¡Feliz Vida Nueva!

De tanto repetir ‘¡Feliz Año Nuevo!’: ¿no suena ya a frase hueca, sin significado? La persona que entró y vive en el ‘año agradable del Señor’ te desea siempre algo mucho mejor.

31 DE DICIEMBRE DE 2017 · 16:00

Ilustración: http://www.imagenescool.com/ano-nuevo,año nuevo, 2018
Ilustración: http://www.imagenescool.com/ano-nuevo

De niño practicaba la lectura en el diario El Litoral (01)  de Santa Fe, mi ciudad natal. Decían mis padres que era yo quien salía a recibir el diario en las primeras horas del atardecer; lo hacía por mi interés de leer las historietas de última página, donde personajes tales como ‘Pelopincho y Cachirula’, ‘Don Fulgencio’, ‘Ocalito y Tumbita’, y tantos otros me divertían con su sano humor, mucho antes que naciera ‘Mafalda’ de la mano del laureado Quino (02).

A menudo me costaba entender los titulares del diario que incluía palabras tales como ‘belicosidad’ o ‘armisticio’. En plena Guerra de Corea (03), que se libraba a lo largo del paralelo 38º a instancias de EE.UU. y la entonces URSS, el diario anunciaba la firma de la suspensión temporal de las batallas durante los días de Navidad y fin del año 1951; ¡para reanudarlas el 2 de enero de 1952! Les pregunté a mis padres por qué si dejaban de pelear durante esos días, no aprovechaban para poner fin a la guerra.

El paso de los años me ha dado diversas respuestas a aquella inocente pregunta. Y también me enseña que el denominado ‘cuarto poder’ ha crecido y se ha fortalecido informando sobre las oscuras motivaciones de los seres humanos, más que de sus bondadosas acciones. La gente está tan acostumbrada a lo malo, opinan algunos comunicadores, que cuanto peor sea el hecho a informar mayor será el ‘readership’. La buena noticia no vende porque genera desconfianza, aseguran los expertos en medios. ‘Es el morbo popular el que debemos satisfacer’, aleccionan, porque ‘la realidad es ésta; no otra’.

Será por eso que decir ¡Feliz Año Nuevo! - una frase obligada si las hay – suena ahora como hueca, sin significado; y que la genuina felicidad no es la que atamos a los días de celebraciones. Después de revivir esta costumbre, todo seguirá como en el año que pasó; a pesar de los que enseñan que en el calendario chino el 2018 es el ‘año del perro’ y de los incansables autores de ‘horóscopos’ con sus edulcorados anticipos de todo lo bueno que viviremos en el amor, los negocios y la salud, en el nuevo año.

Lo que ocurría en mi lejana niñez parece seguir en pie. Como deben sufrirlo otros creyentes en Jesucristo, también yo sufro al enfrentarme con la fuerte renuencia de la gente a escuchar el anuncio de la Buena Noticia del amor de Dios (04).

Esta realidad no le fue diferente a Jesús de Nazaret; pues a él le tocó vivir en la Palestina ocupada por los romanos, en una sociedad gobernada por un rey judío adicto al César y oprimida por religiosos implacables que aplicaban con rigurosa hipocresía la Ley que ellos mismos incumplían.

En un día de reposo (no se consigna la fecha) el hijo del carpintero José - como era su costumbre - fue a la sinagoga. Allí le dieron el libro de Isaías para leer y comentar. Ya puesto de pie leyó: “El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos,Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos;A predicar el año agradable del Señor. Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.” (05)

Este trozo del capítulo mesiánico leyó Jesús en la sinagoga de Nazaret, la ciudad donde había sido criado de niño. El texto profético tiene una doble aplicación; era la buena noticia para los israelitas esclavizados en el exilio (06); y también un anticipo de la buena noticia de liberación para todo ser humano esclavizado y condenado por el pecado. Liberación que sería posible en el tiempo señalado por Dios en la completa obra del Mesías (07).

Como todos los profetas del AT hasta Juan el Bautista, Isaías había sido enseñado por el Espíritu Santo para decir y hacer en el lugar y momento precisos solo aquello que Él había decidido antemano. Cristo, en cambio, tuvo siempre al Espíritu sin medida, que lo equipó como hombre perfecto para realizar la obra para la cual fue enviado.

En el antiguo Israel había un ‘año de la buena voluntad’ - el año del ‘jubileo’ -  en el que se proclamaba “libertad a los cautivos”. El “año de la buena voluntad” de Jehová se corresponde en el NT con el intervalo desde la primera venida de Cristo, hasta la esperada segunda venida. Es en tal contexto que el profeta trae el mensaje divino que anuncia el fin del exilio y del cautiverio para el pueblo escogido. El mensajero da el mensaje desde el sitio señalado.

William Barclay describe así a Nazaret: “Estaba edificada en una pequeña vaguada de las colinas que hay en las laderas más bajas de Galilea, ya cerca de la llanura de Jezreel; pero un chico no tenía más que subir a la cima de la colina que coronaba el pueblo para contemplar un maravilloso panorama de muchos kilómetros a la redonda. El gran geógrafo e historiador de Israel George Adam Smith describe la escena desde la colina:

‘La historia de Israel se despliega ante los ojos del observador. Allí estaba la llanura de Esdrelón en la que pelearon Débora y Barac; donde Gedeón ganó sus victorias; donde Saúl se había hundido en el desastre y Josías había muerto en la batalla; allí había estado la viña de Nabot, y el lugar en el que Jehú había matado a Jezabel; allí estaba Sunem, donde había vivido Eliseo; allí estaba el Carmelo, donde Elías había peleado su batalla épica con los profetas de Baal; y, azul en la distancia, estaba el Mediterráneo, con sus islas. Pero no era sólo la historia de Israel la que se contemplaba desde allí; también la historia universal se desplegaba a la vista de la colina que coronaba Nazaret. Tres grandes carreteras la bordeaban: la que venía del Sur, por la que transitaban los peregrinos que iban a Jerusalén; el gran Camino del Mar, que comunicaba Egipto con Damasco, por el que viajaban las caravanas cargadas con toda clase de mercancías, y la gran carretera del Este, que era la que frecuentaban las caravanas de Arabia y las legiones romanas que se dirigían a las fronteras del Este del Imperio. Es falso que Jesús se criara en un ignoto rincón de la Tierra; más bien debemos pensar que su pueblo estaba en una de las encrucijadas de la historia, y que el tráfico del mundo pasaba cerca de sus puertas.’

En este pasaje tenemos una escena real que tuvo lugar en la sinagoga. No fue un libro lo que tomó Jesús, porque en aquel tiempo todo se escribía en rollos. La palabra ‘ministro’ del verso 20 refiere al funcionario, ‘jazzán’. Dice Barclay de él: “Tenía muchas obligaciones: era el que sacaba de un arcón especial los rollos de la Escritura que se habían de leer, y los colocaba luego en su sitio; tenía a su cargo la limpieza de la sinagoga; era el que anunciaba la llegada del sábado con tres toques con una trompeta de plata desde la azotea de la sinagoga, y era también el maestro en la escuela del pueblo.” Dice de Jesús el texto, que “se sentó en el lugar del predicador”. Podría dar la impresión de que había terminado “pero lo que quiere decir realmente es que se disponía a empezar, porque el predicador siempre se sentaba para hacer el sermón, y los rabinos daban las clases sentados. En Mateo 5:1 leemos que Jesús se sentó para pronunciar el Sermón del Monte; y esa misma idea sobrevive en la expresión ‘cátedra’, que usamos para designar el sillón del catedrático o profesor” – explica el comentarista.

 “Los judíos estaban tan convencidos de ser el pueblo escogido de Dios que despreciaban a todos los demás. Algunos incluso decían que ‘Dios había creado a los gentiles para usarlos como leña en el infierno.’ Y aquí estaba este joven Jesús, a quien todos conocían, predicando como si los gentiles fueran los favoritos de Dios. Empezaba a amanecerles la idea de que había cosas en el nuevo mensaje que no se les había ocurrido ni soñar. Debemos darnos cuenta de otro par de cosas: 1. Jesús tenía la costumbre de ir a la sinagoga los sábados. Debe de haber habido muchas cosas con las que estaba totalmente en desacuerdo, o que herían su sensibilidad y sin embargo iba. El culto de la sinagoga tal vez distaba mucho de ser perfecto; pero Jesús nunca dejaba de unirse a los que daban culto a Dios el día del Señor. 2. Nada más leer todo el pasaje de Isaías que leyó Jesús para darnos cuenta de la diferencia que había entre Jesús y Juan el Bautista. Juan era un predicador del juicio, y su mensaje debe haber hecho estremecerse de terror a sus oyentes. Pero lo que Jesús trajo fue un evangelio, una Buena Noticia. Jesús también sabía de la ira de Dios; pero sabía que es la ira del amor.” (08)

Termino aquí el último artículo del 2017, en el último día del año. Esto es lo que marca el implacable calendario. ¿Qué ha sido de nuestra vida en el año que se va? ¿Qué lecciones hemos aprendido que estemos poniendo en práctica para mejorar nuestra vida, y la de otros? Jesucristo fue elegido para darnos la Buena Noticia del Dios de amor que nos llama; nos muestra nuestra real condición; perdona, consuela y redime, dándonos una nueva vida (09).

Si aún no lo has hecho: medita en la obra perfecta ya realizada por ese hombre de quien se anticipó, muchos siglos antes, que vendría a salvar a una humanidad sufriente a causa de dolores sin cura, de locos enfrentamientos, típicos del pecado que condena. Si no has recibido su mensaje, esta puede ser quizás tu última oportunidad. Mira a Cristo que viene a ofrecerte ‘el año agradable al Señor’ con beneficios para ti que vencerán las limitaciones del calendario.

¡Recíbele! Comprueba el cambio que Él opera en tu mente, corazón y voluntad. Y compártelo con otros. Decídete a darle el verdadero sentido a tu vida.

Verás, entonces sí, que el 2018 será para ti un muy feliz año nuevo. Dios así lo quiera.

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Notas

01.   El Litoral cumplirá cien años el 7 de agosto de 2018. Tiene una tirada diaria promedio de 31 mil ejemplares en formato tabloide. Sirve a una población de alrededor de 1,5 millones y compite con diarios de Buenos Aires.

02.   Esos comics eran producto de los humoristas Fola, Lino Palacio y Vidal Dávila, respectivamente.

La guerra duró entre 1950 y 1953. La actual separación entre ‘las dos Coreas’ es el único límite que sobrevive a la 03.   Fue el comienzo de la Guerra Fría. Hoy, Corea del Norte desafía a EE.UU. a una guerra nuclear.

04.   2ª Timoteo 4:3,4. “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.”

05.   Lucas 4:18-21; Isaías 61:1-3.

06.   El Exilio ocupa un lugar de gran importancia en el texto bíblico; porque Israel vivió siempre en desobediencia al mandato divino. Como resultado los castigos están registrados en el 2º Libro de Crónicas y el 2º Libro de Reyes, finalizando ambos con el Exilio. Esdras comienza con el Exilio y narra lo sucedido luego de éste, con Nehemías, y los profetas Jeremías y Ezequiel quienes lo experimentan el uno en Jerusalén y el otro en Babilonia, y las Lamentaciones que dan testimonio de la catástrofe acontecida. Hageo y Zacarías viven el regreso, del que los Salmos hacen explícitamente referencia. Acerca del Cautiverio en Babilonia, expresa el texto bíblico:

“En aquel tiempo los servidores de Nabucodonosor, rey de Babilonia, subieron contra Jerusalén; y la ciudad fue sitiada.... Y llevó en cautiverio a toda Jerusalén: a todos los magistrados, a todos los guerreros valientes (un total de diez mil cautivos), y a todos los herreros y artesanos. No quedó nadie, excepto la gente más pobre del pueblo de la tierra.... El rey de Babilonia proclamó rey en lugar de Joaquín a su tío Matanías, y cambió su nombre por el de Sedequías.” (2ª Reyes 24:10-17; VRV)

La deportación sucedió en dos fases, una en torno a 597 a. C., que afectó a las clases altas, y otra, más general, en 586 a. C., a raíz de la destrucción de Jerusalén.

“Esto sucedió a causa de la cólera de Yahveh contra Jerusalén y Judá, hasta que los arrojó de su presencia. Sedequías se rebeló contra el rey de Babilonia.”  2ª Reyes: 24:20 (VBJ)

La liberación por Ciro significó la vuelta de muchos judíos a Israel, pero la mayoría engrosó la Diáspora o dispersión de las comunidades judías fuera de la Tierra Santa, que ya entonces era numerosa en lugares tales como Egipto.

07.   Romanos 5:6; Gálatas 4:4; 1ª Timoteo 2:5,6.

08.  https://www.bibliatodo.com/comentario-biblico/?v=BNP&co=william-barclay&l=lucas&cap=4

09.  Isaías 61:1; 2ª Corintios 6:2.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Agentes de cambio - ¡Feliz Vida Nueva!