Cántico del Arco

El Espíritu es capaz de hacer que nuestras oraciones se transformen en poemas.

07 DE ABRIL DE 2019 · 08:00

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“Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad”.

“Cuando tengo preocupaciones, miedos o una historia de amor, tengo la suerte de ser capaz de transformarlo en un poema”

 Mario Benedetti

Cuando en marzo del 2011, un trágico y devastador maremoto, que no podemos quitar del alma, azotó Japón sin piedad, llevando consigo unas 16.000 vidas, arrasando pueblos y aldeas alrededor de la costa, la escritora y poetisa Gretel Erlich visitó el país para poder ser testigo de primera mano de todo aquel horror y destrucción, y poder ser bien documentada. En el momento en el que se sintió totalmente incapaz de reportar todo aquel horror que vieron sus ojos, escribió un poema sobre  aquella situación desoladora; pasando el tiempo, dijo en una entrevista, “Mi viejo amigo William Stafort, un poeta ya fallecido, declaró... “Una poesía, es una urgencia del espíritu”” Me fascina toda esta historia y esta preciosa definición.

La Biblia es un libro tan especial y maravilloso, que también contiene preciosa poesía. Y la encontramos, del mismo modo que le sucedió a Gretel; es utilizada para expresar una emoción tan profunda, que no se podría realizar de otro modo; y nos la encontramos, en situaciones de una alabanza muy profunda, intima y deliciosa, hasta en una pérdida, envuelta en la más triste de las angustias.

Me encanta lo que se denomina, CÁNTICO DE ARCO…

Lo llamó el “Cántico del Arco” y ordenó que lo enseñaran a los habitantes de Judá. Así consta en el libro de Jaser:

“Ha perecido la gloria de Israel sobre tus alturas!

¡Cómo han caído los valientes!

 

No lo anunciéis en Gat,

Ni deis las nuevas en las plazas de Ascalón;

Para que no se alegren las hijas de los filisteos,

Para que no salten de gozo las hijas de los incircuncisos.

 

Montes de Gilboa,

Ni rocío ni lluvia caiga sobre vosotros, ni seáis tierras de ofrendas;

Porque allí fue desechado el escudo de los valientes,

El escudo de Saúl, como si no hubiera sido ungido con aceite.

 

Sin sangre de los muertos, sin grosura de los valientes,

El arco de Jonathan no volvía atrás,

Ni la espada de Saúl volvió vacía.

 

Saúl y Jonathan, amados y queridos;

Inseparables en su vida, tampoco en su muerte fueron separados;

Más ligeros eran que águilas,

Más fuertes que leones.

 

Hijas de Israel, llorad por Saúl,

Quien os vestía de escarlata con deleites,

Quien adornaba vuestras ropas con ornamentos de oro.

 

¡Cómo han caído los valientes en medio de la batalla!

¡Jonathan, muerto en tus alturas!

 

Angustia tengo por ti, hermano mío Jonathan,

Que me fuiste muy dulce.

Más maravilloso me fue tu amor

Que el amor de las mujeres.

 

¡Cómo han caído los valientes,

Han perecido las armas de guerra!

 2ª Samuel Cp. 1-Santa Biblia.

Esta corta, pero preciosa poesía, la escribió David, el cantor de Israel, el rey por excelencia de su nación, cuando el rey Saúl y su hijo Jonathan murieron en la batalla.

De todos es bien conocido el amor y amistad profunda entre David y Jonathan, algo que duró y con promesa, aun más allá de la muerte; su dolor, le hizo escribir un poema.

Hay ocasiones en la vida del creyente que, bien por alegría, o también por profunda tristeza, somos incapaces de articular una sola palabra en oración, es entonces cuando el Espíritu, es capaz de hacer que nuestras oraciones se transformen en poemas ¿no os parece precioso?

Cada uno de nosotros somos un poema de Dios, hechura suya y obra de sus manos. ¿Sientes que vales poco ante Sus ojos? ¡No te equivoques nunca, eres Su poema! Y te ama tanto que dio Su vida a cambio de la tuya en la Cruz del Calvario.

Te dejo algo muy especial, deseo que lo puedas disfrutar y te bendiga… A ti… Poema de Dios…

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Follas novas - Cántico del Arco