Dios y Santa Claus: 10 diferencias

Compartir el evangelio con tus hijos esta Navidad.

16 DE DICIEMBRE DE 2017 · 22:20

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Feliz Navidad, queridos lectores.

Vamos acabando este año con una reflexión sobre diez diferencias clave entre el Señor Dios Todopoderoso y Papa Noel. ¿Por qué no leéis este artículo a vuestros hijos e hijas?

1.- Existencia

La primera gran diferencia es que Dios existe mientras que Santa Claus es un simple personaje ficticio. Aun si Papa Noel existiera, sería una criatura pecaminosa necesitada de la gracia salvadora de su Creador.

2.- Hogar

Papa Noel vive en el Polo Norte rodeado de nieve. No obstante, Dios está en todos los sitios ya que es omnipresente. El Dios Altísimo no está atado por los límites del espacio.

3.- Presencia

A diferencia de Dios, Santa solamente nos visita una vez al año (Noche Buena). Nuestro Padre celestial, sin embargo, siempre está con nosotros porque su presencia lo llena todo.

 

Santa solamente nos visita una vez al año.

4.- Poderes

Papa Noel es capaz de viajar alrededor del mundo con renos voladores; sin embargo, el Rey de reyes es infinitamente más poderoso que Santa. Dios puede crear a partir de la nada, enviar diluvios, partir el Mar Rojo en dos, parar el sol, resucitar a los muertos. ¡No hay nada imposible para Dios!

5.- Ira

Santa no se enfada con nadie porque nadie le debe nada. Da carbón a los malos; pero no les regaña ni les llama al arrepentimiento. Es indiferente, apático. En este sentido es muy diferente al Dios de la Biblia, el cual se enoja con sus enemigos.

De la misma forma que el Rey del cielo ha prometido bendecir a los suyos ricamente; también ha prometido castigar a los malvados eternamente.

6.- Salvación por obras

Papa Noel otorga regalos a los niños buenos; pero entrega carbón a los malos. El problema es que Santa opera en base al mérito humano. ¿Cómo sabremos si hemos sido lo suficientemente buenos como para recibir un regalo de Santa? ¿Acaso no entiende Papa Noel que todos somos malos, todos pecadores?

El evangelio de la gloria de Dios, sin embargo, revela que Dios nos regala el perdón de los pecados por medio de la fe. Esto es, fe en la muerte y resurrección de Cristo por nuestros pecados. En Cristo somos librados de la ira venidera.

7.- El tipo de regalo

Aunque sea cierto que los regalos de Santa son una pasada, hay que recordar que son objetos materiales. Los juguetes durarán un año o dos y luego se romperán. Pero el don de Dios, la vida eterna, permanece para toda la eternidad. No hay quien pueda quitar las ovejitas del Buen Pastor de su mano poderosa.

 

Los juguetes que recibimos duran muy poco.

8.- Consuelo

Santa no es mala gente; pero no está realmente interesado en nosotros. Viene una vez al año; nos deja unos regalos y se va sin decirnos nada. No está allí para ayudarnos en los momentos difíciles que vivimos el resto del año.

Pero gracias a Dios, la Biblia nos enseña que nuestro Salvador está con nosotros todos los días con el fin de consolarnos y cuidarnos.

9.- Nuestra respuesta

¿Qué quiere Santa de nosotros? Un par de galletas y leche. ¿Qué quiere el Padre celestial de nosotros? Nuestro corazón, nuestra alma, nuestro todo. Dios no quiere que le demos las gracias una vez al año.

Desea que le alabemos todos los días de nuestra vida, que basemos nuestra vida en su Palabra (la Biblia), que oremos sin cesar y que nos reunamos con otros hijos suyos semana tras semana.

10.- Compartir la buena nueva

Papa Noel no nos concede una misión en esta vida. Le da igual si hablamos de él o no. Pero una vez que creemos en el evangelio de Jesús, Dios quiere que contemos al mundo entero acerca de esta maravillosa buena noticia. ¿Alguna vez has hablado con algún amigo tuyo sobre Jesús, el Salvador?

Cuando compartes la buena noticia de perdón y salvación con otros, estás glorificando a tu Padre celestial y haciendo bien al alma de la otra persona. Es el acto de amor más precioso que hay.

Conclusión

Así que Papa Noel no es Dios.

¡Feliz Navidad para todos y un bendecido año nuevo!

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Brisa fresca - Dios y Santa Claus: 10 diferencias