Orar por Venezuela

¡Qué manera tenemos los humanos de entender lo que es la soberana voluntad de Dios cuyos pensamientos no son como nuestros pensamientos y sus caminos muy diferentes a los nuestros!

16 DE MARZO DE 2019 · 21:35

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Keylor Navas, el portero costarricense del Real Madrid, se ha proyectado una imagen favorable entre los aficionados al fútbol un poco porque ha llevado una vida tranquila, ha aceptado con madurez ser reemplazado en la titularidad por otro portero, no sale hablando contra nadie y porque al comienzo de cada partido, se arrodilla frente al arco, alza sus brazos y hace una oración a Dios. Lo más probable es que le pida que gane su equipo y que pierda el otro, que no le hagan goles a él y que al colega que ataja al otro lado de la cancha le hagan cuatro. ¡Menudo apuro en el que Keylor pone a Dios, sobre todo si aquéllos están pidiendo lo mismo pero a su favor!

Cuando en 1988 Augusto Pinochet llamó a un plebiscito para que el pueblo dijera si quería que se quedara (Sí) o que se fuera (No), algunos lo tomaron en broma, diciendo que el Sí era para que se quedara; y el No, para que no se fuera. Dios parece que se inclinó por los del “No”. Y no le quedó más remedio que irse. Para alegría de unos y pena de otros.

Ahora la gente, especialmente los que creen que Dios puede tomar partido en favor o en contra de algo según los gustos de cada uno, están llamando a los creyentes a que oren por Venezuela así, en genérico. Me imagino que si en el cielo hay asesores que seleccionan las oraciones antes de pasárselas a Dios, tendrán un gran problema porque sin duda que habrá oraciones que digan que Maduro se quede; otras, que Maduro se vaya; otras que los productores y distribuidores de bienes de consumo suelten prenda y procedan a llenar las estanterías de los supermercados; otras, que siga la escasez inducida hasta que el gobierno reviente.

Cada uno ora de acuerdo con lo que le gustaría que ocurra allí; o en cualquier otro lugar.

En los Estados Unidos hay por estos días un gran pleito a nivel de gobierno porque el presidente ha querido construir un muro de varios miles de kilómetros en la frontera con México. Si se trata de orar por el asunto, habrá quienes le dirán a Dios que ayude al presidente a que consiga su objetivo y que los miles de inmigrantes regresen a sus países y se olviden del sueño americano. Pero otros, que no estarán de acuerdo con la idea, estarán orando para que el Congreso rechace la declaratoria de Emergencia Nacional que le permitiría al gobierno disponer de los fondos para seguir con los trabajos. Última hora: Pareciera que Dios escuchó a estos últimos porque el Senado rechazó darle al presidente el dinero que pedía. Y, a todas luces, pareciera que hasta allí llegó la idea del muro.

¡Qué manera tenemos los humanos de entender lo que es la soberana voluntad de Dios cuyos pensamientos no son como nuestros pensamientos y sus caminos muy diferentes a los nuestros! Y volviendo al asunto de Venezuela, ¿qué hacemos con Maduro? Es probable que no falten quienes quieran seguir el camino de los enemigos de Anastasio Somoza de Nicaragua, cuando oraron a Dios, diciéndole: “O te lo llevas, o te lo mandamos”. Y se lo mandaron. 

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - El escribidor - Orar por Venezuela