Harriet Tubman, liberada para liberar

Se le reconoce especialmente por haber impulsado una red de rutas de escape clandestinas desde el sur a los “estados libres” del norte durante el siglo XIX.

21 DE ENERO DE 2018 · 08:30

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“Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos, se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad”. Martin Luther King

Hoy quisiera recordad a una mujer fascinante, una mujer que consiguió ser libre; pero no se quedó ahí, pasó el resto de sus días intentando liberar a otros. Conocía a Harriet, pero al investigar en profundidad su vida, me habló mucho al corazón; porque un día Cristo me liberó de todas mis cadenas, y si yo no vivo para que otros puedan experimentar lo mismo, no seré más que una auténtica egoísta, y le hago un flaco favor a mi Dos y a mi prójimo.

Harriet nació esclava de padres también esclavos en el siglo XIX, y consiguió huir tras todo tipo de maltratos. Su fe en Dios era grande  y se movilizó intensamente para liberar a miles de esclavos. Llegará a ser, en el 2020, la primera mujer negra que será estampada en los billetes de 20 dólares en Estados Unidos, el lugar con los billetes más sexistas del mundo, sustituyendo al séptimo presidente del país, Andrew Jackson, responsable de firmar e implementar la ley que forzó a las tribus indígenas a abandonar sus tierras.

Harriet nació en 1822 en una plantación de esclavos en el estado de Maryland, fronterizo entre lo que tradicionalmente se considera el norte y el sur de los Estados Unidos.

A los 27 años logró escapar a Pensilvania, uno de los “estados libres” al norte del país.

Harriet dedicó gran parte de su vida a rescatar a esclavos que vivían en los estados sureños de Estados Unidos. Antes de la Guerra Civil; sin embargo, regresó en varias ocasiones a su lugar de nacimiento para rescatar a sus familiares y a otros esclavos.

Así, fue convirtiéndose en una líder abolicionista antes de la Guerra Civil en EE.UU., que finalizó en 1865 con en fin de la esclavitud en todo el territorio nacional.

“​Vi mis manos para asegurarme de que era la misma persona; ahora era libre. Todo era glorioso. Sentí que estaba en el cielo”, fue una de las frases por las que es recordada en la historia.

A Tubman se le reconoce especialmente por haber impulsado una red de rutas de escape clandestinas desde el sur a los "estados libres del norte durante el siglo XIX.

Como consecuencia de las palizas brutales a las que fue sometida en su infancia, le practicaron una cirugía cerebral para aliviar los dolores de cabeza que padecía con regularidad.

Murió a los 91 años en la ciudad de Auburn, en Nueva York, habiendo cumplido con su sueño, y una labor excepcional.

Me empapé bien de la biografía de esta extraordinaria mujer, y en detalles increíbles de su vida, de sus sufrimientos, malos tratos…. Su sueño, su libertad, su fe en Dios, y el amor por los suyos y por todos los que consiguió liberar.

Pensando en todo esto y en una espléndida frase suya durante uno de sus peligros por rescatar a otros, “Sólo puedo morirme una vez”, pensé en mi misma y en cada persona que ha sido rescatada, liberada, y totalmente libre por Cristo. Son muchos los que se contentan con eso y viven tan felices gozando de esa libertad ganada para ellos a precio de sangre. Viven sus vidas tranquilamente, sin preocuparse por nada más. En el fondo me dan pena; ya que eso no vale para mi ni por un momento.

Me encanta una palabra que recoge un texto bíblico, ¡COMPASIÓN!

“Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies (Mt 9:36-38).

Esas palabras fueron dichas por el Amor hecho hombre, le podía la compasión, y por ello bajó a este mundo, y trabajó, fue despreciado y desechado hasta la muerte, simplemente porque nos amó.

Nunca puede ser un discípulo diferente a su señor o mal le va a ir. ¿Has sido liberado por Cristo? ¿gozas de una vida increíble? ¿eres feliz y de tu interior brotan ríos de agua vida?..... ¿Qué vas a hacer?..... ¿Decir como aquellos, hoy es día de buenas nuevas y nosotros callamos? Si optas por esa decisión, no sólo estarás defraudando al que dio la vida por ti; sino dejando en opresión y tinieblas a muchos que te necesitan.

¡Me fascina la ida de Harriet!, por ser mujer, mujer valiente, y mujer esclava afroamericana… ¡Me puede! Pero mucho más me puede el amor por mi Señor y por los que me necesitan; así que hoy, desde lo más profundo de mi alma, grito con fuerza y pasión…

¡¡HOY ES DÍA DE BUENAS NUEVAS, NO VOY A CALLAR!!

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