“De Egipto llamé a mi hijo”

Llevo unos días empapada en el Nilo de aguas caudalosas, en Egipto, de la mano y el corazón de Stuart Park en su último precioso libro.

08 DE SEPTIEMBRE DE 2018 · 20:00

Stuart Park, con un ejemplar del libro.,
Stuart Park, con un ejemplar del libro.

“La resistencia de José le cualifica para el papel del señorío que ejercería en Egipto, y en la historia de José vislumbramos la victoria de Jesús”

“La lágrimas de José revelan un corazón tierno, denotan una profunda pasión ¡Tanto sufrimiento, tanta añoranza, y tanta gratitud!...”

                                              Stuart Park

Llevo unos días empapada en el Nilo de aguas caudalosas, en Egipto, y en todos los caminos que José recorrió junto a muchas lágrimas y mucho coraje, de la mano y el corazón de Stuart Park en su último precioso libro, “De Egipto llamé a mi hijo”.

Siempre me gusto la escritura de mi buen amigo de muchos años Stuart, siempre deja translucir los sentimientos más profundos de su corazón, incluso de su estado de ánimo; pero en los últimos años, veo a ese absoluto “gentleman”, entre otras muchas cosas licenciado en la Universidad de Cambridge, en Filología Románica, latinizarse cada vez más, emocionarse a la primera de cambio, el aroma de paz y regusto a madera de caoba y a un suave toque del mejor Mencía, aroma que está impregnado en su maravillosa esposa Berna; y viene a mi recuerdo aquel precioso centro de rosas blancas que llegó a nuestra casa para mi, poco después de irse Stuart, y cuando casi iba a dar a luz a mi tercer hijo.

Me encanta la sencillez, a la vez que pulcritud a la hora de escribir, me encanta que haya plasmado una y otra vez bastante texto bíblico, son muchas las veces que nos olvidamos, que no todo el que lee está familiarizado con la Escritura, además de facilitar la lectura al lector cristiano refrescando la memoria.

Siempre me ha fascinado el personaje de José, su vida e increíble historia, la tipología que Stuart plasma con una exactitud hasta en los más mínimos detalles de la tipología con Cristo; pero el gran secreto de la vida de José  “más Jehová estuvo con José”, un texto que llena mi alma por completo y la digo y la escribo multitud de veces; aunque implícita, no está repetida una y otra vez, simplemente se da por hecho y atraviesa el libro de principio a fín.

Me parece extremadamente bonita la introducción con el viaje en crucero por el Nilo, junto a su inseparable Berna, y unos amigos a los que alude con nombre y apellidos, amigos de más de 50 años. Esto simplemente demuestra la calidad humana del autor, con quien me unen lazos fuertes de amistad desde hace casi 30 años.

 

Stuart Park, en Egipto.

Hay un precioso texto del prefacio que os voy a transcribir:

“El tremendo drama que arrasó la vida de José, vendido como esclavo por sus hermanos a unos mercaderes que se dirigían a Egipto, anticipa un drama mayor, el de Jesús, el Hijo de Dios, también  entregado por envidia, y vendido por treinta monedas de plata, y la perspectiva cristológia que informa este libro- que dista mucho de ser un comentado u obra de erudición- invita a una reflexión de carácter devocional”; dicho esto me empapé en José, Jacob, las caudalosas aguas del Nilo sin las cuales Egipto no existiría, hasta muy altas horas de la madrugada por varios días; ya que en las horas de sol tengo muchas otras cosas que hacer. Realmente me atrapó, me parece un libro a recomendar a todo el mundo y fue un absoluto deleite su lectura hasta la última palabra.

Lo primero que me llama la atención es el título, Stuart Park tiene una habilidad especial para escribir títulos que atrapan, tal como la de el maravilloso libro, “Desde el torbellino” pero no hace por facilidad, inventiva o tan sólo por eso, lo hace con conocimiento de causa y lo transforma en algo maravilloso.

Como hemos dicho al principio, el título, “De Egipto llamé a mi hijo” para quien no esté familiarizado con la Escritura, puede resultar un tanto extraño, ¿no es cierto?¿comienza por el final?… ¡para nada! Simplemente recoge palabras de Mateo 2:15, profetizadas en Oseas 11:1. Y esto denota que aunque un libro con tintes devocionales y de deliciosa lectura, está impregnada en un profundo conocimiento bíblico.

La obra comienza por su orden natural, la familia del patriarca Jacob, el amor de toda su vida, Raquel, todos sus hijos, José y su túnica de colores, Benjamín…  Y toda la historia recogida que sabemos bien. Me parece precioso todo el recorrido a través del libro de los sueños de José, de niño envidiado por sus hermanos, al contarlos con suma ingenuidad, los sueños en la cárcel, y posteriormente la interpretación de los sueños de Faraón que le llevaron a ocupar el segundo lugar en el trono de Egipto.

Hay algo que el autor resalta que me parece excelente, José es hombre de pocas palabras, pero de gran inteligencia dada por Dios, todo el tema del reencuentro con sus hermanos, no tiene el mínimo desperdicio; cada pensamiento, cada palabra y actuación, rebosan sagacidad y mucho amor.

Es bien conocida la preciosa frase de Eleanor Rooselvert: 

  -El futuro pertenece a aquellos que creen en la belleza de sus sueños.-

Y esta empedernida soñadora no quiere renunciar a soñar a pesar del paso de los años, y ha disfrutado al máximo al ver reflejado de una forma increíble toda la temática onírica en este precioso libro.

Un tema álgido en la vida de José es todo el episodio en la casa de Potifar, me fascina como lo desgrana y la belleza bíblica de las palabras que recoge, “Era José de hermoso semblante y bella presencia” … ¡El joven Hebreo!

Será un libro con tintes devocionales, pero aquí llega a Eva, al primer Adán y, evidentemente al postrer Adán.

Todo el tema de la tipología con Cristo esta salpicando el libro a cada paso, desde el nacimiento, pasando por los Doctores de la ley en el templo a los doce años, las bodas de Caná, el terrible e inevitable abandono por parte del Padre en la cruz, y terminando victorioso en la Resurección.

Un tema precioso y tocado con amplitud es el de las lágrimas de José, hilado de un modo maravilloso con las lágrimas de Jesús. Y un tema tocado con una profundidad y belleza absoluta es cuando Jacob, reparte la herencia y bendición entre sus hijos. Entre otras muchísimas cosas, me encanta la frase bíblica, “Como rama fructífera es José, Rama fructífera junto a una fuente; Cuyos vástagos se extienden sobre el muro”.

No es cuestión de que os repita todo el libro, mi tarea es invitaros a leer una preciosa obra que me fascinó.

Tengo que terminar, y quiero hacerlo transcribiendo unas frases del Epílogo escrito por el propio autor:

“Y así fue. Pero su mayor atractivo, el que ha cautivado a hombres de todo linaje, y lengua y pueblo y nación, se vio cuando murió en la ignominiosa Cruz, abandonado de Dios y de los hombres, el Siervo sufriente del Señor, para reconciliar consigo al mundo……… …………… Al terminar el libro, una impresión destaca por encima de las demás, la de una historia sublime, tan sencilla en su formulación, como profunda en sus implicaciones. En ella no hay equivalencias equívocas como si de una simple serie de ecuaciones se tratara; sino un tejido creado por un narrador que hilvana con maestría, múltiples aspectos de otra Historia, la de la Salvación en Cristo.”

Esta ha sido mi humilde impresión absolutamente fascinada de este hermoso libro que os animo a leer.

Apreciado Stuart, te dedico estas palabras con el cariño de siempre…… Beatriz.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Follas novas - “De Egipto llamé a mi hijo”