Constantino Ponce de la Fuente; 48 citas poderosas

Una introducción al pensamiento del reformador español.

10 DE FEBRERO DE 2018 · 22:05

Foto: Pixabay.,
Foto: Pixabay.

La semana pasada, compartí 40 citas de la Epístola Consolatoria del reformador español Juan Pérez de Pineda con el fin de avivar su legado entres los protestantes hispanos.

Hoy, quiero dedicarme a dar a conocer otro siervo del Señor del siglo XVI, a saber, Constantino Ponce de la Fuente (1502-60).

Qué las reflexiones de Constantino sirvan para edificaros a todos en la fe.

Una vez más, damos las gracias a Emilio Monjo por su maravillosa labor de edición del tomo ‘Reformadores españoles del siglo XVI: Constantino Ponce de la Fuente y Juan Pérez de Pineda’ (CIMPE: Sevilla, 2016).

CITAS DE CONSTANTINO PONCE DE LA FUENTE

1.- “El principal mal del pecado y el mayor daño del pecador es la determinación del corazón para la maldad, el durar y detenerse en ella, el olvidarse de la ofensa y traición que comete, el acostumbrarse y tomar amistad y compañía con tan grande mal”.

2.- “¿Hay consejero más abominable que el lisonjero?”

3.- “¿Quién daña a vuestros hijos y les pega tan grandes vicios, sino los malos consejos de las malas compañías?”

4.- “La principal traición de que son acusados los falsos profetas es por aconsejar al pueblo caminos anchos de la ley, y lisonjearlos y bendecirlos como a hombres que la cumplían. De éstos dice que procedió toda la maldad y perdición de lo restante del pueblo”.

5.- “No enseñamos aquí que el camino de la bienaventuranza es muy espacioso y muy ancho; antes os avisamos de lo contrario y os decimos que lo que principalmente os conviene saber es que es muy angosto y estrecho y como por tal y tan trabajoso, son pocos los que van por él”.

6.- “No fue creado el hombre para estar ocioso”.

7.- “Así como [Dios] es hermosísimo, limpio y libre de toda mácula, lleno de bondad y poder, de justicia y de misericordia, así es su ley una regla de limpieza y un espejo de hermosura, un camino de bondad, de justicia y de misericordia, unas armas que hacen grandemente poderoso al que la guarda y lo saca vencedor de todos los peligros y adversidades del mundo”.

8.- “La señal más cierta de que uno sigue camino de bienaventuranza y de ser ya bienaventurado es tener grande deseo de saber la ley que el Señor le demanda y cómo se quiere servir de él y en qué cosas se ha de ocupar”.

9.- “Los diez mandamientos […] no son otra cosa sino una explicación más abundante y más copiosa de aquello que el mismo Señor había mandado a Abraham cuando le dijo que fuese perfecto, y anduviese delante de él, contentándole y sirviéndole”.

10.- “No por otra cosa avisa Dios al hombre de su voluntad sino por amor que le tiene y para que la ponga en obra y sea bienaventurado”.

 

El reformador español Constantino Ponce de la Fuente (1502-60). / ObreroFiel.com

11.- “El que toma el consejo del Señor, si verdaderamente lo toma, tiene tan asentada y tan aficionada su voluntad con él, que no se contenta ni basta con tenerlo en su corazón ni para sí sólo como consejo secreto, sino que lo publica de fuera y lo manifiesta con obras”.

12.- Dice el Señor, “Mi doctrina y mi verdad os han hecho solos; advenedizos y extranjeros sois. Por esto no debéis de maravillar que el mundo os trate como a extraños, pues a la verdad no sois del mundo; y que os haga obra de madrastra pues sois hijos de otra madre”.

13.- “La cosa en que el mundo pensará que más acierta y que más contenta a Dios será en quitaros la vida”.

14.- “Contemplación vana sería el que solamente gastase tu tiempo en sólo considerar la ley de Dios y las cosas de sus maravillas y quedase contento con esto sin poner diligencia en las obras”.

15.- Dios no te eligió “por lo que tú eras, porque naciste ayer mismo y tu elección, sin embargo, está concertada desde los días de la eternidad; no por lo que habías de ser, pues sabía el Señor que te eligió que nacerías enemigo suyo en pecado y en condenación. Te eligió en Jesucristo para que fueses redimido por él y tornado y restaurado a la gracia que perdiste. De aquí se ha de considerar cuán poco tienes de que ensoberbecerte por ser elegido”.

16.- “Antes que [el justo] pudiese hacer bien ni mal, lo eligieron y señalaron para que fuese justo y, por justo, bienaventurado”.

17.- “Soy cada día llamado, cada día exhortado, esforzado y reprendido con la Palabra divina. Todo esto son corrientes de agua y son corrientes del cielo”.

18.- “Hay hombres de mucha apariencia y que en las muestras quieren dar a entender que tienen fruto, aunque no lo tengan”.

19.- “No solo quiere Dios que den fruto, no solo quiere que le sirvan, sino que lo den y que le sirvan alegremente”.

20.- “El medio y el instrumento con que Dios afrenta al demonio y al mundo son los justos cuando salen vencedores en la adversidad y en la tentación”.

21.- “Si tú, Señor, eres servido que yo sea pobre, grandísimos son los tesoros que están encubiertos con esta pobreza”.

22.- “No puede escapar sin ganancia el que confía sus caminos en la mano del Señor”.

23.- “Cuál es elegido para el cielo eternamente, cuál reprobado para el infierno, es secreto grande de la divina sabiduría”.

24.- “La primera raíz del justo dijimos que era la fe. La primera y principal del malo es su propia sabiduría”.

25.- “El pecador no tiene amor para con Dios. Tampoco lo tiene para con el prójimo. Porque todo el amor que le tiene va encaminado y viene a parar a su propio contentamiento”.

26.- “Cosa monstruosa es el pecador, pues, que tan al revés es de lo que Dios le manda que sea”.

27.- “Diez mandamientos has de cumplir, hombre, si no quieres ser enemigo de Dios”.

 

Dios dio los diez mandamientos al pueblo de Israel por medio de Moisés. / Iglesia.Info.com

28.- “A los limpios todo es limpio. A los sucios y vacíos de verdadera fe no hay cosa limpia porque su espíritu y conciencia no tienen limpieza en sí”.

29.- “Donde no hay raíces verdaderas no puede salir frutos que sean verdaderos”.

30.- “No hay gente tan soberbia del bien que hace como es el pecador”.

31.- “Tu Palabra, Señor, me sustenta y me tiene con esperanza que cuando haya de ser juzgado me oirá y juzgará tu misericordia; donde, cuando no tenga yo qué decir, responderás tú por mí; donde con la sangre de tu Hijo acabarás lo que no pude yo, pulirás lo que está torpe, limpiarás lo que es menester que esté mucho más limpio, prestarás al pobrecito, añadirás al que llevare como lo tienes dicho, colmarás lo que no va bien lleno y mostrarás quién eres y cuánto vale lo que nos distes”.

32.- “La fe de los justos se atiene a la Palabra de Dios, pone en ella toda su esperanza”.

33.- “El malo no mira más allá del tiempo presente. […] El justo va por otro camino. Tiene esperanza para otros tiempos que sabe que están en la mano de Dios. Para lo presente tiene paciencia, con el conocimiento de su pecado”.

34.- “Sobre todo quiere Dios que los suyos sean probados y que la verdadera fe sea el camino para que experimenten las obras de su misericordia”.

35.- “Un solo remedio queda para el pecador. Este es, con verdadero arrepentimiento volver a Dios. Por enemigo que sea, lo están esperando. Por mucho que se haya apartado, no le faltará favor para que se halle cerca. Proponga en sí que el Señor lo creó y lo busca para hacerlo bienaventurado y rico de bienes inestimables”.

36.- “Vengo, Señor, para que oigas, no de mi justicia sino de mis pecados”.

 

Cristo es el que redime a Su pueblo de sus pecados. / Pixabay

37.- “Eres santidad para el malo, justicia para el culpado, paga y satisfacción para el que no tiene, sabiduría para el engañado y para responder por el que no sabe. Esto que sé de ti, Redentor mío, me atrae a ti”.

38.- “Antes que pudiese siquiera sentir mi perdición, estaba perdido, y del vientre de mi madre saqué el pecado, lo que me correspondía por ser del linaje de Adán. Desnudez y pecado es la riqueza que heredé de mis padres. Pero en todo me recibió tu misericordia en sus manos”.

39.- “Me engendraste de nuevo a costa de tu sangre”.

40.- “Yo viví como si yo mismo fuese mi creador”.

41.- “Tú eres la hermosura en quién yo debía emplear mi alma y pensamientos”.

42.- “Toda la tierra se pobló de tu Espíritu y de la renovación que trajiste al mundo, y muchos dejaron la servidumbre y el vestido viejo para vestirse de la nueva justica que tú dabas a los hombres”.

43.- “Ya no tenía el diablo parte ni derecho para acusarme, tampoco el mundo para vencerme, ni la carne para sujetarme, porque todo lo venciste tú para yo hallarlo vencido. El sacrificio de tu sangre me hacía libre, quedaba en compañía de tu Espíritu y favor”.

44.- “Tú, resucitaste, Señor, para tu gloria y la mía”.

45.- “Eres abogado e intercesor para favorecerme. El cuidado que de mí tuviste cuando moriste en la cruz para mi remedio, el mismo tienes ahora”.

46.- “Aquí vengo, Señor, a tu juicio, sin poder desechar los temores que de la conciencia de mi pecado proceden, hasta que tú digas a mi corazón que eres su salud y su remedio”.

47.- “¿No es verdad que es mayor tu riqueza para mis bienes, que toda la culpa y miseria de Adán para mis males?”

48.- “Ningún bien puedo perder quedando en tu servicio”.

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