No, no, no, Jesucristo no era marica

El Jesús de los evangelios defendió la sexualidad bíblica.

07 DE ABRIL DE 2019 · 07:05

Foto: Pixabay (CC0),
Foto: Pixabay (CC0)

No. No. No.

Jesucristo no era marica.

No hagáis caso a Carlos Osma.

No prestéis atención a la voz de los supuestos ‘cristianos’ pro LGTBI.

El Jesús de los evangelios se opuso a la homosexualidad de dos maneras. La primera, de forma implícita; la segunda, de forma explícita.

Empecemos con la implícita: Cristo guardó la ley.

La ley de Moisés, como el resto del Antiguo Testamento, habló fuertemente contra las relaciones homosexuales.

De hecho Levítico 20:13 llega a instituir la pena capital por los ofensores, “Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre”.

Fuerte, ¿verdad?

Al someterse a la ley de Dios, Cristo abrazó la enseñanza de Dios el Padre tocante a la homosexualidad revelada en las Escrituras. Por lo tanto, como buen judío, Jesús condenó la homosexualidad.

Sigamos con la explícita: Cristo enseñó sobre la sexualidad.

Jesús dijo textualmente que, “El que los hizo al principio, varón y mujer los hizo” y “Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne” (Mateo 19:4-5).

Cristo, la gran cabeza de la iglesia, aclaró que la voluntad de Dios es que un varón se case con una dama (y vice-versa).

El resto del Nuevo Testamento, en sumisión a la autoridad del Hijo de Dios, enseña la misma doctrina.

Cualquier tipo de relación sexual fuera de los confines de matrimonio heterosexual está bajo la ira de Dios.

A la luz de las declaraciones tan claras de Cristo; no haría falta ningún otro texto en el Nuevo Testamento que condenase la homosexualidad.

Por ejemplo, cuando un profesor de matemáticas como Osma afirma que dos más dos son cuatro; no resulta necesario destacar que dos más dos no son cinco.

El mensaje del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento está clarísimo.

De ninguna manera se puede afirmar que nuestro amado Señor y Salvador era marica.

Hermanos, no hagáis caso a Carlos Osma.

Haced caso a Jesucristo:

“Se levantarán falsos Cristos [Cristos maricas]… de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos” (Mateo 24:24).

Hermanos, no prestéis atención a la voz de los supuestos ‘cristianos’ pro LGTBI.

Prestad atención a Jesucristo:

“Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños [creyentes indoctos] que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar. ¡Ay del mundo por los tropiezos! Porque es necesario que vengan tropiezos pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!” (Mateo 18:6-7).

¡Te amamos, Señor Jesús!

¡Permite que te seamos fieles, defendiendo tu honra y tu nombre hasta que regreses en su gloria para salvar a los tuyos y condenar a los falsos maestros/ creyentes!

¡Tú no serás burlado!

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