¡Nosotros predicamos a Cristo crucificado!

Volvamos a la centralidad de la Cruz, en nuestras vidas, en nuestros ministerios y en nuestras iglesias.

09 DE MARZO DE 2019 · 08:00

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“Nunca digan que no importa. ¡Claro que importa! Todo cuanto Dios ha escrito aquí es de importancia eminente: Él jamás hubiera escrito algo que fuera indiferente. Todo cuanto hay aquí tiene un valor; por lo tanto, escudriñen todos los temas, prueben todo por la Palabra de Dios. No tengo ninguna objeción en que lo que yo predique sea probado por este libro. Denme solamente un auditorio imparcial y ningún favor especial y este libro; y si digo algo contrario a él, voy a retractarme de eso el domingo siguiente. Por esto me mantengo firme, o caigo. Busquen y miren, pero nunca digan: ¡No importa! Cuando Dios dice algo, siempre es de importancia”

Charles Spurgeon

Todavía lo recuerdo al milímetro y con un cariño muy especial. Crecí viéndolo al frente de mi iglesia casi cada día, no es que fuera demasiado bonito estéticamente hablando, soy un tanto maniática con eso; era en tonos corinto, alargado, y decía en letras bien grandes….

NOSOTROS PREDICAMOS A CRISTO CRUCIFICADO

Aquello transmitía mucha fuerza y mucha rotundidad, al modo de las predicaciones de la época; pero había algo muy especial en aquel cuadro, estaba tomado de la Palabra Santa:

“….. Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, piedra de tropiezo para los judíos, y necedad para los gentiles”

1 Corintios 1:23 

No hace mucho leí algo muy bueno acerca de las iglesias Cristocéntricas, y todo esto vino a mi memoria como una especie de bomba, un absoluto y bendito “revival”.

Fui creciendo, y cuando era una adolescente, comenzaban los jovenzuelos que se lo cuestionaban todo, vestidos con trenka azul marino la mayoría de las veces (esto iba muy ligado a cierta moda política) e intentando llevar el pelo largo para horror de sus padres y pastores y gente muy “santa”. Decían, ¡Esto está muy mal! Primero, no nombra para nada la Resurrección, y ya sabemos que vana es nuestra predicación si no hablamos de la Resurrección... Otros decían que estaban hartos, de tanto Evangelio “sangriento” y de recrearse en tanta sangre en los cultos de comunión… Yo, por aquel entonces… Simplemente escuchaba, no me parecía demasiado justo lo que decían, pero callaba. Fueron pasando los años, y fueron desapareciendo los textos que adornaban las paredes de nuestras capillas, templos…  Como queráis decirlo; pero en ocasiones creo que tenemos que afinar un poquito los términos. La iglesia somos nosotros queridos y el “Pastor” suele ser igual que “pastores u obispos”. Otra historia es que normalmente es el Siervo de Dios en esa congregación. Y otra historia muy distinta son los diáconos, quien no entienda, que repase Hechos capítulo 6. Y no estoy hablando por hablar, o llevando las cosas a mi terreno, simplemente me remito a la Palabra de Dios; y ya ni me meto en lo de pastoras y todo en femenino... No sea que se me enfade alguien y nos metamos en “fandangos” en los que no quiero meter. Creo que mi postura en cuanto a esto, es conocida por la mayoría, y he escrito y predicado sobre ello en multitud de ocasiones. Pero volvamos a mi cuadro “feíto” y rectangular, hoy precioso en mi recuerdo. Creo que muchas personas están un tanto desenfocadas al día de hoy, y ni tanto ni tan calvo ¡Por favor! Ni letra sin Espíritu, ni Espíritu sin letra; simplemente quiero hablar de la centralidad de la Cruz en el Mensaje del Evangelio, y de iglesias centradas en lo principal, Cristo.

 Me encanta el texto tomado de Spurgeon que os dejé al principio; y es excelente su sermón en cuanto a este tema dado en un  Domingo 11 de Febrero, 1855, en Exeter Hall, Strand, Londres. Os animo a leerlo de nuevo, no tiene el menor desperdicio, contiene frases deliciosas y termina diciendo:

"Que los hombres y los ángeles caven las minas

Donde brilla el dorado tesoro de la naturaleza;

Colocado cerca de la doctrina de la cruz,

Todo el oro de la naturaleza parece como escoria.

 

Si viles blasfemos con desdén

Declaran las verdades de Jesús vanas

Enfrentaremos el escándalo y la vergüenza

Y cantaremos con triunfo en Su nombre."

Y vuelvo a nuestro texto y a mi adolescencia. La primera vez lo escuché desde un púlpito, fue la primera de muchas veces que lo escucharía…

Érase una vez una iglesia, que tenía a nuestro precioso cuadro rectangular al frente, pero poco a poco, le fueron quitando palabras… Nosotros predicamos a Cristo crucificado… Nosotros predicamos a Cristo… Nosotros predicamos…. ¡Nosotros!

Hoy, esto que muchos hemos conocido y recordamos, ¡Benditos recuerdos! Resurge en mi corazón con una fuerza increíble, tal vez porque encuentro a creyentes demasiado desenfocados. Me encanta lo siguiente…

 “El lugar de la cruz es central en nuestra fe y es allí donde se revelan la majestad y el amor de dios. Nuestros pecados fueron llevados a la cruz y allí fuimos reconciliados con nuestro Dios. No hay lugar mas importante para el cristiano que la cruz de Cristo”

-JOHN STOTT

Y no estoy abogando en plan tonto por volver a cosas, temas e historias de antaño, nada más lejos de la realidad mis queridos lectores; pero me encuentro creyentes aferrados a la “sana doctrina”… más bien ”su sana doctrina”. Otros para lo que el centro es la adoración ¡¡Bendita y maravillosa adoración!! Unos predican correctísimamente, pero me hielan el alma, y otros de tanto espíritu sin conocimiento bíblico…. Va a ser que no, ¡Qué vamos muy desenfocados señores míos! y esto no puede ser.

Si algo he procurado en la vida es no ser intransigente, nunca y en ningún sentido. Amo a mis hermanos del tinte y cariz que sean, pero el café caliente y el chocolate espeso ¡Por favor! Me encanta la preciosa frase de John Sott que os dejé, es simplemente una gran verdad y dicha en un tono delicioso.

Os lo ruego, como diría el Apóstol Pablo, y lo digo con mi corazón cargado de amor, volvamos a la centralidad de la Cruz, en nuestras vidas, en nuestros ministerios y en nuestras iglesias; sino vamos a terminar muy mal, y me parece muy triste.

Os dejo algo ya un tanto antigüo, pero que me sigue pareciendo precioso, es Steve Green cantando Toma la Cruz... ¡La Cruz de Cristo!

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