Guerra a los bribones

En este mundo que vivimos ganan siempre los bribones: los que encuentran triquiñuelas para evadir la justicia.

27 DE ENERO DE 2019 · 19:00

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Hace más de seis años, en uno de los “Cine Fórum” que moderé, y que la película que proyectamos a los efectos fue Pretty Woman, uno de los asistentes trajo a coloquio una idea que nos hizo olvidar el tema del pecado de la inmoralidad sexual, por muy romántica que se presentara y sacó a colación el que pasaba desapercibido y sin embargo, en opinión del buen tertuliano era más grave aún, el de la explotación financiera, por muy guante blanco que la realice. En un momento de la película, Vivian WARD (Julia ROBERTS), pregunta al multimillonario Edward LEWIS (Richard GERE) “¿y tú qué produces para ser tan rico?” a lo que el ricacho bribón responde: “nada… compro empresas en crisis, las desmonto y las vendo más caras”. La muchacha de dudosa moral, manifestando un rostro de lenguaje bien kinético, expresa sin hablarlo: “¡qué pillo, qué listo, qué tunante!” y de ahí, que el participante, recordando la escena, dijo con firmeza: “este es el mundo en que vivimos”. Y con la misma vehemencia sugirió que “debería haber una guerra entre los pillos y los tontos, en la que por vez primera ganásemos los tontos”.

Este amigo me miró divertido, observando el desconcierto en mi cara (sin llegar nunca a saber, que no volvería a hacer un “Cine Fórum” con tal película, pues lo que nunca yo pensé, inadvertidamente surgió, se me fue de las manos), y siguió un interesante coloquio, pues el sutil conversador explicó: “que en este mundo que vivimos ganan siempre los bribones: los que encuentran triquiñuelas para evadir la justicia, para no pagar los impuestos, para presumir de patriotas pero teniendo sus fortunas en paraísos fiscales, para saltarse las leyes y aprovecharse de las mismas para lo que les interesa, para trepar y ascender en la política. Para recurrir a la Constitución cuando les interesa siendo que no creen en ella. Y, en cambio, siempre perdemos los que, ingenuos pagamos y trabajamos religiosamente, los que cumplimos con los horarios y la obligación; los que, por no usar la coba, nos quedamos de auxiliares de todo”.

Mientras hablaba con tanta sencilla razón, mi mente se ponía a pensar acerca de cómo España necesita autorización para producir de quienes no producen nada; cómo es que entidades que yo -en mi ignorancia- no sé exactamente qué ingresos producen, léase Moody, Standard & Poor’s (S&P) agencias de calificación, Asesorías que definen sobre Primas, triples AAA, y hacen que el dinero fluya no a quienes lo trabajan sino a sus favoritos Bancos. Qué bribones son los que se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las normas e intereses que promueven no nos protegen de ellos, sino que ellos se protegen contra nosotros. Qué sinvergüenzas son los que recompensan la corrupción, los que arruinan Cajas Rurales y Bancos, y se despiden con indemnizaciones millonarias y a los demás se nos pide la honradez y el autosacrificio, el apretarse el cinturón. Qué tunantes deben ser y desvergonzados, cuando nos hacen creer que ya somos Europeos, y mientras los salarios mínimos interprofesionales en Europa son tales como: Luxemburgo 1.998 euros, Irlanda 1.614, Alemania 1.498, Bélgica 1.389, Holanda 1.594, Francia 1.458, Reino Unido 1.469 euros, Israel 1.273, Corea del Sur 1.229 y España 735 euros (los jubilados menos), y con pillería magistral nuestros “Parlamentarios y Senadores” ganando lo mismo que los europeos de primera clase, y los eurodiputados, ganando igual que los europeos ricos. ¡Es evidente que hay muchos bribones!. 

Ya no pude dejar de pensar “Desde el Corazón” que el que el mundo no marche bien es en buena parte gracias a tantos que se pavonean de inteligentes, cuando son tunantes, pillos, picaruelos, listillos, corruptos, conductas que son muy peligrosas ya que son contagiosas: porque el engañado, explotado tantas veces, difícilmente consigue no decidirse también a espabilarse de tan inmoral manera, y escudarse con el nefasto refrán: “quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón” o quizá nos organicemos de huelga contra las huelgas.

Estos “listos-listillos-pillos-caraduras-bribones” no son tantísimos, pero están muy bien distribuidos, pues aparte de las Mafias, difícilmente no hay Fábricas, Empresas, Oficinas, Bancos, Bolsas, Ayuntamientos, Diputaciones, Parlamentos, Gobiernos, Casas Reales, Agencias de Calificación, en que no aparezcan unos cuantos. Trato de explicarme cómo los Estados Unidos pueden sobrevivir con 800.000 empleos públicos, y en España, con menos población, diez veces menor que la de U.S.A, precisa de tres millones de empleos públicos, pero no lo entiendo ¿no se habrán colocado muchos listillos?. 

“Desde el Corazón” aún me queda mucho por decir de tipos “caraduras” que tenemos bien cerca de nosotros: “los escurrehombros”, los perezosos del “ya lo hará otro”, los que “viven de la fe de los demás”, pero lo haré en otro artículo; aquí quiero homenajear a los “tontos” a los que tienen el honor de “dar el callo”, a cuantos viven más preocupados de su propia conciencia que de los pisotones que recibirán en la guerra de la vida, a quienes valoran más la satisfacción consigo mismo que el triunfo. Porque nunca habrá una guerra en la que ganemos los tontos. Pero, honrando al Creador, venciendo o no, habremos sido verdaderos hombres. 

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Desde el corazón - Guerra a los bribones