¿Es Dios una proyección psicológica?

¿Es más racional no creer en Dios que creer? ¿Existe diferencia entre creer en el Dios cristiano y creer en hadas?

31 DE MARZO DE 2019 · 08:27

El Monstruo Espagueti Volador o Pastafarismo es movimiento con iglesias por todo el mundo y nace como una parodia de las religiones, especialmente del cristianismo.,
El Monstruo Espagueti Volador o Pastafarismo es movimiento con iglesias por todo el mundo y nace como una parodia de las religiones, especialmente del cristianismo.

Existe una típica objeción contra la fe cristiana cuando los creyentes destacan las evidencias de un Creador en la naturaleza apostillando que no puede demostrarse la “no existencia” de Dios. Cuando esto ocurre, ateos como Richard Dawkins han hecho popular la respuesta que consiste en que no podemos probar la no existencia de alguien del mismo modo en el que no podemos probar que en el fondo del jardín no hay hadas.

Pero yendo un poco más al fondo: ¿Es más racional no creer en Dios que creer? ¿Existe diferencia entre creer en el Dios cristiano y creer en hadas?

Tratando de responder a estas cuestiones, la primera evidencia de inconsistencia de esta clásica analogía entre la fe en hadas y la fe en Dios es que nadie comienza a creer en gnomos, hadas o en el Ratoncito Pérez de adulto. Además, existen algunos países en los que, sorprendentemente, se constatan más cristianos de adultos que de niños (Informe Pew Research Center, 2018). Pero nada similar ocurre con la creencia en hadas ¿Y por qué? Vayamos por partes:

 

¿Es razonable apelar a la razón para rechazar la fe?

Como Sigmund Freud, muchos afirman que Dios es una proyección psicológica producto de nuestros miedos, culpas o inseguridad. Sin embargo, un primer problema de esta crítica es que también podría decirse lo mismo para cuestionar la solidez del ateísmo. Paul C. Vitz, profesor de psicología en la Universidad de New York, está convencido de que “las principales barreras para creer en Dios no son de índole racional sino psicológicas" [1].

Entre algunos factores conscientes e inconscientes que pueden conducir al ateísmo estarían los siguientes: 1) La necesidad de aceptación grupal en una sociedad cada vez más agresivamente antirreligiosa. 2) El atractivo de un individualismo que rechaza la dimensión comunitaria y la responsabilidad moral personal hacia el prójimo que sí requiere el cristianismo. 3) El rechazo a un Dios Padre generado por la figura de un padre biológico ausente y/o decepcionante durante la infancia [2]. 4) Haber sido abusado por religiosos.

Son solo cuatro ejemplos de motivos más emocionales que racionales y que a menudo configuran la base real del rechazo a considerar la existencia de Dios. El conocido filósofo ateo Thomas Nagel llega admitir que "no es únicamente que no crea en Dios; es que no quiero que lo haya [3]”. Así que el tópico que afirma que el ateo es puramente racional y el religioso emocional e irreflexivo, paradójicamente, es una tesis que tiene más de chiché emocional que de análisis racional. No todos los ateos y creyentes han llegado a sus conclusiones del mismo modo, por lo que generalizar y no tener en cuenta la individualidad es ya un error de lógica y análisis crítico ponderado.

El psiquiatra Manfred Lütz señala que la explicación freudiana de Dios como una proyección psicológica está muy bien… siempre y cuando no exista Dios, claro. Pero si Dios existe, el argumento freudiano se volvería contra el ateísmo al señalarlo en realidad como esa ilusión reconfortante. Y es que la negación de Dios a menudo parte de un deseo de huir de la percepción de una realidad más profunda. Ese ateísmo estaría sobre todo motivado por la proyección del deseo de no encontrarse con alguien a quien quizás un día debamos explicarle qué hemos hecho con la vida que nos ha dado o de qué he hecho con mi prójimo [4]. El premio Nobel Czeslaw Milosz piensa que hoy "estamos siendo testigos de una transformación. Hoy el verdadero opio del pueblo es creer que no existe nada tras la muerte. Vivir con el consuelo de que todo nuestro mal, nuestra codicia no serán nunca juzgados [5]".

 

¿Soy, de verdad, un libre pensador?

La razón no siempre se mueve en una dirección plana y única como ocurre en matemáticas. La lógica puede usarse más o menos correctamente desde diferentes enfoques. La mayor evidencia es que ni todas las personas extremadamente lógicas votan al mismo partido político ni tampoco las más irracionales. Las cosas no son así de planas, por lo que afirmar que La razón debe llevarnos obligatoriamente al ateísmo es un reduccionismo enormemente subjetivo, una afirmación muy pasional, poco racional. ¿Y qué es eso de “La razón” (con mayúsculas)? ¿Nos referimos a Mí razón? ¿A mis conclusiones acerca de la justicia y la moral? Partamos del hecho de que todos creemos en algo. Y que no podemos demostrar de forma irrebatible todo aquello en lo que creemos. Pero sí podemos pensar que existe una justificación más o menos racional para aquello en lo que creemos, lo cual es algo diferente. Los sabios suelen definirse como aquellos que humildemente reconocen la complejidad del mundo y de nuestra limitada capacidad para comprender su significado en auténtica profundidad. Así que afirmar categóricamente que Dios no existe resulta una afirmación simplista de la que todo buen escéptico debería dudar.

 

¿Arrastrado por la masa o por el pensamiento crítico?

Entrando en el campo de las evidencias para creer o no creer en Dios, es obvio que se ha hecho mucho daño en el nombre del Dios cristiano. Hasta cierto punto es comprensible que los medios de comunicación centren su atención en la religión de estúpidos, terroristas y abusadores (aunque nunca es aceptable tergiversar la información). Se trata de una tendencia negativa en cuanto a la imagen de “todas las creencias” que confunde al gran público, pues los principios objetivos del cristianismo no son los casos patológicos ni las parodias. Y mucho menos el abuso. El verdadero seguimiento de Jesús, el que se manifiesta en cristianos que se dan por los demás salen muy poco en los medios de comunicación. Tampoco es popular dar una buena imagen de un cristiano en el cine, programas o series de TV. Lamentablemente, en la era de la posverdad, una visión del cristianismo cercana a los principios reales de Jesús de Nazaret no vende. A nivel popular está muy extendida la ridiculización de La Biblia sacando textos de su contexto y el aireamiento de interpretaciones fundamentalistas y de frikis religiosos que hacen que el gran público asuma que el cristianismo es para ignorantes o algo mucho peor. La masa cree saberlo todo sobre el cristianismo. Pero la gente sabe muy poco y muy mal qué es el cristianismo real, el de Jesús.

 

La razón restaurada

Todos tenemos fe en algo. Es el objeto de fe lo que cambia. Incuso el divulgador antirreligioso más popular de nuestro tiempo, Richard Dawkins, define a un ateo como “alguien que cree que no hay nada más allá del mundo natural y físico [6]”. Pero la premisa de Dawkins no es solo una creencia sino que supone una contradicción (señalada como falaz también por intelectuales ateos) ya que es imposible poder corroborar la inexistencia de Dios mediante el método científico en el que él dice basar todas sus afirmaciones acerca de la verdad. El mismo Dawkins llega a decir que “si hay un Dios, será mucho más grande e incomprensible [7]” de lo que nadie “haya propuesto y podamos contemplar jamás” ¡Tiene razón Dawkins! Si el Dios que esperamos es, por definición, alguien que transciende el método científico. Aunque a los ateos les cuesta admitir este punto, el hecho de Creerque no hay nada tras el mundo físico conocido hacen de este tipo ateísmo un tipo obvio de fe.

El Dios cristiano no contradice la razón sino que va más allá de sus límites como bien ha apuntado Dawkins en cuanto a lo que él esperaría de Dios. Nuestra razón no puede entender plenamente a Dios porque entonces nosotros seríamos igual que Dios. Pero si Dios ha creado la razón él no puede ir en contra de ella aunque esté condicionada, limitada y deteriorada.

Así que los cristianos creemos que el Dios mostrado en Jesús sana e ilumina nuestra razón. Y por eso en La Biblia las personas creen por algún tipo de evidencia. No porque sí.

Los creyentes observamos cada día en qué consiste vivir con Dios y cómo es vivir sin Él. Podemos comparar. Y vemos que seguir a Jesús no nos proporciona una visión más corta del mundo sino más amplia, con más parámetros de juicio. El uso de la razón, la reflexión y la búsqueda de La Verdad son inherentes a la revelación cristiana que insta a “examinadlo todo” (1ª Ts. 5, 21), a amar a Dios y a los demás “con toda nuestra mente” (Mt. 22:37-39). Los padres cristianos recordamos a nuestros hijos que un día deberán decidir por ellos mismos acerca de la fe en la que han sido educados. Deberán ejercer un pensamiento crítico. Y eso es algo que Jesús fomentaba cuando hacía preguntas para que la gente pensara por sí misma.

Recuerdo cómo una chica se lamentaba por no haber recibido una visión correcta del cristianismo en su infancia. Sus padres no eran cristianos. Pero al llegar a su adolescencia se hizo preguntas sobre el sentido de la vida y se dispuso a elegir entre el ateísmo y la imagen distorsionada y parcializada del cristianismo en la que le habían educado. Años después conoció a una cristiana y se dio cuenta de que su decisión no fue limpia sino que lo que un día rechazó solo era un cristianismo caricaturesco que no era el de Jesús. Hoy se siente defraudada por un entorno que le había transmitido como supuesta verdad librepensadorauna burda distorsión del Jesús de los evangelios.

 

¿Es Jesús lo que esperaríamos de Dios?

Los seres humanos ejercemos fe porque somos atraídos hacia una dimensión de profundidad.Y el cristianismo ofrece evidencias acerca del porqué de estas corazonadas en cuanto a un propósito y sentido más allá del mundo natural. Tenemos sed y existe el agua. Tenemos sueño y existe el descanso. Tenemos hambre y existe la comida. Anhelamos trascendencia y la percibimos. Para los cristianos la historia se conecta en Jesús como la respuesta a esta poderosa intuición.

Jesucristo volteó su mundo hace 2000 años y muchos testimonios aseguran que sigue transformando vidas hoy. Él escandalizó a la sociedad de su tiempo haciendo el bien incluso a sus enemigos. Practicó el perdón y la ayuda al desfavorecido. Denunció la hipocresía de la jerarquía religiosa y el abuso eclesiástico en el nombre del Dios de “La Biblia”. Señaló el valor interior de las personas y no las apariencias. Su mensaje fue fundamento para nuestros Derechos Humanos y puso las bases para la igualdad racial y de género aunque siglos después muchos reventaran todo esto en el nombre de un “cristianismo” impositivo. Existe un largo etcétera de aspectos libertadores que hasta la llegada de Jesús eran más bien raros ¡Todo en la misma persona! Sin poder militar, económico ni político. Sin obligar a nadie. Con amor.

Las palabras y hechos de Cristo no se corresponden con los de un loco que ve unicornios rosas. En Él vemos una ética única. Confronta y describe perfectamente la condición contradictoria del ser humano a la vez que lo ama y provee del remedio para restablecer su relación con Dios. Constató que no era únicamente un gran maestro y dio evidencias de su divinidad: Sanó enfermos, dominó el clima y levantó muertos. Dio libertad y dignidad a quienes no eran nadie.

En los testigos de su resurrección se produjo una transformación radical de difícil explicación si realmente Él no hubiera resucitado [8]. La historia cambió. El gran problema del enigma del sufrimiento humano tiene la mejor respuesta y la mayor esperanza en un Dios descendido y quebrantado que entiende nuestro dolor porque ha vivido. Jesús es el argumento. Y aunque no tengamos todas las respuestas, Él es El Camino, La Verdad y La Vida (Juan 14, 6).

 

Notas

[1] Paul C. Vitz. Foro Veritas, Instituto de Tecnología de California, 2009. Tomado del español: Fe, ciencia y ateísmo, Andamio, 2015, p. 99

[2] Los referentes históricos del ateísmo Bertrand Russel y Nietzsche perdieron a sus padres con 4 años. Jean Paul Sartre a los 15 meses. Las biografías de Sigmund Freud describen a su padre como decepcionante y religioso. Camus perdió a su padre con 1 año. Esta relación entre ateísmo activista y padre decepcionante o ausente son significativamente frecuentes según Paul C. Vitz

[3] Thomas Nagel, The Last Word (La Última Palabra). Oxford: Oxford University Press, 1997, p.130

[4] Manfred Lütz, gott: Eine kleine Geschichte des Grossten, München, Pattloch, 2007

[5] Czeslaw Milosz, The Discreet Charm of Nihilism, _New York Review of Books, 19 Noviembre, 1998

[6] Richard Dawkins. El espejismo de Dios. Espasa Calpe, 2007, p. 23

[7] Revista Time, 13 noviembre 2006

[8]¿Podemos creer hoy que Jesús resucitó? http://delirante.org/?p=235

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Delirios - ¿Es Dios una proyección psicológica?