La impura abubilla

Es considerada en la Biblia como animal abominable que no se debía consumir pues, en ocasiones, busca los insectos de que se nutre entre los excrementos de otros animales.

13 DE ENERO DE 2018 · 22:00

Una abubilla.,
Una abubilla.

La abubilla es un ave de plumaje elegante perteneciente al orden de las coraciiformes, como el abejaruco, el martín pescador y la carraca. Como puede apreciarse en las fotografías, es de color pardorrosado con las alas y la cola listadas en blanco y negro. Su espectacular cresta de tono castaño termina también en puntas negras. Mide unos 30 centímetros de longitud y posee un largo y curvado pico que le permite desenterrar larvas del suelo, así como cucarachas, arañas, gusanos, ciempiés y, de vez en cuando, alguna lagartija. Estos hábitos alimentarios han contribuido a que en algunos países se la considere como especie protegida ya que, al consumir gran cantidad de insectos perjudiciales, resulta beneficiosa para la agricultura.

Su distribución geográfica abarca casi todo el Viejo Mundo. Se la encuentra desde Europa hasta el extremo oriental de Asia, así como en la India y en las regiones meridionales de África. Aunque no existe en los grandes desiertos (Sáhara, Arabia, Thar), ni en los bosques lluviosos del África central, prefiere los climas secos y cálidos.

Anida en los agujeros de los árboles o incluso debajo de montones de piedras. La hembra pone de 5 a 8 huevos grises u oliváceos que incuba ininterrumpidamente durante unos 18 días. Esto significa que es el macho el encargado de suministrarle alimento durante la incubación ya que la hembra no abandona el nido. No lo hace ni siquiera para defecar, con lo que sus excrementos se acumulan en él manchando a los huevos. Por si esto fuera poco, la hembra despide también un desagradable olor que emana de una secreción oleosa de las glándulas del uropigio (apéndice de la cola), con la que se embadurnan ella y a sus polluelos para ahuyentar a posibles enemigos. De ahí la fama que posee en algunas regiones de ave pestilente.

No obstante, era un ave emblemática para ciertas civilizaciones de la antigüedad. Los egipcios, por ejemplo, la tenían en alta estima, la consideraban sagrada y su cabeza constituía un símbolo frecuente en los jeroglíficos. La adoraban como símbolo de la piedad filial, la relacionaban con el dios Horus, representado como un hombre con cabeza de halcón. Sin embargo, la abubilla es considerada en la Biblia como animal impuro o abominable que no se debía consumir pues, en ocasiones, busca los insectos de que se nutre entre los excrementos de otros animales. Aparte de las posibles medidas higiénicas, muchos de los animales considerados abominables por los hebreos lo eran también porque en otros pueblos periféricos a Israel constituían divinidades u objetos de culto politeísta. Está bien tener amigos de otras religiones y respetar sus creencias particulares, aunque no coincidan con las nuestras, pero sabiendo siempre quiénes somos, en quién creemos y cuáles son nuestros valores fundamentales. 

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