Flor del tilo

¿Quién no recuerda la tremenda historia del Rey Nabucodonosor y su legendaria frase…La gran Babilonia que yo edifiqué?

04 DE MAYO DE 2019 · 21:30

La flor del árbol tilia insularis. / Jean-Pol Grandmont, Wikimedia Commons,
La flor del árbol tilia insularis. / Jean-Pol Grandmont, Wikimedia Commons

“El diablo no es el príncipe de la materia, el diablo es la arrogancia del espíritu, la fe sin sonrisa, la verdad jamás tocada por la duda.” 

Umberto Eco

Conozco bien y de primera mano al árbol del tilo, había muchos en la tierra de mi padre, y hace poco, en la casa materna, fue derribado un tilo plantado por mi padre, a causa de un fuerte temporal. Todo esto trajo a mi memoria preciosos y entrañables recuerdos de este delicioso árbol de hoja caduca y hermosa en un verde espectacular, un tronco grueso, unas raíces fuertes y cortas, unas hermosas flores en tonos verdes y dorados de los cuales se extraen todo tipo de cosas buenas, y su preciosa y arrogante copa ¡Sí! El árbol del tilo……

Se llamaba D. Federico García, y era Maestro de escuela de esos de vocación absoluta que marcó a generaciones de niños para bien; era de La Coruña, pero vivió muchos años en Ares ejerciendo su magisterio de una forma magistral.

Cuando yo conocí a D. Federico, era ya un respetable anciano, un hombre que se merecía el trato de “Don” por miles de motivos, y mi recuerdo de su persona es absolutamente entrañable.

Contaba mi padre, mis tíos, y gente ya muy anciana de la villa marinera de Ares, que entre muchas otras cosas, estableció “ El día del árbol”; no tengo ni idea de cuando era, ni recuerdo de la letra de aquella famosa canción, pero parece ser que era todo un acontecimiento.

En un día muy especial para todo el pueblo, había  un  evento muy esperado por todos. Cada niño de las escuelas de aquellos tiempos, las escuelas de las Alianzas artesanas, tenía que llevar un árbol chiquito y plantarlo; y después de un discurso por parte del querido y respetado D. Federico, todos los niños y participantes en el evento, entonaban con emoción “La canción al árbol”.

Recuerdo un tilo espectacular en el centro del pueblo era casi centenario, su precioso y fuerte tronco, aquella copa inmensa y maravillosa, y aquellas deliciosas flores, que cuando caían al suelo, lo llenaban de una especie de bolitas que perfumaban del modo más maravilloso del mundo todo el lugar cercano.

En mi tierra siempre hubo las cuatro estaciones bien definidas, y no había ciclones o huracanes,  ni cosa por el estilo; ¡eso sí! Una lluvia fina que parecía no cesar nunca, nuestro ”Orballo”, ese que hace de este paraíso lo que es. Pero todo ha cambiado mucho, y últimamente nos llegan ciclones, colas de huracanes……

Es inolvidable para muchos de nosotros, el tremendo y devastador huracán “Hortensia” que llegó a nuestra tierra en Octubre de 1984. Los vientos y su fuerza eran de una intensidad impresionante y se llevó por delante todo lo que pudo. Por aquel entonces, nuestro tilo hermoso, soberbio, y precioso, lucía radiante en aquel Otoño; cuando lo atravesó el “Hortensia” y lo tumbó completamente, lo partió literalmente y lo derribó al suelo. Aquello fue un espectáculo triste que nos conmocionó a muchos….. Todo lo que significaba aquel árbol, toda su belleza y todo lo que representaba, incluidos recuerdos inolvidables de infancia, con muchas connotaciones para varias generaciones.

Aquella copa de una incomparable belleza, y toda aquella fuerza invencible aparentemente; pero aquellas cortas raíces, no pudieron soportar todo aquello, y la arrogancia de aquella copa, cayo desde mucha altura al suelo y partida por la mitad.

Desde que cayó ese tilo plantado por mi padre, no puedo dejar de pensar en todo esto, y es imposible no sacar alguna lección espiritual de todo ello.

¿Quién no recuerda la tremenda historia del Rey Nabucodonosor y su legendaria frase… la gran Babilonia que yo edifiqué? Su arrogancia, soberbia y orgullo, lo llevaron a enloquecer durante siete tiempos y vagar errante por los montes y campos como un animal salvaje. Esta historia conmueve mi corazón, y si desde antes de la fundación del mundo, la arrogancia y el orgullo de Satanás le llevaron a su caída, y está de primero en la lista de las siete cosas que aborrece el Señor en el libro bíblico de Proverbios………. “Los ojos altivos” hoy, en los últimos tiempos, pienso que está más que nunca a la orden del día.

Hay un texto bíblico precioso para mi…

“…... HERMOSEARÁ A LOS HUMILDES CON LA SALVACIÓN”

Salmo 149: 4.

En un mundo donde predomina “la arrogancia del tilo”, la soberbia y el orgullo, no te olvides nunca de las maravillosas palabras de Jesús……

“TOMAD MI YUGO Y APRENDED DE MI, QUE SOY MANSO Y HUMILDE DE CORAZÓN, Y HALLARÉIS DESCANSO PARA VUESTRAS ALMAS”

Mateo 11: 29.

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