Citas sobre la inerrancia de las Escrituras

Repasamos citas, de los siglos XVI-XIX, de líderes y expertos cristianos que afirmaban la doctrina de la inerrancia tal y como lo hace la “Declaración de Chicago” de 1978.

01 DE DICIEMBRE DE 2018 · 21:45

Foto: Eduardo Braga, Pexels (CC0),
Foto: Eduardo Braga, Pexels (CC0)

I. Introducción

En su quinto escrito sobre la inerrancia, el Dr. Máximo García sigue afirmando (entre otras cosas) que la inerrancia fue “inventada por un grupo de extremistas norteamericanos el siglo pasado y documentada mediante la Declaración de Chicago (1978)”. Una vez más, estoy decepcionado con la falta de rigor académico en sus afirmaciones. En respuesta, me gustaría dar más citas, esta vez de los siglos XVI-XIX, de líderes y expertos cristianos que afirmaban la doctrina de la inerrancia tal y como lo hacían en la “Declaración de Chicago” en 1978. Espero poder demostrar (de nuevo) que dicha doctrina no fue inventada 1) en 1978, 2) por extremistas ni 3) por norteamericanos. La mayoría de las siguientes citas viene de mi lectura de fuentes secundarias, pero en mucho de los casos he podido comprobar dichas citas en sus obras originales.

 

II. Las citas

Martín Lutero: 

“Esta es mi respuesta a los que me acusan de rechazar a todo maestro de la Iglesia. No les rechazo, pero porque todos saben que a veces han errado, como hacen los hombres, estoy dispuesto a poner mi confianza en ellos solo en la medida en que me den pruebas de sus opiniones desde las Escrituras, las cuales nunca han errado.” (y cita la 82ª carta de Agustín a Jerónimo)1

 

John Owen: 

“Había, por tanto, tres cosas coincidiendo en esta obra: -Primero, La inspiración de las mentes de estos profetas con el conocimiento y el temor de las cosas comunicadas a ellos. Segundo, La sugerencia de palabras a ellos para expresar lo que sus mentes concibieron. Tercero, La guía de sus manos para poner por escrito las palabras sugeridas, o de sus lenguas para proferirlas a aquellos que estaban comprometidos con su escritura, como Baruc escribió la profecía de Jeremías de su boca, Jer 36:4, 18. Si cualquiera de estas fuere deficiente, la Escritura no podría ser absolutamente y en toda manera divina e infalible.”2

 

“[L]a Palabra ha venido a nosotros de Dios, sin la menor mezcla o intervención de cualquier medio susceptible de falibilidad, (como es la sabiduría, verdad, integridad, conocimiento, y memoria, de lo mejor de todos los hombres,).”3

 

Francis Turretin: 

“Negamos que haya ningunas contradicciones verdaderas o reales en la Escritura. Nuestras razones son las que siguen: a saber, que la Escritura es expirada por Dios (2 Tim 3:16), que la Palabra de Dios no puede mentir o ser ignorante de lo que ha ocurrido (Sal 19:8-9; Heb 6:18) y no puede ser apartada (Mt 5:18), que permanecerá para siempre (1 Ped 1:25), y que es la Palabra de verdad (Jn 17:17). Ahora, ¿cómo pueden tales cosas ser predicadas de la Escritura si no estuvieran libres de contradicciones, o si Dios permitiera a los escritores sagrados errar y perder su memoria o permitiera que errores incompetentes entraran en las Escrituras?”4

 

John Wesley: 

En una carta al Obispo de Glouchester, Wesley responde a la carta previa de este “Sobre el Oficio y Operaciones del Espíritu Santo.” El Obispo había escrito, “Pero, ¿cómo inspiró él la Escritura? Él dirigió a los escritores, para que no viniera de ellos error considerable alguno.” Wesley responde, “No, el admitir que hay algún error en la Escritura, ¿no debilitará la autoridad del conjunto?”5

 

En otros lugares, en su diario él escribió de Mr. Jenyns’ Evidencia Interna de la Religión Cristiana, “Si él es Cristiano, traiciona su propia causa al afirmar que ‘toda la Escritura no es dada por inspiración de Dios, sino que los escritores de ella fueron a veces dejados a sí mismos, y consecuentemente cometieron algunos errores.’ No, si hubiera errores en la Biblia, podría bien haber mil. Si hay una sola falsedad en ese libro, no vino del Dios de la verdad.”6

 

“‘Toda la Escritura es dada por inspiración de Dios;’ consecuentemente, toda la Escritura es infaliblemente verdadera.”7

 

Archibald Alexander:

“Y si pudiera mostrarse que los evangelistas habían caído en errores palpables en hechos de menor importancia, sería imposible demostrar que escribieron cualquier cosa por inspiración.”8

 

Louis Gaussen:

(hablando en el contexto como si la inspiración no fuera cierta) “¡Qué deplorables e inevitables errores deben haber necesariamente acompañado, en su caso, esta revelación sin inspiración divina! Y en qué deplorables dudas habrán sido dejados sus oyentes—errores en la selección de hechos, errores en su apreciación, errores en su declaración, errores en el modo de concebir las relaciones que tienen con las doctrinas, errores en la expresión de esas mismas doctrinas, errores de omisión, errores de lenguaje, errores de exageración, errores al adoptar ciertos prejuicios nacionales, o prejuicios que surgen de los rangos o partido del hombre, errores en la previsión del futuro, y en los juicios pronunciados sobre el pasado. Pero, gracias sean dadas a Dios, no es así con nuestros libros sagrados. No contienen errores; están escritos por completo por la inspiración de Dios. “Hombres santos hablaron movidos por el Espíritu Santo”; lo hicieron, “no con palabras de humana sabiduría, sino con palabras que el Espíritu de Dios enseñó”; de tal modo, que ni una de esas palabras debería ser desatendida, y que estamos llamados a respetarlas y estudiarlas, incluso hasta la más pequeña iota y el más pequeña apunte: porque “esta Escritura es pura; como plata refinada siete veces, es perfecta”.”9

 

A. A. Hodge y B. B. Warfield:

“El verdadero caso en cuestión entre las visiones más estrictas y las más laxas de la inspiración mantenidos por académicos creyentes permanece sin ser enunciado. Se argumenta y admite en los dos lados por igual que el gran diseño y el efecto de la inspiración es convertir a las sagradas Escrituras y todas sus partes en una regla de fe y práctica divinamente infalible y con autoridad; y por tanto que en todos sus elementos de pensamiento y expresión que tienen que ver con el gran propósito de comunicar a los hombres una revelación de deber o doctrina espiritual, las Escrituras son absolutamente infalibles. Pero si esto es así, se argumenta por parte de la escuela más liberal de académicos cristianos que este hecho admitido no es inconsistente con otros factores, los cuales ellos argumentan que son asuntos de su observación personal; por ejemplo que en ciertos elementos de la Escritura que son puramente secundarios con respecto a su gran fin de enseñar verdad espiritual, tales como la historia, historia natural, etnología, arqueología, geografía, ciencias naturales y filosofía, estos, como todos los mejores escritos humanos de su tiempo, son, aunque en su mayoría fiables, limitados por inexactitudes y discrepancias. […] Los escritores de este artículo están sinceramente convencidos de la perfecta solidez de la gran doctrina católica de la inspiración bíblica, es decir, que las escrituras no sólo contienen, sino que SON LA PALABRA DE DIOS, y, por tanto que todos sus elementos y afirmaciones no contienen ningún tipo de error, y vinculan la fe y la obediencia de los hombres. […] En todas sus afirmaciones reales estos libros están sin error.”10

 

III. Conclusión

Las citas podrían multiplicarse, pero creo que son suficientes ya como para demostrar que la inerrancia no fue inventada 1) en 1978, 2) por extremistas ni 3) por norteamericanos. Al contrario, la inerrancia es la postura histórica de la Iglesia ortodoxa. Me gustaría concluir con una cita de Kirsop Lake, un experto bíblico no inerrantista cuyo intelecto superaba tanto el del Dr. García como el mío: “Es un error que cometen a menudo personas con formación que tienen poco conocimiento de teología histórica, el suponer que el fundamentalismo es una nueva y extraña forma de pensamiento. No es nada por el estilo; es la supervivencia parcial y sin formación de una teología que fue una vez sostenida por todos los cristianos. ¿Cuántos había, por ejemplo, en las iglesias cristianas del siglo dieciocho, que dudaran de la inspiración infalible de toda la Escritura? Unos pocos, quizá, pero muy pocos. No, el fundamentalista puede estar equivocado; yo creo que lo está. Pero somos nosotros los que nos hemos apartado de la tradición, y no él, y lo lamento por el destino de cualquiera que trate de discutir con un fundamentalista sobre la base de la autoridad. La Biblia y el corpus theologicum de la Iglesia están en el bando fundamentalista.”11

 

Notas

1# Argumento en Defensa de todos los Artículos” (Assertio omnium articulorum; 1521).

2#“Un discurso sobre el Espíritu Santo,” Libro 2 (Obras3:144-145).

3#“Del Original Divino de las Escrituras”(Obras16:300).

4#Instituto Theologiae Elencticae1:79.

5#Thomas Jackson (ed.), Las Obras del Reverendo John Wesley, A.M.3rded. (London: John Mason, 1830), 9:150.

6#Nehemiah Curnock (ed.), El Diario del Rev. John Wesley, A.M.(New York: Eaton & Mains, 1909), 6:117 (entrada de 24 de agosto, 1776).

7#Thomas Jackson (ed.), Las Obras del Rev. John Wesley, A.M.3rded. (London: John Mason, 1829), 5:193.

8#Evidencias de la Autenticidad, Inspiración, y Autoridad Canónica de las Sagradas Escrituras, 229.

9#Théopneustie ou pleine inspiration des santes écritures(Paris: L.-R. Delay, 1840), 15-16. Por desgracia, no tenía acceso a la edición española; aquí hemos optado por una traducción de la versión inglesa.

10#«Inspiración» The Presbyterian Review 6 (abril 1881): 225-260.

11#La Religión de Ayer y Mañana(Boston: Houghton, 1926), 61.

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