La longevidad amenazada

Si los temores anunciados se confirman y las grandes y poderosas compañías farmacéuticas siguen mirando hacia otro lado, es posible que los últimos longevos seamos nosotros.

09 DE JUNIO DE 2019 · 16:00

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Quizás nosotros los viejos de esta generación seamos los últimos que disfrutemos de la vida rondando –o sobrepasando—los noventa años. Tengo 85 y muchos de mis amigos me superan en edad. Mi madre murió a los 96 y una hermana suya ya llega a los 97. Un amigo acaba de morir a los 98 aunque si no hubiese sido por una caída en el baño en la que se rompió cuatro costillas lo que le comprometió otros órganos vitales, estaría acercándose a los 100.

Si vamos a aceptar que en los tiempos del Antiguo Testamento los años se contaban como se cuentan ahora, nos encontraremos con gente que estuvo a punto de alcanzar los 1000 años de vida. El patriarca Abraham engendró a un hijo a los 100; y Sara, su esposa, dio a luz y amamantó a los 90. Matusalén vivió 969 y su nieto, Noé, 950. Enoc, padre de Matusalén alcanzó a los 365 y él, como otro de los grandes personajes de la Biblia no murió sino que fue llevado por Yahveh sin tener que pasar por la milla verde.

¿Y todo esto para decir qué? Pues que gracias a los descubrimientos de la ciencia médica, a los avances de la tecnología y al aumento de medicamentos aptos para detener las enfermedades y prolongar la vida, desde mediados del siglo pasado la gente ha empezado a vivir más; al punto que llegar a los 85 parece ser cualquiera cosa menos una hazaña.

Sin embargo, noticias recientes surgidas de los ámbitos de la ciencia médica, nos advierten que si los laboratorios del mundo no se apresuran a producir antibióticos capaces de combatir las nuevas cepas bacterianas que empiezan a atacar a la raza humana, los actuales medicamentos y vacunas no servirán de nada. Y, como consecuencia, no habrá forma de detener los estragos en la salud y, por ende, la gente empezará a morir a una edad considerada actualmente como de plena juventud.

En 1907, el escritor ruso Máximo Gorki publicó su novela La madre en la que el personaje central es, precisamente, una madre que lucha contra el régimen zarista y que, en la novela, es ya una anciana a los 40. 

Si los temores anunciados se confirman y las grandes y poderosas compañías farmacéuticas siguen mirando hacia otro lado, es posible que los últimos longevos seamos nosotros.

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