Juan Manuel Vaz: “Dios es quien despierta a su pueblo”

Esta semana estamos con Juan Manuel Vaz, el cual está celebrando su séptimo aniversario en el ministerio pastoral en la iglesia Caminando Por Fe (Barcelona).

18 DE NOVIEMBRE DE 2018 · 15:00

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Will Graham (WG): Enhorabuena, pastor Juan Manuel. Ya son siete años desde que estás en el ministerio pastoral. ¿Cómo te llamó el Señor a su obra?

Juan Manuel Vaz (JMV): El llamado lo pudimos ver en tres direcciones distintas. 

En primer lugar, lo vieron las personas antes que yo. En la iglesia donde me congregaba muchas personas me veían con actitudes pastorales, sin yo hacerlo con un fin específico, simplemente me nacían, y ellos mismos me decían, o incluso al pastor, que podían ver ese ministerio reflejado en mi vida. 

Por otro lado, y como dice la Palabra de Dios, ‘quien anhela obispado buena obra desea’, me di cuenta que nacía en mí un celo por el cuidado del pueblo de Dios, por la enseñanza, por la administración saludable y cuidadosa de la casa de oración, por la atención de las necesidades espirituales de las personas, y que incluso, eso me lo llevaba a casa, a mis oraciones, a mi escritorio, a mi estudio, etc. 

Y por último, el hecho de que mi esposa decidiese andar conmigo en la misma dirección fue como la última evidencia, Dios tocando y moviendo su corazón en ese mismo sentir, que me mostraba el nuevo camino que íbamos a iniciar y como el ministerio pastoral es algo que Dios había preparado de antemano.

 

WG: Qué bien. ¿Y cuáles han sido algunos de los retos que has vivido en estos años?

JMV: ¿Retos? Serían multitudes y faltarían páginas para escribirlos todos, sin embargo, quiero destacar tres. 

En primer lugar, y creo que es lo más importante, el saber equilibrar el tiempo dedicado a la obra y el tiempo dedicado a la familia. Es muy fácil, y es algo que confieso me sucedió, dejar un poco de lado el tiempo en el hogar por querer darte por completo al servicio ministerial. Recordando que nuestro primer ministerio es nuestra familia, es importante encontrar un equilibro para atender, primeramente nuestra familia, y luego la grey. 

En segundo lugar, no perder mi vida devocional. Me volví por momentos un profesional de la fe. Solo leía para estudiar, solo escudriñaba las Escrituras para preparar sermones, solo oraba por el ministerio, veía predicaciones para analizarlas y tomar apuntes, etc. Pero se había perdido el deseo y la pasión por relacionarme a solas con Dios, como el Juan Manuel que conoció al Señor sin servir en ninguna área de la iglesia, solo un hijo de Dios más que amaba leer Su Palabra para buscar Su consejo y orar para estar con Él. Debemos de tener cuidado en esa área y no perder nuestro tiempo con Dios, siempre seremos ovejas. 

Y por último, la frustración al no ver resultados. A veces creemos que los resultados dependen de nosotros, y eso quizá sea fruto del orgullo, porque puede provocar frustraciones ver poco o ningún cambio en las personas, y es nuestro deseo, ver el Evangelio correr, almas arrepentidas y vidas transformadas, pero sin olvidar que el fruto lo da el Señor. Ahora descanso mucho en Dios, sabiendo que me esfuerzo por hacer lo mejor que pueda cada una de mis tareas, pero que todo depende de Él.

 

WG: Así es. Todo depende Él. Hablando de la soberanía de Dios, estamos experimentado una especie de ‘avivamiento’ de la doctrinas de la gracia en la península ibérica, ¿por qué piensas que se está dando?

JMV: Sé que se está dando por la pura gracia de Dios, pues es solo Él quien siempre ha despertado a Su pueblo en los momentos que más lo ha deseado. La gente está cansada de mentiras, de humanismo, de engaño, de mensajes suavizados, de activismo social, de charlas motivacionales, etc. 

La gente no es tonta, y muchos ya están hartos de tanto circo en las iglesias modernas y están corriendo (movidos por Dios) en busca de respuestas, en busca de la verdad, en busca de estudiar, de averiguar, de saber, de conocer… y están llegando a las doctrina de la gracia con mucha fuerza, y ¡gloria a Dios por eso! Así que creo que como cualquier despertar nace de la buena voluntad de Dios.

 

WG: ¿Cuáles piensas que son las grandes necesidades de la iglesia contemporánea en España?

JMV: Creo que estamos muy lejos en algunas áreas importantes de la vida de iglesia. Creo que, por un lado, invertimos muy poco en misiones. Las iglesias que suelo conocer en España invierten casi todos sus recursos en sí mismas, pero apoyamos muy poco a aquellos que están llevando el Evangelio por diversos rincones del planeta, y creo, que ya que nosotros no vamos a ir, por lo menos podríamos invertir más en aquellos que están en el campo misionero. 

Por otro lado, la iglesia española está muy seca, a mi parecer, en un tema crucial, que es la vida de oración. Creo que puede ser el motivo principal por el cual el resto de áreas flojean, porque vivimos vidas de oración muy pobres. Curvamos la cabeza sentaditos en nuestras sillas 5 o 10 minutos y nos damos por satisfechos (eso sí, luego leen 2 o 3 horas libros de autores reformados como si la vida se les fuese en eso). 

Falta mucha oración, y hablo de oración, de la que vivían esos reformadores y puritanos que tanto estudiamos. Hablo de postrarnos, humillarnos, y doblar nuestras rodillas por varias horas en un solo día y de forma regular. Carecemos de una vida ferviente de oración como iglesia y como individuos. 

Y otra área que me preocupa es la falta de piedad que se ve en muchas iglesias. Estoy a favor de proclamar la gracia de Dios, y luchar contra el legalismo, sin embargo, en muchos lugares la gracia se ha vuelto el camino al libertinaje, y vemos una falta de piedad y santidad en muchas de nuestras filas, y eso es algo, que repito, reformadores y puritanos que estudiamos defendían con mucha fuerza. Así que quizá podríamos estudiar sus libros, pero procurar imitar su conducta y fe.

 

WG: Ya que has mencionado el tema de los libros: si pudieras recomendar cuatro o cinco libros para nuestros lectores, ¿cuáles serían y por qué?

JMV: Pues, sí, nombraré cinco:

El credo de los Apóstoles – Franklin Ferreria

Credos y confesiones son muy importantes para nosotros, y en este libro el profesor Ferreira explica de una forma detallada el credo de los Apóstoles, plasmando con mucha claridad las principales bases de la fe cristiana.

Finalmente Vivos – John Piper

Entender el nuevo nacimiento y las evidencias del mismo es algo muy importante para el creyente, y Piper lo explica con ese toque de gracia que solo él tiene.

El Sermón del Monte – Martyn Lloyd-Jones

El Sermón del Monte expuesto por Jesús es una joya preciosa poco valorada por muchos, pero para mí, uno de los principales tesoros de toda la Escritura, y en este libro está explicado de una forma profunda y con una claridad tremenda.

Un ministerio Ideal – Charles Spurgeon

Es algo personal, pero me ayudó a volverme el pastor que soy hoy. Aprendí mucho sobre el ministerio y sobre la excelencia en cualquier área de mi vida. Con palabras claras y sencillas es un libro que confronta y edifica.

La Iglesia Deliberante – Dever y Alexander

Al iniciar el ministerio sin amigos y sin ayuda, estaba muy perdido, y reconozco que estaba edificando una iglesia pero con una estructura muy débil. Este libro me ayudó a empezar a estructurar la iglesia y el ministerio pastoral de una forma sólida y firme.

 

Vaz y su esposa llevan siete años en la iglesia Caminando por Fe en L'Hospitalet de Llobregat.

WG: Más allá de los libros, ¿puedes nombrar algunos de tus héroes en la fe?

JMV: Claro, existen varios y por motivos diversos.

Charles Spurgeon – sus sermones y su biografía me impactaron tremendamente. Reconozco que después de Pablo, era para mí el hombre que más admiraba en cuanto al celo por la predicación. Fue quien grabó corazón como un grito que decía constantemente ‘¡predica a Cristo, predica a Cristo, predica a Cristo!’

Paul Washer – fue el instrumento que Dios usó para llevarme del engaño a la verdad, mostrándome por un lado un hombre apasionado por Dios y el Evangelio, y por otro lado un hombre celoso de la sana doctrina.

John Piper – sus sermones, sus estudios, su ¡gozo! Me enseñó a disfrutar de Dios, del ministerio y aprender mucho sobre las doctrinas de la gracia.

David Wilkerson – cuando vi por primera vez ‘la cruz y el puñal’ no pensaba en doctrinas, no sabía nada de la reforma ni las doctrinas de la gracia, pero empecé a buscar sobre este predicador el cual despertó en mí un deseo por predicar el Evangelio a todas las personas y creer en el poder de Dios capaz de transformar a cualquiera.

Leonard Ravenhill – ardía mi corazón cuando escuchaba sus sermones en audio y leía sus palabras. Me hacía sentir pobre en mi vida devocional y me despertó a buscar más y más a Dios.

 

WG: Estupenda lista, hermano. ¿Cuáles son tus esperanzas con respecto al movimiento evangélico en España?

JMV: Supongo que sería el hecho de mejorar las áreas que he mencionado antes que para mí son debilidades en la actualidad en nuestra iglesia. Obviamente pensando en el contexto reformado en el que me encuentro. Sin embargo, si pensara más en el contexto general, siguen habiendo muchas personas en doctrinas del error, iglesias que están esclavizando con herejías y doctrinas de hombres a muchos, y por otro lado, un país que no escucha el Evangelio tanto como debería. 

Creo que debemos enseñar, utilizar las redes y divulgar la verdad, y lo digo por experiencia, ya que soy testigo de cómo mediante las redes sociales tantas personas están descubriendo la verdadera fe, la sana doctrina y están abrazando las doctrinas de la gracia. 

Y por otro lado, reconozco que me duele ver cada día Testigos de Jehová por las calles, y sé que el Evangelio es algo que debemos predicar en nuestra vida diaria, pero no podemos engañarnos, nuestros padres en la fe muchas veces eran predicadores de plazas, de parques, de calle. Debemos llevar el Evangelio a las calles, inundar las ciudades de España con las buenas nuevas de salvación, exponerlo en cada rincón, plaza o parque donde se pueda. 

Debemos aprovechar la libertad que tenemos ahora ya que no sabemos cuánto nos va a durar. Creo que tenemos que dejar de ser iglesias cómodas en nuestras cuatro paredes (dejo claro que soy un gran defensor de la iglesia local) y levantarnos también para llenar nuestras calles con el poder del Evangelio.

 

WG: En cuanto a las calles, ¿cómo tendrían que reaccionar los pastores y los creyentes ante el avance de la agenda LGTBI en nuestros días?

JMV: No podemos imponer nuestras ideas o valores. Si fuese posible adaptaríamos todo lo que nos envuelve a los valores cristianos establecidos en las Escrituras. Pero claramente no podemos callar. Podemos y debemos alzar la voz. 

Debemos llamar al pecado por su nombre, no tener miedo de las represalias, no tener miedo de contender, no tener miedo de ser insultados o despreciados, ni tachados de retrógrados, homófobos o algo por el estilo. Lo que más me preocupa no es la práctica pecaminosa de ellos, pues eso lo vemos en cada lugar del mundo, sino que están llevándolo a las escuelas, están implantándolo como modelo educacional y están manipulando a nuestros hijos. Les ponen dudas en la mente, los hacen cuestionarse su sexualidad y los llevan a experimentar cosas abominables. 

Debemos contender por la fe, luchar y alzar la voz por nuestros hijos, por la próxima generación, y todo eso lleno de oración, de clamores constantes a Dios y esperando que el Señor se apiade de los pequeños. Y debemos hacerlo ahora que todavía no vamos presos por hacerlo ya que las cosas, al ritmo que avanzan, solo parece que se pondrán peor, y es entonces, que tendremos que ver quiénes son los verdaderos valientes. Pero aprovechemos la libertad actual para alzar la bandera del Evangelio y luchar contra esta abominación que están forzándonos a aceptar.

 

WG: ¿Te sorprendió el éxito de tu vídeo sobre ‘Los hijos no mandan en casa’, el cual se ha reproducido millones de veces?

JMV: El otro día un amigo me dijo que había pasado los 4 millones de reproducciones. Seré sincero, las redes son un peligro. A la que algo se sube y llega a manos de otra persona no sabes lo que puede llegar a suceder. No imaginas la de insultos y críticas que me llegan a diario, y muchos por ese vídeo, de docentes, psicólogos y progres. 

La página de Facebook es muy útil, pero los comentarios y mensajes que nos llegan a diario son realmente ofensivos (aprovecho para pedir oración por ello, para que Dios nos vuelva un poco menos sensibles ante las palabras duras o malsonantes que leemos). Pero nunca imaginé que llegara ese vídeo a tantas personas, que corriera como la pólvora por internet de esa forma y bueno, que también despertara a tantos a volver a poner en orden sus hogares. 

Es cierto que quizá las palabras utilizadas o los ejemplos fueron muy radicales, pero creo que quien lo escucha con buena intención sabe entender el sentido de ese mensaje. Solo espero y deseo que otros vídeos que llevan el mensaje del Evangelio tengan tanto alcance como ese que habla de algo como la paternidad.

 

WG: Para ir acabando, hermano: si pudieras dar algún consejo a nuestros lectores más jóvenes, ¿cuál sería? 

JMV: Tened paciencia. Existen muchos hoy que dicen que en su ciudad no hay iglesias de sana doctrina, que han encontrado las doctrinas de la gracia, y quieren empezar obras en sus casas. Está bien, una plantación es algo maravilloso, pero sufriréis mucho si no es el tiempo adecuado para hacerlo. Yo corrí demasiado. Sé y quiero pensar que al final Dios me habría traído aquí de otra forma, pero fundar una obra con 23 años, recién casado, y tan inmaduro, me llevó a sufrir, y no solo eso, a hacer sufrir a quien estaba a mi lado, a mi esposa. 

Lastimé mi hogar, descuidé mis responsabilidades por momentos, mi inmadurez me llevó a cometer errores en el púlpito y con los hermanos, etc. He aprendido a golpes, pero no creo que sea la mejor forma de aprender. No volvería atrás para no hacerlo, pues también pienso que Dios pudo permitirlo para aconsejar a otros, pero si pudiera decirles algunas cosas serían: tened paciencia, dedicaos a aprender (no solo a nivel intelectual, sino a formar un carácter), caminad con gente a quien rendir cuentas, andad con hombres adultos y sabios con más experiencia y sed humildes para agachar la cabeza y aprender.

 

WG: Muchísimas gracias por su tiempo con nosotros, hermano. ¡Adelante en el Señor y sigue predicando la Palabra a tiempo y fuera de tiempo! 

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