Notas sobre las primeras iglesias anabautistas menonitas en la zona metropolitana de la Ciudad de México

En distintos momentos y antes que las iglesias anabautistas menonitas fueron asentándose en México otros grupos identificados también con la vertiente eclesial de creyentes.

09 DE JUNIO DE 2019 · 15:00

Ahogamiento de los anabaptistas Heini Reimann y Jakob Falk por sentencia de las autoridades de Zúrich. / Heinrich Thomann, Wikimedia Commons,
Ahogamiento de los anabaptistas Heini Reimann y Jakob Falk por sentencia de las autoridades de Zúrich. / Heinrich Thomann, Wikimedia Commons

Coincidieron varios esfuerzos y personas para iniciar en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México las iglesias de nuestra familia confesional. Narrar esta historia tiene por objetivo dar cuenta de las tareas realizadas y quiénes contribuyeron para comenzar la obra de fundar comunidades eclesiales identificadas, teológica e históricamente, con las iglesias de creyentes que se diferenciaron en el siglo XVI de los reformadores magisteriales.[1] En distintos momentos y antes que las iglesias anabautistas menonitas fueron asentándose en México otros grupos identificados también con la vertiente eclesial de creyentes, es decir, agrupaciones que tomaron distancia del modelo de iglesias oficiales/territoriales europeas.[2]

 

Antes de la llegada de los misioneros de la Conferencia Menonita de Franconia

Hacia finales de septiembre de 1956 Dolores Delgado escribió a la Franconia Mennonite Conference. En la carta informaba que viajaría a México con el fin de iniciar un grupo anabautista menonita, para lo cual solicitaba respaldo. Dolores era mexicana, casada con un mexicano alemán de apellido Vorhauer, había residido por casi veinte años en la ciudad de Nueva York y adquirió la nacionalidad estadounidense.[3] Ella tuvo su “encuentro con el Señor mediante una misión en el Bronx, Nueva York, de la Conferencia Menonita de Lancaster”.[4] El referido encuentro habría tenido lugar en la Glad Tidings Mennonite Church, domiciliada en Brook Avenue número 344. Actualmente es la sede de la Evangelical Garifuna Church, afiliada a la Conferencia Menonita de Lancaster. 

Cuando compartió con su esposo que deseaba regresar a México para dar inicio a una congregación menonita, él se opuso e igualmente uno de sus hijos. Ambos le pidieron que dejara la casa. Entonces Dolores y otro hijo, de nombre Samuel, “se fueron a vivir por un año en la Misión Menonita”, muy probablemente la Glad Tidings Mennonite Church, mencionada anteriormente.[5]

Ya instalada en la ciudad de México, Dolores Vorhauer (así firmaba la correspondencia) conoció la respuesta que Jacob. R. Clemens, secretario de la Franconia Mennonite Board of Missions and Charities (en adelante FMBMC), en la que externaba disposición a trabajar con ella para dar inicio a una célula que iniciaría reuniones en el domicilio de Dolores, situado en Sucre 111, Colonia Moderna, en la capital mexicana.[6] Por su parte ella compartía que estaba dando pasos para iniciar cuanto antes el grupo. Añadió que su “casa era pequeña”, y en ella habitaba su hermano, Ignacio Delgado, quien era “católico pero le gusta el Evangelio”.[7]

Dolores Vorhauer comenzó actividades evangelísticas y en pocos días “una alma se entregó, su nombre es Raimundo Porras”. Solicitaba al FMBMC le enviara “un matrimonio o alguna señorita que [le] viniera a ayudar en este propósito” de difundir el mensaje y discipular a los convertidos.[8] En diciembre comentaba que no había recibido respuesta a su comunicado de fines de octubre. En la nueva misiva dice que era necesario “alcanzar con todo el Evangelio, y en el nombre de Jesús” a las personas. Insta para que se le unan en oración y pueda verse cumplida en la ciudad de México la promesa de Joel 2:28, “derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones”.[9]

Además de hacer labores de difusión evangelística, Dolores Vorhauer ingresa a una escuela bíblica pentecostal, donde conoce a Dolores Martínez Zapata y la gana para la causa anabautista menonita.[10] Incluso menciona que ambas se visten a la usanza menonita y cubren la cabeza. Pide le dejen saber qué planes tiene el Comité de Misiones para México y le escriban al respecto, ya que no ha recibido correspondencia alguna por un tiempo.[11]

Durante una estancia en Nueva York, Dolores Vorhauer es informada por la oficina del FMBMC que continúan los planes para enviar misioneros a México. Le comparte que el poco progreso es debido a que algunos contactos no han sido tan fructíferos como se deseaba. Quien redacta la carta expone que al Comité Ejecutivo le gustaría reunirse con ella personalmente para explorar las posibilidades de la obra en México.[12] El encuentro no pudo realizarse. La réplica de Dolores es dirigida a Harold K. Weaver, vicepresidente de FMBMC, en ella remarca que ha estado esperando apoyo al trabajo que hace en la ciudad de México, y vuelve a solicitar el envío de una pareja, preferentemente un matrimonio. Insta a que la respuesta sea clara, “sí o no” e informa que pronto regresará a su país de origen para “continuar con el cuidado de aquellas almas que han respondido” al mensaje del Evangelio.[13]

El ultimatum de Dolores Vorhauer tuvo efecto. Mientras ella todavía está en Nueva York, Harold K. Weaver le hace llegar una misiva en la cual anuncia que él y Amos Horst, del Comité Ejecutivo de la Conferencia Menonita de Lancaster, tienen planes para visitarla en México y le pregunta sobre posibles fechas. También le transmite que hay una pareja a punto de terminar estudios en la Universidad Cornell interesada en trasladarse a México. Mismo interés han externado, escribe Weaver, tres señoritas solteras.[14]

La proyectada visita en octubre es pospuesta y Dolores todavía se encontraba a fines de dicho mes en Nueva York. El FMBMC le hace llegar un cheque por cien dólares, para que viajara a México y regresara en fecha sin determinar a Estados Unidos.[15] Ella se encargaría de proseguir con el trabajo iniciado en la capital mexicana y hacer preparativos para la visita de los enviados que tendrían por objetivo evaluar pros y contras de enviar misioneros a la urbe.

 

Notas

1 El término reformadores magisteriales lo uso en el sentido definido por George H. Williams, cuando se refiere “a los protestantes clásicos de la Reforma Magisterial encabezada por Martín Lutero, Juan Calvino y Tomás Cranmer […] Reforma Magisterial [designa] las iglesias establecidasdel protestantismo clásico, así las territoriales como las nacionales (en oposición a las sectas, comunidades e iglesias voluntariasde la Reforma Radical). El adjetivo ‘magisterial’ procede de la palabra magistratuso sea la magistratura (concejales, príncipes y reyes) y no de la palabra magisterium, o sea la autoridad magistral, y se refiere, en consecuencia, a la manera como se establecieron y se mantuvieron gubernamentalmente en el siglo XVI las tres formas principales del protestantismo clásico”. La Reforma radical, México, Fondo de Cultura Económica, 1983, p. X.

2 Para seguirle la pista históricamente a los grupos cristianos que fueron contrarios a la simbiosis Estado-Iglesia que se gestó en el siglo IV, son útiles las obras de Juan Driver, La fe en la periferia de la historia. Una historia del pueblo cristiano desde la perspectiva de los movimientos de restauración y reforma radical, Ediciones Clara-Semilla, Bogotá-Guatemala, 1997; Donald. F Durnbaugh, La Iglesia de creyentes. Historia y carácter del protestantismo radical, Ediciones Clara-Semilla, Bogotá-Guatemala, 1992.

3 Pablo Pérez Morales a Earl Stover, sin fecha; Rhoda Stoltzfus, “Greetings from Mexico”, Mission News, september-october 1958, p. 5. 

4 Kenneth y Grace Seitz, “Why are we going to Mexico”, Mission News, september-october 1958, p. 5.

5 Pablo Pérez a Earl Stover, sin fecha, ciudad de México; Amos Horst, Diary Visit to Mexico, November 14-26, 1957, p. 2, Mennonite Heritage Center. En adelante el centro documental será citado como MHC.

6 Jacob. R. Clemens a Dolores Vorhauer, 5 de octubre de 1956, Lansdale, Pensilvania, , caja 6, folder 66, Harleysville, Pensilvania. En adelante el centro documental será citado como MHC.

7 Dolores Vorhauer a Jacob R. Clemens, 14 de octubre de 1956, ciudad de México. MHC, caja 6, folder 66.

8 Dolores Vorhauer a Jacob. R. Clemens, 24 de octubre de 1956, ciudad de México, MHC, caja 6, folder 66.

9 Dolores Vorhauer a Jacob R. Clemens, 4 de diciembre de 1956, ciudad de México, MHC, caja 6, folder 66.

10 Rhoda Stoltfuz, “Greetings from Mexico”, Mission News, september-october 1958, p. 5.

11 Dolores Vorhauer a Jacob R. Clemens, 3 de enero de 1957, ciudad de México, MHC, caja 6, folder 66.

12 Oficina del FMBMC a Dolores Vorhauer, agosto 30 de 1957, Souderton, Pensilvania, MHC, caja 6, folder 66.

13 Dolores Vorhauer a Harold K. Weaver, 2 de septiembre de 1957, Bronx, Nueva York, MHC, caja 6, folder 66.

14 Harold K. Weaver a Dolores Vorhauer, 7 de septiembre de 1957, Souderton, Pensilvania, MHC, caja 6, folder 66.

15 Oficina del FMBMC a John Freed, 26 de octubre de 1957, Souderton, Pensilvania, MHC, caja 6, folder 66.

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