad.

Esta mañana tuvimos una preciosa reunión de mujeres….. Mis chicas de todos los metales más preciosos de mi iglesia; fue la última de la temporada y estábamos todas, hacía tiempo que no ocurría lo de esta mañana, y la verdad es que nos abrazamos y besamos todas con muchísimo cariño, para dar paso después a una preciosa y bendecidísima reunión.

Me encanta la gente que me abraza fuerte y sinceramente sin tener que pedirlo, sin tener que forzarlo….. Y como cristianos que somos, cuando acaba una reunión, antes de comenzar….. ¿Ponemos en práctica sincera aquello del ósculo santo?… ¿Seguro?

Hace un tiempo, alguien me preguntó porqué tenemos a veces muchos problemas de convivencia dentro de una iglesia evangélica, cuando en otros lugares no ocurre lo mismo. Me quedé pensando, y un tanto parada; la respuesta es muy sencilla, convivimos muy estrechamente, o así debería de ser. En otros ámbitos cristianos, todo está muy organizado, llega el darse la mano para darse la paz, algo que confieso que me parece bonito; pero luego, cada uno para su casa. De ese modo, es fácil no tener problemas, problemas venidos de convivencia profunda, somos familia en Cristo, y del mismo modo que en nuestras casas y hogares, debido al constante roce, en ocasiones surgen problemas venidos de estar continuamente juntos, ocurre exactamente lo mismo dentro de la casa de Dios.

Hoy me gustaría considerar a vuestro lado, algunas escenas de abrazos en la biblia:

“Y así que oyó Labán las nuevas de Jacob, hijo de su hermana, corrió a recibirlo, y lo abrazó, y lo besó, y lo trajo a su casa; y él contó a Labán todas estas cosas.” Gén. 29:13

Vamos a comenzar por el abrazo sentido y sincero entre Jacob y Labán. Es una escena realmente encantadora, Jacob, huyendo de su hermano, y después de su primer gran encuentro con Dios en Betel, llega a la casa de su tío… ¡Ay! Familia de engañadores, pero realmente fue sincero y grato aquel encuentro… Después, claro.. De conocer a Raquel, alzar su voz y darle un beso…. La que sería el gran amor de toda su vida. Después vendrían muchísimas cosas, pero en este momento, el abrazo fuerte, sentido y sincero entre tío y sobrino, fue realmente hermoso, y dio paso a la invitación a la casa, a trabajar para él, además del comienzo de muchísimas otras cosas.

Cuando nos encontramos o reencontramos con algún familiar en la carne, o alguien muy querido de la familia de Dios, ¿reaccionamos realmente del mismo modo? ¿abrimos nuestros corazones, hogares, hospedaje…?. Independientemente de lo que ocurrió posteriormente en la escena que estamos tratando, creo sinceramente que en los últimos tiempos dejamos mucho que desear, nuestras casas minimalistas en todos los sentidos, casi no tienen lugar para un precioso hospedaje, comunión fraternal y demás; también creo sinceramente que con ellos estamos perdiendo mucho precioso que estamos dejando atrás.

“Y Esaú corrió a su encuentro, y le abrazó, y se echó sobre su cuello, y le besó; y lloraron.” Gén. 33:4

Me enamora esta preciosa escena entre hermanos que estuvieron en el vientre de su madre a la vez; aunque separados por muchos años debido a “los maravillosos” deseos e ideas de Rebeca, todo su “metedura de pata”, engaño terrible, burdas y tremendas mentiras, el “guiso rojo”, y un odio y años de falta de perdón.

Hay palabras en esta escena en el texto bíblico, que realmente tocan lo profundo del corazón; Jacob tiene miedo y con razón, y pone por delante a su familia… pero Esaú se llena de compasión y perdón; sus palabras, sus acciones, hacen que Jacob pierda el miedo, se dicen palabras y expresiones realmente bellas, y terminan acercándose, abrazándose, besándose, y llorando el uno sobre el otro.

El perdón más absoluto y maravilloso, borró el odio, falta de perdón y miedo acumulados durante tanto tiempo y dio paso a una reconciliación más que maravillosa, fuera odio, amargura y falta de perdón; bienvenidos abrazos y entrañable y profundo amor realmente fraterno. ¿Os habla al corazón? ¿A mi, profundamente!

“Y los ojos de Israel estaban ya tan agravados de la vejez, que no podía ver. Y los hizo acercarse a él, y él los besó y abrazó”.  Gén. 48:10

 

Una última y especialmente escena enternecedora al extremo. La bendición de Jacob ante su grande prole, y una muy especial para José…. Le da una porción especial.. Y aquí regresamos a la primera escena y al amor de su vida, Raquel. Me atrapa la escena cuando parece que Jacob se equivoca con los hijos de José, ¿se equivoca? ¡En absoluto!… Padre, que te has equivocado, que este es el mayor…. No hijo mío, la bendición especial es para el menor. Supongo que en ese momento, José rememora toda la escena de una primogenitura robada, pero, de algún modo, Dios cumple lo dicho… El menor servirá al mayor. No es la vejez lo que lo ciega, es el sentir de Dios que cumple. José calla.

Me queda un último abrazo, el más importante, el abrazo de Dios. Podría expresar este maravilloso abrazo con mis propias palabras, pero es tan bello lo que os paso a continuación, citando fuente, que ni quiero añadir ni quitar….

“Cuando dos personas se abrazan y es grande la desproporción entre ellas, decimos que una (la más pequeña) se pierde en el abrazo de la otra. Así también, muchas veces tenemos la sensación de que nuestra pequeñez (los pequeños gestos que hacemos, las pequeñas cosas en las que estamos, etc.) se pierde en el abrazo de Dios, es decir, en lo que su amor encierra, en la totalidad de su proyecto.

Pero, aquí, son los más pequeños los que nos enseñan que en su abrazo, la pequeñez no queda perdida. En el abrazo que Dios da, muestra su abajarse, su ponerse a la altura del pequeño que abraza, donde paradójicamente se empareja la altura de su amor.

Tocar el abrazo de Dios es tocar su deseo que nada ni nadie se pierda. Dios no abraza para encerrar. Dios abraza para cuidar, para salvar. Abraza lo que ama. Así abrazó Jesús, la cruz por la que los hombres volverían al abrazo del Padre. Abrazo, que no quiso dejar a nadie afuera (“como la gallina al cobijar sus pollitos”).

Y allí, en los brazos extendidos del Hijo puesto en Cruz, está desde entonces, ofrecido el abrazo del Padre para todo el que reconozca la pequeñez a la que quedó reducida la medida de su amor.

Nadie vuelve al Padre sino por el abrazo del Hijo puesto en Cruz. Allí el que estaba perdido es encontrado; el que estaba muerto, vuelve a la vida.

Sólo en el abrazo del Padre, el Hijo está cuidado.” Fuente: javieralbisusj.wordpress.com

Hoy quiero terminar con algo que escribí hace un tiempo, una poesía que va muy al hilo de lo que acabo de  lo escrito…. Con ella os dejo para poder meditar en el Amor y abrazo del Padre, que deseo que hoy, en este mismo instante, podáis sentir……

 

¡CUAN LEVE EL SUSURRO DE TU RESPIRAR!

Que dulces Señor a mi ser tus palabras,

como miel de antera, como flor de abril,

como golondrinas en la primavera,

como silbo dulce que me hace vivir.

 

Me hablas en el fuego y hablas en la lluvia,

entre la tormenta y en la tempestad.

Me hablas en la fuerza, me hablas en la calma,

y tu voz serena me hace descansar.

 

Son muchas las veces que hablas en silencio,

sólo amor callado sobre mi vivir;

es ahí cuando toda tu mirra se derrama,

me envuelve, me empapa, me hace revivir.

 

Y todo tu amor me acaricia el alma,

me dice que nunca me abandonarás.

Pueden pasar aguas y fuegos profundos,

tu vara y callado no van a fallar.

 

Puede faltar todo menos tu presencia,

puede caer todo en mi caminar,

pero que no falte ¡Señor de mi vida!

El leve susurro de tu respirar.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Follas novas - ¡Siente mi abrazo!