La canción de Nuria

Todo lo mío es el efecto de tener un Dios de Amor tan maravilloso en mi vida que vale la pena conocer.

18 DE AGOSTO DE 2018 · 21:45

Nuria, cantando en una plaza en A Coruña.,
Nuria, cantando en una plaza en A Coruña.

Voy a vivir el momento para entender el destino, voy a escuchar en silencio para encontrar el camino. Mark Anthony

No critiques lo que no puedes entender. Bob Dylan

Regálame tu risa, enséñame a soñar. Con solo una caricia me pierdo en este mar. Regálame tu estrella, la que ilumina esta noche llena de paz y de armonía y te entregaré mi vida. Pablo Alborán

Yo tengo arrugas en el alma, tú piedras en el corazón. Mis sentimientos van en chándal y los tuyos visten de Dior. Melendi

¿Quién me va a entregar sus emociones? ¿quién me va a pedir que nunca le abandone? ¿quién me tapará esta noche si hace frío? ¿quién me va a curar el corazón partío? ¿quién llenará de primaveras este enero, y bajará la luna para que juguemos? dime, si tú te vas, dime cariño mío, ¿quién me va a curar el corazón partío? Alejandro Sanz

Mirándote a los ojos se responden mis porqués. Me inspiro en tus palabras y mi casa está en tu piel. Mark Anthony

Era un sábado por la mañana y hacía un día delicioso; pero me enredé con mis cosas, y cuando salí, creí que no me daría tiempo a hacer todo lo que necesitaba; tenía que acercarme hasta la calle Real de mi ciudad a comprar algo y justo cuando llego, escuché cantar hacia la calle de Riego de Agua y María Pita, algo que me hizo parar en seco. Realmente no sabía si aquella voz venía de algún comercio o era al natural; entonces olvidé mis prisas y me giré sobre mis talones, y allí estaba ella, Nuria, cantando una pieza de Verdi con un gusto, una exquisitez, unos agudos tremendamente limpios... Fue algo que me dejó paralizada y me hizo estremecer.

Era más de la una del mediodía, pero había un buen grupo de personas escuchando y acerćandose a echarle algún dinero en su cestilla. Yo no daba crédito ¿cómo podía alguien con semejante voz cantar para recoger dinero?

Poco a poco me acerqué y la estuve grabando unos vídeos con mi móvil; y, poco a poco me fui acercando a ella.

Nuria es pelirroja natural, y llevaba el pelo un tanto alborotado por el viento y recogido en dos trenzas. Me sorprendió su vestuario, unos vaqueros algo gastados, y de estos que van deshilachados a propósito, y una chaqueta con rayas a colores; en los que predominaban el azul y el naranja, tal como su pelo.

Nuria es bonita, como muchísimo unos cuarenta… y allí estaba, al lado del emblemático teatro Rosalía de Castro de La Coruña, con un aire de chiquilla traviesa, a lo Pipi calzas largas, y una especie de sueño en aire y en voz, dejando su canto al aire con un carrito de la compra llevando, no sé cuanto de su vida, pero todos sus aparatos electrónicos, su micro, y, tal vez, todos sus sueños.

Cuando acabó de cantar una pieza de ópera como una profesional, se arrancó por… “Yo vendo unos ojos negros”, pero con un gusto exquisito y versionado por ella misma; luego cantó una de los Beatles… Yo creí que estaba viviendo una especie de sueño, y me fui acercando más y más a ella hasta que en una paradita, comencé a hablarle. 

La saludé, la felicité, le dije lo impresionada que estaba, dejé mi aportación con muchísimo gusto, y comencé a hacerle preguntas… Yo me llamo Beatriz ¿y tú?. ¡Nuria, encantada! Y charlamos un poquito, realmente ese era su medio de vida, entre bohemia y superviviente; os aseguro que llenaría el Palacio de la ópera. Entonces vino él, Ramón, gallego donde los haya y hablando en su propia lengua, nuevamente nos presentamos  y comenzamos a hablar como si de toda la vida…. Antes de que llegara Ramón, le había dicho a Nuria que iba a escribir un artículo sobre ella, le hizo muchísima ilusión,  entonces se lo dijo a Ramón; les pregunté,¿soís algo? Contestó Ramón, ¡novios!...” Forever” completó ella, y se abrazaron.

No podía creer lo que estaba viviendo ni lo que estaba haciendo, entonces Ramón me dijo si no le haría un artículo también a él, que estrenaban una obra … y ahí ya me perdí… sólo sé que estoy invitada al preestreno de una obra de teatro, que el hermano de Ramón se llama Carlos, y que fue atendido por mi padre, en ese trocito de calles en las que se me pierde el corazón, en aquella ventana frente al Rosalía nací yo, y tuvo mi padre su consulta médica toda la vida. Nos dimos lo móviles, nos dimos un par de besos, y yo sólo sabía que casi eran las dos, que no había hecho nada, y cuando entré por la puerta de mi casa comencé a contar todo como una loca…

¿Nunca os ocurrió algo parecido? sólo sé que la tengo al móvil, que cruzamos algunas palabras de vez en cuando, que me espera un pre estreno y que estoy escribiendo sobre alguien a quien casi no conozco de nada; pero con una de las voces más deliciosas del mundo.

Realmente lo que me llevó a escribir, no fue lo precioso que vino después; sino la impresión que me causó escuchar semejante voz, parada en un entrecruce de calles, con un carrito para su música y parte de su vida y una cestilla para sobrevivir con o que le daban de voluntad.

Cuando vi las fotos de perfil de sus WashtsApp, era la pura realidad de lo que habían dicho, “novios forever” y en mi cabeza comenzaron a surgir miles de preguntas, ¿cómo puede ser esto?… Las desigualdades de la vida, el absoluto deseo porque su arte fuera reconocido, lo que hacen las oportunidades, las gracias inmensas que me dio por todo, cuando lo único que estoy haciendo es recoger lo que conozco de su historia…

Estamos compartiendo trocitos de nuestra vida, de a poquitos, yo no podré de dejar de compartirles que mi alegría, mi forma de ser, y todo lo mío, es el efecto de tener un Dios de Amor tan maravilloso en mi vida, qué vale la pena conocer.

En estos días no me salen de la mente y el corazón las palabras de Jesús:

 “Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?

 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?

¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?

Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan;

pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos.

Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?" 

Lc. 12.22-31

Os dejo con algo que me maravilla…

¡Va todo para ti Nuria! Estoy encantada de haberte conocido, y espero verte cantar en el mejor escenario del mundo; aunque creo que escucharte sobre este mar y nuestras estrellas….. Le añadiría toda la magia… Beatriz

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