Unos cuantos ‘¿Por qué?’

He aprendido que todo lo que ofrezco “Desde el Corazón”, como cualquier otro articulista, es un punto de vista.

05 DE ENERO DE 2019 · 21:00

Foto: Juan Pablo Arenas, Pexels,
Foto: Juan Pablo Arenas, Pexels

He tenido en las últimas semanas algunas cartas de amigos -y deben serlo porque me leen- que me escriben celebrando mis artículos y expresándome que les encantan. Y Desde el Corazón pienso que todos los escritores, yo entre ellos, como aprendiz de escribidor, -y curiosamente, una de las lectoras que me escribe me dice: “si usted se define como aprendiz, imagínese, yo no llegaré ni a pinche” y créanme que escribe muy bien nos preocupamos por la arrogancia inherente del acto de escribir, de que nuestro próximo texto, nos sea mejor que el último. Yo, cada vez que enciendo el ordenador, espero producir algo que pruebe que el tiempo del lector valga la pena. Trato de hacerlo tan bien que me gane el derecho de que el lector deje cualquier cosa que esté haciendo, y me preste atención.

Sin embargo, mientras más escribo y algo más maduro me vuelvo, menos me preocupa esta pregunta ¿qué es lo que me da el derecho de ser leído? He aprendido que todo lo que ofrezco “Desde el Corazón”, como cualquier otro articulista, es un punto de vista. Presento mi propio punto de vista, subjetivo, parcial, personal, necesariamente incompleto, y es el lector el que deberá determinar si el resultado merece su atención.

Llevo más de 50 años emborronando cuartillas con mis artículos semanales. El ciclo rápido de ideas, escribir, corregir, publicar, respuesta del lector, lo considero algo terapéutico. Agradezco todas y cada una de las notas en respuesta a mis temas. En ocasiones, casi he adivinado cuál de ellos generaría más calor. Y en ocasiones me he llevado grandes sorpresas. Escribí con dedicado esmero “vox populi… vox Dei” y sólo uno de ellos lo valoró con cinco estrellas; y el otro hizo un sencillo comentario neutro, según datos de Protestante Digital. Sin embargo, uno de los artículos de los que más lectores lo siguieron, sobre los 40 en el mismo medio “PD” fue “Los Indigentes”, evidentemente sin contar los cientos de los inscritos a la recepción del “Boletín” en papel. Así que, en este primero de este nuevo año, me limitaré a preguntar sin realizar respuesta alguna, esperando que algún lector responda a la que escoja.

¿Por qué los niños no escriben cartas a los reyes magos, como lo hacíamos antaño: ‘Queridos reyes magos: ‘este año he sido buen niño, he hecho todos los deberes en la escuela, no he dicho palabrotas, ni he dicho una mentira -ésta ya era una mentira- por lo que pido que…’ ¿Por qué los niños de ahora, sólo esperan muchos regalos, costosos regalos, y si se les adjuntan los llamados prácticos: calcetines, suéteres, ropa, pijamas, estos no los aprecian pues los consideran debidos sin más? ¿Por qué los niños de cierta Región Española, a la pregunta sobre qué han pedido a los reyes contestan: ‘que abdiquen’? ¿Por qué el ser humano se siente tan triste en el siglo XXI? ¿Por qué la Iglesia Cristiana celebra la Nochevieja como los cotillones: bebida, programas faltos de inteligencia y espiritualidad, y bofetada al buen gusto y a la solemnidad del momento? ¿Por qué cuando ciudadanos usando el derecho a la Ley de Trasparencia, piden detalles sobre los gastos de viajes de los tantos jefes de Estado y protocolo, responden que son ‘secretos de Estado’? ¿Por qué millones de padres mantienen la mentira de Papá Noël y Santa Claus, lo cual es moralmente cuestionable, pues puede tener efectos perjudiciales en los niños? ¿Por qué tantos padres y educadores, prefieren las mentiras de los destrozadores de la Navidad y temen enseñar a los niños la verdad de Jesús y los Magos? ¿Por qué tantas Iglesias tienen nombres de Santos y los fieles no tienen ni idea de las virtudes, valores y enseñanza de los Santos estrictamente históricos? ¿Por qué la gran mayoría de los que se declaran creyentes, pero no practicantes, sólo recuerdan a San Fermín por los encierros de toros o a San Isidro por las corridas taurinas? ¿Por qué en los actos disciplinarios de la Iglesia sólo se reprueban los pecados sexuales, y se pasan por alto los de la mentira, el estupro, la codicia, el robo de los diezmos a Dios, la calumnia, la gula, por qué? ¿Por qué en un mundo donde los propios líderes animan a la desobediencia a las leyes, las incumplen e intentan adaptarlas al uso, no defienden la Ley más justa para toda la Humanidad como la Ley de Dios? ¿Por qué en las propias Iglesias se escuchan tan pocos sermones sobre los mandamientos de la Ley de Dios, con relación a nuestros pecados actuales?

¿De dónde vienen los políticos corruptos o tiranos y por qué las gentes que los critican los votamos? ¿Por qué Dios permite imponer tal maldad en el mundo? ¿Debería el mundo tener la capacidad de decir si una persona es cristiana con el sólo hecho de mirarla? ¿Cómo luce un cristiano? ¿Cómo debería lucir un cristiano? ¿Más parecido a la Virgen María o a la Pedroche con su traje caro y transparente de noche vieja? ¿De dónde viene el odio racial? ¿De dónde vienen las razas? ¿Por qué Dios no hizo iguales a todas las personas, como las flores diente de león y las moléculas de hidrógeno? ¿Por qué la ciencia, ciencia, y la teología tienen tanta dificultad para llevarse bien?

¿Por qué las personas muestran tanto interés en las “experiencias cercanas a la muerte” pero ningún interés por el cielo?

Si la resurrección hubiera sucedido en una red de televisión ¿creería el mundo entero ahora en Jesús? ¿Qué es lo que haría que todo el mundo creyese en Jesús?

¿Por qué Dios no respondió a las preguntas de Job? ¿Por qué a Job pareció no importarle? ¿Por qué?

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