Familias en la frontera

Se necesita una reforma migratoria amplia y se necesita tratar con las causas de la migración en Centroamérica. Sin embargo, el evangelio nos llama a responder al necesitado.

10 DE MARZO DE 2019 · 21:00

Sector del muro que separa Estados Unidos y México. A la izquierda aparece la periferia de San Diego, a la derecha, Tijuana. / Wikimedia Commons,
Sector del muro que separa Estados Unidos y México. A la izquierda aparece la periferia de San Diego, a la derecha, Tijuana. / Wikimedia Commons

La semana pasada el periódico New York Times describió la situación cambiante en la frontera entre EEUU y México. Se ha duplicado el número de personas que están cruzando sin autorización con relación al año pasado. Pero la gran mayoría no está tratando de evadir a los oficiales de migración. Tan pronto cruzan buscan a un oficial para entregarse y pedir asilo político. La mayoría son de Centroamérica y vienen con sus hijos. 

Esta acción de parte de estos inmigrantes obedece a varios factores:

  • La ley de EEUU dice que cualquier persona puede pedir asilo político, aunque haya entrado sin documentos, si se entrega a un oficial de migración. Su caso entonces entra al sistema legal y puede quedarse en EEUU mientras se procesa su solicitud, algo que puede tomar meses y años.
  • El presidente Trump consiguió un acuerdo con México de que las personas que solicitaran asilo en los puestos fronterrizos se quedaran en México mientras se completara su proceso. Pero luego cortaron el número de personas que procesan por día. Esto significa que la gente podría esperar por meses antes de poder entregar su solicitud y otros meses o años antes de tener una respuesta. Cruzar la frontera y pedir asilo recorta el tiempo de espera y les permite quedarse en EEUU durante la espera.
  • Si van con familias, es menos probable de que los separen y los pongan en centros de detención.

Claramente el sistema migratorio fronterizo no está listo para esto. El plan del presidente Trump ha tenido el efecto opuesto a lo que dijo que buscaba. Siendo que se ha recortado el número de personas procesadas legalmente en los cruces fronterizos, la gente ha decidido entrar y seguir las protecciones legales para quienes entran de esta forma.

En medio de todo esto la gente sigue viniendo de Centroamérica porque la situación allí se pone cada vez más difícil. La mayoría de los que vienen están en peligro real, pero las leyes de EEUU hacen difícil que se les acepte como refugiados políticos. Pero algunos serán aceptados y siguen viniendo. Algunos podrán tener alivio temporal del peligro al entrar en EEUU o quedarse en México y por eso siguen viniendo. También están aquellos que utilizarán este medio para quedarse en EEUU de forma indocumentada, si se les rechaza la solicitud de asilo. Y por eso siguen viniendo.

Los que estamos de este lado de la frontera nos encontramos ante un dilema sin solución fácil. Se tiene que tratar el problema inmediato, se necesita una reforma migratoria amplia y se necesita tratar con las causas de la migración en Centroamérica. Sin embargo, el evangelio nos llama a responder al necesitado. Gracias a Dios por las personas que están acompañando a los que se encuentran en la frontera o ante oficiales fronterizos. Gracias por los que están trabajando por una reforma migratoria justa. Gracias por los que están trabajando por la paz y la justicia en Centroamérica. Que el Señor nos dé sabiduría para luchar juntos hacia el día en que las familias no tengan que huir de sus lugares de origen y no tengan que exponerse a los peligros de buscar asilo en otro país.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Caminando con el pueblo - Familias en la frontera