Pequeños cristos

Soy muy consciente de mis muchos errores, faltas, equivocaciones. Pero precisamente eso, es lo que me motiva a intentar hacerlo mejor cada día.

24 DE MARZO DE 2019 · 11:00

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“Cercanía a Dios trae parecido a Dios. Cuanto más veas a Dios, más de Dios será visto en ti” — Charles Spurgeon.

Ayer en la noche, lo cierto es que me acordé muchísimo de mi padre, comencé a mirar fotos viejas, de aquellas en blanco y negro y recortadas por el que las revelaba con unas tijeras que hacían que todos los bordes quedaran ondulados. Estuve horas mirando, recordando, entre lagrimas de todo tipo, y me entró una nostalgia infinita; entonces tomé dos fotos que tienen mucho significado para mi, una con mi padre, y otra con mi madre. Las junté, y las fotografíe con mi móvil del mejor modo posible, en ese momento, no me interesaba mucho hacerlo de otro modo. Y sin darme cuenta, iban viniendo a mi mente y a mi corazón, los recuerdos más recónditos y preciosos que guarda mi alma acerca de ellos.

Lo más grande, entre cosas que no podré olvidar nunca, y que han marcado mi vida, era con lo que concluía de cada uno de ellos; entre sus enseñanzas sin ningún tipo de fanatismos, y combinado con su ejemplo de vida, han hecho de mi lo que soy, una mujer que ama a Dios sobre toas las cosas, y que a pesar de mis pocas virtudes y mis muchos defectos, la impronta y la huella que han dejado mis padres en mi, me han marcado de tal modo, que he dejado todo atrás hace mucho, para dedicar mi vida por entero al Dios de mis padres…… ¡Al mío propio! Y fui consciente una vez más, de como me ven los demás, qué puedo dejar en ellos. No soy perfecta, pero lo hago lo mejor que puedo con Su ayuda divina.

Todas estas cosas daban vueltas en mi cabeza, entre esa morriña dulce y triste a la vez, esa que sólo podemos sentir los que hemos nacido y llevamos en la sangre a nuestra Galicia, llena de verdes y dorados, mares y rías, frío y dulzura….. Cuando me encontré con algo que enseguida me enganchó, no sé quien lo escribió, pero me pareció buenísimo, os lo intento extractar:

 “¿Sabías que el término “cristiano” viene del griego “cristianos”, y que significa “PEQUEÑO CRISTO”?

Este término era utilizado por los enemigos de la fe de Jesús, y lo usaban como un insulto.

“¡¡Mira, ahí vienen los pequeños Cristos”!! Decían en tono de burla.

Y aquello que empezó siendo una burla, se convirtió más adelante en el término que desde entonces han adoptado las miles de millones de personas que han recibido en su vida a Jesús y que han dado el paso de convertirse en Sus seguidores. ¡Qué ironía! 

La Biblia dice: “Y se congregaron allí todo un año con la iglesia,.....

Y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía” 

(Hechos 11:26)

 Pero ¿por qué los oponentes de los discípulos los empezaron a llamar “cristianos”, “pequeños Cristos”?

La actitud de los primeros creyentes reflejaba tanto la actitud de Jesús al poner en práctica todo lo que aprendieron de su discipulado vivencial y práctico de su maestro, que alcanzaron su objetivo: representar a Cristo y hacerle conocer. 

¡Al punto de que aún sus “enemigos” les llamaban “pequeños Cristos”.

A veces perdemos tanto tiempo comparándonos con los demás y juzgándonos los unos a otros con versículos de la Biblia, que olvidamos nuestra verdadera misión: Conocer más a Dios, pasar tiempo con Él, y darle a conocer.

En la medida en la que conocemos más a Dios y pasamos tiempo con Él, más se impregna nuestro carácter de Su naturaleza.

Destaca una serie de rasgos de Jesús que considero especialmente relevantes 

SU SUMISIÓN AL PADRE. 

Jesús aceptó renunciar a todo para hacer la voluntad de Su Padre.

Escogió confiar en Él y seguir el camino que el Padre había trazado para Él.

SU COMPASIÓN: Jesús era amigo de los pecadores, y sabía pasar de largo de las miradas y los juicios de los demás, para ir directo al corazón de los que le necesitaban.

SU HUMILDAD: Él es el Rey de los cielos, pero; sin embargo, se hizo siervo de los hombres, hasta morir en la cruz.

Oremos hoy para que tomemos la decisión de conocer más a Jesús cada día; para que así podamos, poco a poco, ir asemejándonos más a Él.”

Lo cierto es que me pareció muy bueno, y pude comprender, el porqué me había llegado esto, de un autor que desconozco y que iba en la misma linea de mis pensamientos. ¡Me sigue encantando y maravillando, el obrar de mi Señor conmigo!

Me imagino que el título de este artículo os ha llamado la atención, y tal vez por eso habéis llegado hasta aquí; parece una irreverencia ¿No es cierto? Eso me pareció a mi el escrito en un primer momento, hasta que lo leí con calma, y la verdad que me parece precioso.

Me pregunto que huella de vida habré dejado cuando el Señor me llame a Su presencia, o venga a buscarme. Espero y oro continuamente para que mi huella pueda ser lo mejor posible, de haber dejado el mensaje de Cristo del mejor modo y por todos los lugares posibles; pero cuando me miro hacia dentro, Soy muy consciente de mis muchos errores, faltas, equivocaciones………..  Pero precisamente eso, es lo que me motiva a intentar hacerlo mejor cada día, aun en los momentos en los que, tal vez no de para más por el motivo que sea.

Aquí se nos destacan tres preciosas cualidades que no deberían faltar jamás en nuestras vidas:

-Sumisión al Padre

-Compasión

-Humildad

Podríamos añadir muchas otras, pero realmente creo que estas pueden abarcarlas todas, obediencia, amor, sencillez……. Simplemente, ser como Cristo, impregnar las vidas de aquellos que nos rodean de ese perfume tan grato a Dios, y también creo que a los hombres.

Hoy, necesito mirarme de nuevo en el espejo de la Palabra de Dios, del Dios al que sirvo y al que me enseñaron a amar mis padres, y creo que me tengo que dar una buena limpieza. ¡Cuántas escorias se nos van acumulando por el camino, y se van pegando a nuestros pies! ¿A que sí?

Perdóname mi Señor, por cada vez que me he equivocado delante de ti, por cada vez que mi huella y mi andar no han sido un verdadero reflejo de tu persona y carácter. Creo que es hora de sumergirme de nuevo en el Río de tu Espíritu, y dejar que sus aguas me limpien, me empapen, me llenen, me hidraten el corazón, borren toda amargura, ahoguen cualquier duda… Y pueda levantarme de nuevo con esas alas preciosas que me has regalado, con nuevas fuerzas para seguir sirviéndote, en todo lo que Tu me pidas. Gracias por tu Amor, compasión y paciencia conmigo. Te amo mucho mi Padre……. ¡Quiero ser como tú!

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