Crónica sobre un encuentro: “La influencia del jurista cristiano en su entorno profesional”

Evangélicos que ejercen profesiones jurídicas y estudiantes de Derecho se reúnen anualmente desde 2013, buscando formas de ser una influencia excelente en el medio donde se encuentran.

12 DE ENERO DE 2019 · 22:55

Participantes del encuentro./ Jacqueline Alencar,
Participantes del encuentro./ Jacqueline Alencar

En febrero del pasado año, pude asistir al encuentro anual del Foro Evangélico del Derecho (FED): “La influencia del jurista cristiano en su entorno profesional”, llevado a cabo en Valladolid del 9 al 11 de febrero, ya que mi esposo, Alfredo Pérez Alencart, había sido invitado a impartir una conferencia. Evangélicos que ejercen profesiones jurídicas y estudiantes de Derecho se reúnen anualmente desde 2013 para tener momentos de comunión entre ellos, reforzar su fe e intercambiar ideas y proyectos, buscando formas de ser una influencia excelente en el medio donde se encuentran insertos. El FED ha sido creado en el seno de la Sección Profesional del Derecho de los Grupos Bíblicos de Graduados (GBG).

La duración del mismo era de tres días, de viernes a domingo, pero nosotros tuvimos que salir el último día a las tres de la mañana, rumbo a Barajas, ya que debíamos llegar a Nicaragua, donde tendría lugar el Festival Internacional de Poesía de Granada. No obstante, disfrutamos intensamente de la palabra impartida y de los gratos y entrañables momentos compartidos en este importante encuentro cuya coordinación estuvo a cargo de María Teresa Pérez Prida y Rosario Pablos. 

Yo había dejado mi ordenador en casa por encontrarse estropeado, justo en ese momento, pero gracias a mi vieja máquina fotográfica, compañera fiel, y a un bolígrafo y papel, pude grabar instantes fugaces e intensos que quedaron guardados en la balanza de la memoria.

El presidente del Foro, Eliseo Gómez-Lor (Letrado de la Administración de Justicia) fue el encargado de las palabras iniciales para abrir el evento. José de Segovia (Pastor, escritor, periodista, expositor y profesor de la Facultad Internacional de Teología-IBSTE, del Centro Evangélico de Estudios Bíblicos-CEEB, de la Facultad de Teología de la UEBE y de la Escuela de Estudios Bíblicos y Teológicos de Welwyn-Inglaterra) fue el encargado de las dos plenarias contenidas en la programación del evento, tituladas Jueces: la espiral del mal (I y II). Para ello se basó en el libro de Jueces, del cual dijo que “es el libro en el que vemos violencia, pero la pregunta es cómo debemos verlo nosotros desde la perspectiva de Dios, ante quien nosotros nos sentimos incómodos, ya que queremos descubrir las cosas por nosotros mismos”. Y que “este libro muestra las consecuencias de lo que es vivir sin Dios”.

Dejo algunas pinceladas sobre lo que el ponente expresó en una de las plenarias, ya que no pudimos estar presentes en la segunda, y que pude extraer rápidamente, esperando se acerquen a lo que quiso transmitirnos: “La Ley dice lo que hay que hacer; el ser humano la utiliza también para hacer el mal, busca cómo librarse de ella. No hay quién potencie la Ley. Dios ha establecido un reglamento para indicar cómo se aplica la Ley. La misma surge del Pacto, pero este va más allá de la Ley pues es eterno, por tanto, el hombre no lo puede frustrar. La única condición es reconocerlo como único Dios. Su pueblo no cumplió, por eso no acabaron con sus enemigos. Hoy también las personas dicen: si hay un Dios quiero que sea como me conviene. Dios nos entrega a nuestros propios deseos. Y el ser humano tiene pasión por la idolatría, pasión por los sustitutos; quiere algo como Dios, pero que no sea Dios”. Advertencia: Si deseamos dejar a Dios, ¡ay de nosotros sin su ayuda!

Además, señaló que “en este libro se pueden ver las consecuencias de lo que es vivir sin Dios. El pueblo desobedece, Dios se enfurece contra ellos y los abandona. Aun así, Dios les concede jueces que los liberan. Así también hoy nos deja en nuestra propia voluntad, pero no nos abandona en ese juicio final mientras estemos en este tiempo de gracia. Y en la medida de su gracia, al igual que antaño, nos concede jueces. Hace bien por medio de personas, creyentes y no creyentes. Ayer los probó en medio de su convivencia con el entorno; deja a esas naciones para probar a Israel”. Y hoy también. Hizo una interesante pregunta: “¿por qué no nos ha librado del mundo y su influencia corruptora?”. Contestando que “Dios tiene un propósito de probar a su pueblo, llamado a enfrentar el mal y a no cerrar los ojos ante el mismo”. “Dios quiere enseñarnos con esa continua tensión. Enfrentándonos a la realidad de nuestro papel en este mundo. La batalla de la fe se libra constantemente”. “El gran asombro es Dios contra Dios en la persona de su Hijo. Desata todo ese furor contra su propio Hijo. Así muestra el asombro del Evangelio. Ese juez ha pasado al banquillo, tomando nuestro lugar. La justicia sobre sí mismo. Una justicia que también es un regalo. Nos la entrega a pesar de que somos el reo… Participamos de esa justicia por medio de la fe…. Mandó jueces, pero ahora Cristo, Dios mismo encarnado, nos ha librado de nuestra injusticia”.

“Dios es justo, es fiel a su promesa. Su justicia no es ajena a Él… Por lo tanto, Él es fiel a sí mismo”. “No contraponer el amor a la justicia de Dios; error en el que caemos, aislamos la justicia de su responsabilidad”.

“La humanidad tiene un pecado y Dios tiene la respuesta en Cristo Jesús. Es el escándalo del Evangelio”. “¿En Cristo Jesús ya está hecho todo? No. El sufrimiento continúa; la salvación está en el futuro, si no, no tendría sentido. Igual que hay un juicio futuro, también hay una salvación futura, que ya disfrutamos en parte”. “Ese es el estímulo para hoy. La resurrección de Cristo garantiza que esto no es el final”.

Stuart Park (licenciado en Filología Románica por la Universidad de Cambridge, Director del Colegio Internacional de Valladolid, Presidente Honorario de los GBU, director de la revista Alétheia de la AEE, Premio Jorge Borrow  de Difusión Bíblica 2015, expositor y autor de más de 20 libros) disertó sobre la “Fidelidad a Dios en la cúpula del poder. Las líneas rojas de Daniel”. 

Por su parte, Alfredo Pérez Alencart (profesor del Departamento de Derecho del Trabajo en la Universidad de Salamanca, poeta y ensayista, coordinador de los Encuentros de Poetas Iberoamericanos organizados por la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes; columnista de los periódicos ‘La Razón’ y el Norte de Castilla’, y, además, colaborador en P+D) habló sobre “El Derecho en las Escrituras y en la práctica social”.

Interesantes pautas dejadas, según el contenido de la programación del encuentro, para unos cristianos que, a través de su profesión desean dejar huellas de bien y no de calamidad para esta generación y las que vendrán.

Antes de partir, la noche del sábado finalizó, para nosotros, con un interesante y sorprendente recorrido por Valladolid tras las huellas de “El Hereje”, la novela histórica de Miguel Delibes. Descubrimos bellos rincones de la ciudad que nos acogía por esos días, pero también recordamos el legado dejado por nuestros hermanos reformadores del siglo XVI, una época de intolerancia y de escasez de libertades.

Deseamos que los juristas de este siglo sean bendecidos en su labor para Él.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Muy Personal - Crónica sobre un encuentro: “La influencia del jurista cristiano en su entorno profesional”