Gigantes

Los primeros, comparaban a los gigantes con ellos mismos, la batalla perdida comenzó en sus propias mentes. Los segundos, comparaban a los gigantes con el tamaño de su Dios, y allí, también en sus propias mentes comenzó la victoria

23 DE FEBRERO DE 2019 · 22:20

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“Cuando el miedo llame a la puerta, respóndele con la fe”

Son muchas las veces que me viene a la mente la historia real de los doce espías, que después de acampar durante dos años al pie del monte Sinaí los israelitas, y estando a las puertas de Canaán, la maravillosa tierra prometida, Dios mandó enviar para reconocer la tierra y sus habitantes.

Al regreso de poder comprobar realidades que jamás habían visto, unas maravillosas, y otras no tanto; hubo dos grupos bien diferenciados en la versión y el enfoque de lo que habían visto:

Diez de los espías, dijeron con rotundidad que jamás podrían entrar; solamente dos, creyeron con firmeza que sí.

¿Cómo podía ser que pensaran de modos tan diferentes?. La razón estribaba en que los primeros, comparaban a los gigantes de aquella tierra que fluía leche y miel, con ellos mismos; pero había dos hombres especiales, Josué y Caleb, dos hombres que siguen siendo al día de hoy un referente extraordinario; dos hombres que  lograrían cumplir bien su trabajo y conseguir logros impresionantes, y cuyo ejemplo de vida llega hasta nuestros días; ellos dijeron…..

“Con nosotros está el Señor; no los temáis” Num. 14: 9.

Los primeros, comparaban a los gigantes con ellos mismos, la batalla perdida comenzó en sus propias mentes. Los segundos, comparaban a los gigantes con el tamaño de su Dios, y allí, también en sus propias mentes comenzó la victoria; solamente había una palabra pequeñita que hacía todo el cambio….. ¡fe!

Todos aquellos hombres habían visto a Dios obrar maravillas, ¡maravillas inmensas! Pero les pudo su propia incredulidad y falta de fe.

Cuando pienso en mi misma y en mi propia incredulidad en muchas ocasiones para lidiar con mis propios gigantes, tengo que pedirle perdón a mi Señor por mi fe tan pequeña en ocasiones, después de llevar toda mi vida habiendo visto los milagros de Dios en mi propia vida.

¿Cuales son los gigantes con los que nos enfrentamos en estos momentos tú y yo? Cada uno sabemos los nuestros; en este momento te invito a que junto a mi, mires bien los gigantes, las dificultades que tenemos por delante, y las llevemos con fe a los pies del “Poderoso gigante”, sólo así tendremos la victoria asegurada.

 

CUANDO SOPLA EL VIENTO

Cuando sopla fuerte el viento suelto mi cabello,

Amarro mis velas y le hago frente al mar.

Y dejo que sople y empuje mi barca.

Sé bien en Quien mi alma puede descansar.

 

 

Cuando sopla fuerte el viento y amenazan olas,

pongo al frente el rostro como un pedernal.

Seco cada lágrima y miro adelante,

Quien por mi dió Su vida me podrá rescatar.

 

 

Aprendí que ni el viento, ni el mar ni las olas, 

Podrán nunca conmigo si a mi lado esta,

del que soy la niña de Sus ojos bellos,

del Amor del alma, de mi dulce Paz.

 

 

Y vendrán más vientos y vendrán más olas,

Y hasta puede que un día llegue el huracán.

Pero cruzaré entonces la bendita orilla,

Y cuando la cruce, ¡Él me abrazará!

 

 

Y se irá ya el viento, y se irán las olas,

y soltaré el cabello ante el mar de Cristal.

Y viviré entre algodones, dulzuras y calma,

eternalmente a la vera del que me vino a salvar.

 

Beatriz Garrido

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Follas novas - Gigantes