Volviendo al lugar de rechazo y sufrimiento

Un estudio novelado de Hechos 14: 8-23.

28 DE ABRIL DE 2019 · 06:10

Las piedras volaban por el aire sereno de la tarde dirigiéndose a Pablo./ FreeBileimages.,
Las piedras volaban por el aire sereno de la tarde dirigiéndose a Pablo./ FreeBileimages.

Las piedras volaban por el aire sereno de la tarde dirigiéndose a un hombre. Una de ellas le hiere en la cabeza, el individuo se desploma, docenas de piedras de todo tamaño siguen cayendo sobre él mientras se escucha la multitud que grita: ¡Es un blasfemo!.

El hombre en el suelo trata de incorporarse. Su cuerpo está sangrando copiosamente,  de pronto uno de los atacantes se aproxima a corta  distancia y le tira con precisión un pedazo de una roca.

Se escucha el ruido como que algo se quiebra.  El hombre cae y ahora si no se mueve. Las piedras del odio y del fanatismo siguen cayendo sin parar.  

- ¡Está muerto! -grita uno- ¡Por fin! -responde otro.

-¡Así lo mandó Moisés y así lo hicimos!

Sus rostros muestran una sonrisa maligna.

- ¡Hemos vencido! -dice uno-, ¡hemos triunfado! -agrega otro.

Charcos de sangre rodean  el  cuerpo inerte. Se ven  las marcas  que las  rocas dejaron como signos silenciosos del rencor  e intransigencia religiosa.

Cuatro  hombres fuertes de la multitud criminal  lo toman  de las piernas y brazos  y lo arrastran fuera de la ciudad.  

- ¿Qué está llevando? -pregunta un transeúnte.

- Basura pesada, nada  más que basura - responde otro. La noche se va acercando  y los individuos se alejan lentamente.  Uno a uno los criminales se retiran.

Entonces  se acerca  otro grupo que estaba más distante pero que no se animaba a aproximarse. Al fin llegan donde yace  lo que parece un bulto  inmóvil.

Parecería que lo conocían. Muchos de ellos están llorando como si el apedreado fuera su familiar. Unos pocos con miedo se animan a  tocar el cuerpo de Pablo que está cubierto con un sudor frío. No tiene pulso y algunos aseguran  que  no respira.

- ¡Nadie puede sobrevivir a una cosa así! -dice uno de los discípulos.

 - ¡Y pensar que esta misma mañana esas personas  creían  que era una divinidad!

- ¡Qué rápido que cambia de pensar la gente! -agrega otro.

Los hombres hacen un amplio círculo rodeando  el cuerpo inerte. El sol se está poniendo lentamente en el horizonte y se ha hecho un profundo silencio.

Uno a uno extienden sus brazos y estrechan las manos haciendo una cadena como para proteger  la víctima.

Alguien sugiere: -Hermanos, oremos.

Uno de los más ancianos comienza diciendo: "Señor, te damos gracias por la vida y el testimonio de tu hijo Pablo".

Otros dan gracias a Dios por haber sido alcanzados con el mensaje proclamado por el Apóstol.  Otro agrega: "Señor, yo era un paralítico de nacimiento y a su voz tú me sanaste" (Hch 14: 9,10).

Un jovencito a quien todos llaman Timo está observando y no se pierde ningún detalle de lo que está aconteciendo.

La oración continúa por un rato, expresando los presentes sus sentimientos al Señor. De pronto uno se estremece y clama: -¡Está vivo!

El Apóstol, con su rostro desfigurado y cubierto de sangre está tratando de incorporarse. Los creyentes lo ayudan y tratan de detener el sangrado que tiene en varias partes del cuerpo.

Luego de un buen rato Pablo dice:

- Volvamos a la ciudad.

- s muy  peligroso -advierte uno.

- ¡No!  -contesta otro- Ellos  están convencidos  que Pablo está muerto.

Los amigos improvisan una especie de litera y transportan al apóstol a la ciudad

Al día siguiente salen para Derbe. La noche el apóstol la ha pasado mal; tiene hematomas por todas partes, sus ojos están hinchados. Tiene heridas cortantes y raspaduras  por todos lados.

El viaje  es muy incómodo. Le duelen todos los huesos.  Salen a la primera hora del día para no ser vistos.

En el camino tienen una conversación interesante. Bernabé le pregunta:

- ¿Hermano, por qué no  está usted desanimado después de haber sido tratado  tan mal?

El apóstol hace una sonrisa que parece una mueca de dolor y responde:

- Si sufrimos también reinaremos con Él (2 Tim.2:12).

En la ciudad de Derbe el  recibimiento es bueno. Son bien acogidos  y muchos se convierten al Evangelio y quieren ser discípulos de Jesucristo.

Han pasado varios meses. Las heridas se han transformado en cicatrices que marcan el cuerpo del predicador como si fueran medallas ganadas en el campo de batalla.

Entonces  Pablo dice: "volvamos a Listra, Iconio y Antioquia" (v.21).

El mensaje a los creyentes en estas ciudades es simple y honesto: "confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe y diciéndoles:

Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios" (v. 22).

Al acercarse a las puertas de la población  Pablo se emociona. Allí ha sido rechazado y apedreado. Las marcas de las piedras en su cuerpo  todavía son visibles pero él entra en la ciudad y predica las Buenas Nuevas  como si nunca hubiera pasado nada.

En su mente se fijan esas palabras: "¡Hay de mí si no os anunciare el Evangelio"! (ICo 9:16).

Así que con toda confianza predica el mensaje que Jesucristo es el Eterno Hijo de Dios, el Salvador y el Redentor. Alguno que otro le dice: "Amigo, usted tiene un gran parecido con un hombre que fue apedreado”.

- Si, -responde Pablo con una gran sonrisa- otros  me han dicho lo mismo...

 

LA HISTORIA BÍBLICA Y NOSOTROS

 La frase "volvieron a Listra" (v. 21) no parece tener mucha profundidad hasta que nos damos cuenta que es ese uno de los lugares donde Pablo recibe al principio una gran bienvenida como si fuera una divinidad.

Luego viene un rechazo brutal que termina con apedreamiento.

¡Cómo nos cuesta a nosotros volver al lugar, la iglesia, la organización,  lugar de trabajo, etc. donde hemos sido rechazados y  experimentado el apedreamiento espiritual de la incomprensión!

Pero el Apóstol sintió que tenía que volver a ese lugar donde fue tan maltratado y donde casi pierde su vida.

Listra es entonces en cierto sentido, un símbolo  del lugar de rechazo, incomprensión y sufrimiento. Todos tenemos una Listra en nuestras vidas.

Algunos han tenido varias "Listras" que los han dejado si no físicamente emocionalmente casi muertos  o "fuera de combate".

Quizás fue aquella relación personal, aquel proyecto, aquella ilusión que todo iba a salir bien y lo estábamos haciendo para el Señor. Pero algo sucede y todo o gran parte queda  destruido.

Pero lo increíble es que Pablo vuelve a Listra esa misma noche. El hace lo mismo que hicimos nosotros cuando aprendimos a andar en bicicleta. El que cae y de inmediato no vuelve a tratar es muy probable que nunca aprenda a desplazarse con  ese vehículo.

No solamente volvió esa noche sino que también regresó después (v. 21). Algunos piensan que hubo otra visita sugerida en  Hch. 18:23).

Muchas  veces, a pesar que nosotros creemos que hemos fracasado y casi todo se ha perdido, hay un fruto para el Señor que a su vez puede ser de bendición a muchas almas.

En esa comunidad  vive un joven que va a ser el hijo espiritual del apóstol. Su nombre es Timoteo. Su madre y abuela son creyentes (Hch16:1; 2Tim.1:5). Es muy probable que Timoteo (Timo) estuvo presente cuando Pablo se levantó después de haber sido dado por muerto.

Si es así podemos entender como este joven al ver el apedreamiento fue impactado de tal manera que estuvo dispuesto a consagrar su vida para el servicio del Señor.

Con toda autoridad Pablo dirá: "de aquí en adelante nadie me cause  molestias  porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús" (Gal.6:17).

El Señor Jesucristo nunca abrazó el  odio del fanatismo religioso. Lo demostró al actuar con  aquellos que querían apedrear a la mujer encontrada en adulterio.

Él les dijo: "El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella" (Jn.8:7).

 

DETALLES TÉCNICOS

Se nos dice que los enemigos pensaron que Pablo estaba muerto. No es que el Apóstol "se hizo el muerto" para tratar de salvarse de la situación. Pienso que debido al trauma de los golpes de las  piedras en  su cabeza perdió el conocimiento y entró en lo que técnicamente se llama un coma.

La persona en esta situación no responde a los estímulos dolorosos y frecuentemente pasa a la muerte. La  pérdida de sangre provocada por las heridas de las piedras podría explicar la hipotensión y el no poder sentir el pulso.

Para el predicador, las palabras que luego escribirá a su hijo espiritual Timoteo son una realidad: "Si somos muertos con él, también viviremos con él, si le negáremos él también nos negará" (2 Tim..2:12).

Algunos creen que Pablo estaba realmente muerto y el Señor le resucitó pero creo que no hay pruebas para sugerir esto.

En 2 Co. 11  al hacer la lista  de sus sufrimientos no se menciona que haya muerto y luego fue resucitado cosa que cualquiera hubiera puesto como la más importante en el orden de sus padecimientos  y pruebas.  

Después en 2 Corintios el nos dice: "conozco a un hombre que hace catorce años (si en el cuerpo no lo sé , si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe, fue arrebatado hasta el tercer cielo, donde oyó palabras inefables que no les es dado al hombre expresar" (12: 3 al 4)

Pero luego agrega "y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en la carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respeto a lo cual  tres veces he rogado al Señor que lo quite de mí.

Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el  poder de Cristo."

Este aguijón en la carne podría ser una secuela del traumatismo debido al apedreamiento. No podemos decir con seguridad pero  podría ser  una deficiencia física, o  en el  lenguaje  o en la visión.  

El hecho que no pudo decir si esto le sucedió o no en el cuerpo, plantea la alta posibilidad que esto ocurrió en un estado de inconsciencia (pérdida de conocimiento,  en este caso debido a traumatismo de cráneo).

Todos  sabemos lo que nos ocurre en cada momento de nuestra vida adulta con la excepción de todo aquello que olvidamos por irrelevante. Cualquiera  puede decir si ha perdido el conocimiento completamente en su vida.

Algunos nos dirán que les pasó en dos o tres oportunidades. Este tipo de episodio no se olvida fácilmente. Cuando leemos de las peripecias en su vida (2Co 11: 23-28) nos damos cuenta que la única situación en la que fue altamente probable que perdiera su conciencia fue durante el apedreamiento.

Los agresores estaban completamente seguros que estaba muerto (v.19). En el relato de 2 Corintios no se dice que tuvo un éxtasis o una visión tal como sí ocurre en Corinto (Hch 18:9).

Si esto hubiese sido así, podríamos  asombrarnos el hecho  que los golpes brutales que le propinaron sobre su cabeza y cuerpo los enemigos de la fe, el Señor lo haya utilizado como oportunidad de darle una revelación extraordinaria. W. MacDonald menciona esta posibilidad pero personalmente no la apoya (*1).

Jamiesson y col. plantean la hipótesis que le hubiera si muy difícil ir a Derbe al día siguiente si no hubo alguna curación sobrenatural. (*2)

No tenemos indicio en las Escrituras que esto sucediera .  Ignoramos si se utilizó algún medio especial de transporte.

 

EL LÍDER QUE HAY EN CADA UNO

El adalid no se va a rendir cuando sabe que ciertamente la voluntad  de Dios para él es la de continuar en ese proyecto o ministerio.

Los obstáculos por grandes que sean no van a ser la razón por la cual se dé por vencido.

Muchas veces el líder tiene que estar dispuesto a volver al lugar de rechazo e incomprensión y si es posible tratar de mejorar o sanar la situación. Esto no es siempre posible pero el intento de restauración de la relación  es por sí una victoria.

A veces el dirigente puede tener cierta responsabilidad en que su persona o proyecto sea rechazado debido a la manera en que lo presentó.

A pesar del maltrato bestial el apóstol volverá a Listra esa misma noche, y regresará todavía unas semanas o meses después (v.21).

Sin duda este ejemplo de coraje y tenacidad va a impactar a un joven de esa ciudad que se llama Timoteo (16:1).

Este va a ser tener un papel fundamental en el crecimiento y enseñanza de la iglesia en Éfeso y en otras partes.

 

TEMAS PARA GRUPO DE ESTUDIO

  1. ¿Qué nos dice esta historia en cuanto a la variabilidad del ser humano? (Quisieron adorar a Pablo para luego apedrearlo).
  2. ¿Por qué es importante volver a "Listra"? (el lugar de rechazo y sufrimiento).
  3. ¿Qué debo hacer cuando no quiero volver a "Listra"?
  4. Mostrar un ejemplo del beneficio de Pablo al haber pasado por esa experiencia tan dolorosa.

BILIOGRAFÍA

1* William MacDonald, Believer's Bible Commentary  pag.1864, Thomas Nelson - 1995

* 2 .Jamiesson, Fausset y Brown Commentary on the Whole Bible Zondervan Grand Rapids 1999 pag.1105

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