El idioma intrínseco del perfume

Cada uno de estos procedimientos llevan consigo dolor.

11 DE NOVIEMBRE DE 2018 · 06:20

Foto: Pixabay.,
Foto: Pixabay.

El perfume, como la seda, el vino y las flores, es uno de los lujos necesarios de la vida. Su aroma es como un buen vino, que necesita oxigenarse antes de alcanzar el punto de perfección. Sofía Loren

No hace mucho, tuve que pasar algún tiempo en un aeropuerto grande de mi España, me acompañaban algunas amigas; así que lo primero que hicimos, fue meternos en una tienda de aeropuerto, pero nada de “duty free” aquello era en un mar de sueños, un tanto inalcanzable.

Yo me fui derechita a los perfumas, y en concreto a los de Dior, son mis favoritos desde siempre y los utilicé mucho cuando era más joven. Ese tono rosa amalvado de la mayoría de ellos; ese lacito negro, confieso que me encandilan, y comencé a ver que aquellos precios eran prohibitivos en ese momento de mi vida.

Así que, sutilmente, empecé a tirar de probadores.. “Chis”, un poquito en una muñeca… “chis” otro poquito en la otra, y así sucesivamente; hasta que se acercó a mi una señorita muy elegante, y con muy buenas palabras me dijo, ¿puedo ayudarla en algo?….. ¡No, gracias, sólo estaba mirando un poquito!

Y me pasé a los de Calorina Herrera, Chanel… Pero volví a los de Dior, “chis” un toquecito detrás de la oreja... “Chis” otro toquecito detrás de la otra……

Entonces se me acerco un joven también muy educado y elegante, y me dijo de nuevo… ¿Está buscando algo en especial?… Bueno, realmente estaba mirando, me encantan los perfumes de Dior, pero noto que falta alguno que me encanta desde siempre, veo el Miss Dior, Otros más nuevos como el Allure… ¿Y el Diorella de toda la vida?..

¡Ay tiene que disculparnos! Pero en este momento estamos esperando a recibirlo, en poco creemos que va a desaparecer; ¡ay que pena! Siempre me pareció maravilloso… ¡Muy amable, muchísimas gracias!

Y con la misma salí sin haber comprado, no compré nada, ¡eso sí! ¿Perfumadita de brea, como cantaría Serrat? ¡Faltaría más!… Perfumadita de Dior.

Os voy a dejar una definición del perfume que yo solicitaba al joven tan educado, que ya se estaba cansando un poco del uso de los probadores por mi parte. Me estoy refiriendo a un perfume muy especial de la casa Dior, “Diorella” que ellos mismos definen de este modo.

“Una frescura picante, un encanto natural. Este floral afrutado destila espontaneidad. Sus notas de limón siciliano relacionados con la madreselva y vetiver construyen una fragancia eternamente moderna. Un espíritu de libertad e independencia.”

Cuando leí esto, me hizo mucha gracia, porque alguna de las cosas como la espontaneidad, o un espíritu de libertad e independencia coincide bastante con mi personalidad.

Ni recuerdo quien venía a mi lado en el avión, porque lo cierto es que vine durmiendo todo el tiempo, pero estoy segura que pensó, ¡viene bien perfumada!

Desde siempre me encantó el perfume, de manera muy especial el jazmín, el azahar… ¡Desde siempre!.

Pero después de esta introducción con unos tintes un tanto simpáticos de una noche en un aeropuerto, quisiera hablaros brevemente de una frase que he escuchado muchas veces; pero que hace unos días alguien me la repitió de nuevo y no me la logro quitar del pensamiento…

¿Hueles a Cristo?; desde siempre me encantó este pensamiento y las miles de aplicaciones que puede tener, pero en esta ocasión se me clavó en el alma por alguna razón.

Permitidme compartir con vosotros como se elabora un perfume: “Mucho han cambiado los procesos de fabricación de colonias y otras fragancias desde que los griegos empezaron a elaborarlas aunque fueran los árabes los perfeccionaron mejor que nadie, los conocimientos de las culturas que los precedieron utilizando alambiques para destilar alcohol como soporte de las esencias con los que obtuvieron refinados perfumes como el almizcle, la algalia y el Agua de Rosas.

La alquimia dio paso a los procesos químicos en el arte de la perfumería.

Los adelantos científicos y técnicos han permitido realizar fórmulas cada vez más complejas que antes se llevaban a cabo únicamente mediante la experimentación.

Hay diversos procedimientos de fabricación según los ingredientes que se utilicen. Los más comunes son:

- Destilación: Este método, el más empleado especialmente para flores, plantas y hierbas, consiste en separar por evaporación los sólidos de los diferentes componentes volátiles de una mezcla.

La parte del vegetal que contiene la esencia (raíz, hojas, flores, corteza (árbol), etc.) se machaca y se introduce en un alambique.

Se añade el agua suficiente para que la materia esté completamente bañada y, al cabo de algunas horas de maceración, se procede a la destilación.

El vapor de agua arrastra los elementos aromáticos hacia la columna de destilación, donde son enfriados y recogidos en un vaso en el que se separan fácilmente el agua y la esencia.

El agua que sale arrastra un poco de esencia en disolución o en suspensión por lo que se vuelve a enviar al alambique para aprovecharla en operaciones sucesivas.

- Expresión: Este proceso se utiliza para los frutos, de cuya corteza se exprimen sus esencias tras separarla del fruto, agujerearla y comprimirla mecánicamente.

El extracto obtenido se decanta y se filtra sobre papel mojado para separar las partes acuosas de los aceites esenciales.

Este tratamiento en frío es utilizado particularmente con naranjas, limones, la cidra y otros cítricos, cuyo aroma muy fresco no resistiría el calor de la destilación

- Extracción o enfleurage: Este proceso consiste en poner las plantas, normalmente flores más delicadas, en contacto con disolventes que absorben los perfumes --Por contacto.

Tradicionalmente esta técnica era utilizada con grasas de animales como disolvente pero han sido reemplazadas por disolventes volátiles que se eliminan por evaporación.

Al mezclarlo con alcohol, calentarlo y enfriarlo después, se obtienen los compuestos vegetales. Posteriormente se evapora el alcohol.

- Maceración: La obtención de fragancias por maceración es el método más antiguo. Aunque en deshuso, esta técnica se utilizaba con flores muy frágiles como la flor de azahar, el jazmín.

Los pétalos se recogían a mano, se disponían en una fina capa sobre una película de grasa animal encima de una plancha de vidrio. A las 24 o 48 horas se retiraban minuciosamente los pétalos y así varias veces hasta la saturación de las grasas.

El resultado era una pomada cargada de aromas que se lavaba con aguardiente de vino para obtener infusiones”.

Fijaos en palabras reiteradamente dichas , aunque sea de modo distinto, pasar por el alambique, arrancar y cortar corteza de árboles, flores exquisitas, frutos deliciosos, maceración, machaque, arrastre… No hace falta que siga ¿verdad?

Cada uno de estos procedimientos llevan consigo dolor, no creo que los pétalos de rosa sean felices mientras se lo somete a maceración, ni nada; al arrastre, alambique, altas temperaturas, vapor de agua…

Cuando vuelvo a que tengo que tener el ·aroma a Cristo, encuentro la razón por la cual mi Señor no me dejó salir del pensamiento esta percepción. Siempre conecté este pensamiento, con el estar en unión constante a mi Señor, el ser a Su semejanza…

Pero nunca había pensado en todo el sufrimiento que pasa la materia que sea, para llegar a ser un buen perfume. Algo que no duele, algo que no madura o macera, algo fácil, jamás lograría sacar de nosotros un perfume maravilloso.

Cualquier creyente que, que quiera dejar ese maravilloso y sutil aroma a buen perfume, tiene que ser pasado por el crisol de la prueba y del sufrimiento.

En el proceso, los pétalos de rosa, el azahar o lo que sea, pueden rebelarse, negarse a pasar todo el doloroso proceso, y resultar en algo que no desprenda ningún buen aroma; sino todo lo contrario.

Del mismo modo sucede con nosotros, El Alquimista divino es Dios, y se nos pide ser semejantes a Cristo. Solamente de nosotros depende la obediencia.

¿Quieres que toda la casa “se llene del olor al perfume”?

¿Quieres ser como aquellos de los que se dijo.. “Se nota que estuvieron con Jesús”?

Simplemente vive pegado a tu Señor, pegado a Su palabra, y vas a ver, más aún, los demás van a ver que el aroma que desprendes es el precioso aroma de Cristo. Creo que esa es una de las mejores maneras de llevar el gran mensaje del Evangelio.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Follas novas - El idioma intrínseco del perfume