Gobernar es servir

Se oyen hoy voces enfrentadas sobre la ‘obligación de obedecer a las autoridades’ y el ‘derecho a la independencia’. La Biblia enseña que obedecer a los gobernantes es obedecer a Dios.

19 DE NOVIEMBRE DE 2017 · 08:00

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Continuando con la serie sobre la relación del cristiano con el gobierno (01) presentaré de manera resumida lo que John MacArthur (02) enseña con respecto a obedecer a nuestros gobernantes.

Sus libros y prédicas son seguidos por muchos creyentes; entre los cuales hay defensores y críticos de su posición teológica frente a este y otros temas bíblicos.

El conocido predicador y escritor visitó por primera vez España hace seis años (03).

En su exposición sobre Romanos 13, el hermano nos aporta siete principios por los cuales los seguidores de Jesucristo debemos obedecer a los gobernantes civiles. Comenzaremos con los cuatro primeros en este artículo. Dice MacArthur:

“Dios ha ordenado que el gobierno proteja y preserve a los hombres, para velar por sus vidas y propiedades. Para hacerlo, la función del gobierno debe ser reprimir la maldad; y reprimiendo el crimen, exaltar y honrar a aquellos que son virtuosos y buenos. Entonces, Pablo dice:

‘Porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.’ (04) Los poderes no están allí por la voluntad de la mayoría. La mayoría simplemente refleja el propósito soberano de Dios. Están ahí por deseo y diseño de Dios. Y eso significa cualquier poder gubernamental en cualquier forma.” Vayamos a los principios:

Principio 1. “La razón número uno por la cual nos sometemos al gobierno, es porque el gobierno está en ese lugar por decreto de Dios. Es así porque Dios actúa como Él quiere, en el tiempo que desea y en las naciones que escoja para expresar su divina voluntad.

A veces, Él quiere castigar a una nación; otras veces, Él quiere hacer que una nación prospere; otras, Él quiere bendecir a un pueblo; otras, Él escoge juzgar a un pueblo. Pero el gobierno en todas sus formas es gobierno por decreto divino. Ahora, esto nos lleva al segundo principio. Y de hecho, es un principio dramático.

Principio 2. Otra razón por la que nos sometemos a las autoridades es que la resistencia al gobierno es rebelión contra Dios. Pablo lo explica así: De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.’ (05) Más claro imposible.

Si usted se resiste al gobierno, se resiste a la institución de Dios. La palabra “establecido” es a veces traducida ‘ordenado’. Significa instituir. Debido a que Dios es el poder que está detrás de todo gobierno, cualquier persona que se resiste a la autoridad del gobierno, se alinea contra el gobierno, se resiste y continúa en actitud de resistencia permanente contra el gobierno, se coloca en contra del gobierno, al rehusarse a apoyarlo, al desobedecerlo, resiste a Dios.

Robert Haldane (06) escribió en su maravilloso comentario sobre la carta a los Romanos: El pueblo de Dios entonces, debe considerar la resistencia al gobierno bajo el cual viven como un crimen muy terrible, inclusive como resistencia a Dios mismo.’

Es una declaración sorprendente. Ya he citado a aquellos que salieron de Rusia y nos dicen que los queridos hermanos y hermanas de ese país no se resisten contra su gobierno. Que los que terminan en la cárcel lo son simple y únicamente por su amor al Evangelio de Jesucristo y su proclamación.

Durante el Imperio Romano no importaba si el emperador era bueno, amable, perseguidor o amante de los cristianos. No importaba si era elegido por el pueblo, si era establecido por el Senado o si se había hecho del poder mediante un golpe de estado. No importaba si la autoridad imperial del César era justa o injusta, si era impía o básicamente buena. Nada de eso importaba.

Lo que sí importa es que el gobierno, como existe en cualquier situación, es para cumplir con el propósito de Dios en esa situación. Y la resistencia y rebelión en contra de ese gobierno es resistencia y rebelión en contra de Dios.

Pero, lo vuelvo a decir, Dios opera en el mantenimiento de ese gobierno y debemos obedecerle, a menos de que sea obvio que el gobierno haya cruzado la línea y lo esté forzando a usted a hacer lo que es contrario a lo que las Escrituras indican en todo su contexto.

Honramos al gobierno, sea el Presidente, o el gobernador, o al Senado, la policía, lo que sea. Y estoy pensando cuando David tuvo oportunidad de matar al rey Saúl, y no lo hizo. No lo podía hacer.

Él conocía la verdad de honrar al que está en autoridad. En Israel era sumamente importante enseñarles a los niños que el castigo para un hijo desobediente a sus padres era la misma muerte.

Entonces, el gobierno ha sido decretado de manera divina y resistirlo es resistirse a Dios. Esto nos conduce a un tercer pensamiento.

Principio 3. Aquellos que resisten serán castigados. La palabra involucrada es crima, la causal de juicio; lo mismo que en la carta de Pablo a los corintios (07) refiere al juicio de Dios.

Pero aquí es usada primordialmente en referencia al castigo que viene por parte de Dios a través de las autoridades civiles. “Y los que resisten acarrean condenación para sí mismos.”

Si usted resiste al gobierno, será castigado. Así es.

Dios ha ordenado que el gobierno castigue a los malhechores. Y si usted se resiste al gobierno, va a ser castigado. Esto era verdad en la economía del Antiguo Testamento. Ahora, si como Daniel usted tiene que desobedecer debido que tiene un mandato más elevado, entonces usted acepta el castigo. Pero si no es en esa situación, si es simplemente una decisión que usted toma por resistirse, claro, usted va a recibir el castigo. Sobre este tema me explayaré un poco más.

El estudio sobre el castigo en el Antiguo Testamento resulta fascinante. Estudiar cómo eran castigados los criminales, es un estudio fascinante porque había muchas maneras en que las personas eran castigadas. La restitución era una de ellas. En otras palabras, lo que usted tomaba sin permiso, tenía que devolverlo.”

MacArthur relata que su hogar fue robado y los ladrones llevaron objetos de valor ligados a la historia familiar. Los ladrones fueron identificados; pero ya habían reducido los objetos robados. En la policía le advirtieron entonces:

Lamentamos decirle que no hay modo en que usted pueda jamás recuperar los bienes que le robaron”. Esto le llevó a pensar: “en el patrón de la restitución en el Antiguo Testamento.

La manera en la que un criminal era castigado no era metiéndolo en un lugar donde no podía servir para nada ni nadie durante mucho tiempo. Se le obligaba a trabajar dignamente con sus manos.

También encontramos en el AT el castigo corporal; físico, en base a latigazos, de tal manera que el dolor venía de inmediato, igual que la vergüenza era pública; empezaba y acababa, y el castigado continuaba viviendo. Había pagado por su crimen con castigo y seguía viviendo.

Si cometía otro crimen recibiría otro castigo. Había casi 35 crímenes diferentes por los cuales se prescribía la pena de muerte; en esos casos el reo moría y muy rápido. El sistema de castigo era muy simple. Para cualquier crimen menor, había restitución y castigo corporal.

Para los crímenes mayores, la muerte. Los objetivos del castigo eran múltiples.

En primer lugar, era una cuestión de justicia. En segundo lugar, ponía freno el crimen. En tercer lugar, desalentaba a los criminales. En cuarto lugar, permitía la rehabilitación del criminal.

Y esto significaba prevenir la venganza privada. Se pagaba y se acababa el tema. Nada en el AT indica que los israelitas debían construir prisiones. No existía tal cosa como ser enviado a sentarse en una celda y aprender cómo ser un mejor criminal, o ser violado por un grupo de homosexuales.

En la ley social levítica no se ordenaba crear cárceles ni operar cárceles ya creadas (08). Estas eran parte del orden social romano y otros paganos. Entonces, las cárceles no fueron promovidas bíblicamente.

El juicio y castigo inmediato al crimen daba lugar a restaurar la dignidad del hombre.” Menciona el escritor que fueron los cuáqueros “quienes introdujeron el sistema carcelario o penitenciario.

La primera cárcel norteamericana fue lo que era llamada la cárcel de la calle Walnut. (09) En la actualidad, tenemos en los EE.UU. medio millón de prisioneros y la tasa de crimen más alta en el mundo occidental.

¿Funciona? Respondemos ‘claro, claro que no funciona’. Las cárceles son tierra fértil para los criminales, los homosexuales, la brutalidad. Operan escuelas de crimen. El sistema penitenciario norteamericano, dice un escritor bíblico, es anti bíblico, inhumano, ineficaz, ineficiente y torpe.”

Lo cierto es que los Derechos Humanos han venido a complicar el tema. “Dios le ha dado al gobierno el derecho de castigar. Y ahora oímos todo el tiempo acerca de la promoción de los derechos de los prisioneros.

De tal manera que las prisiones rápidamente se están convirtiendo en clubes sociales. Y a algunas personas no les molesta estar ahí. Reciben alimentos de manera gratuita, son cuidados por el estado y demás.

Pero en la economía del Antiguo Testamento, el gobierno tenía el derecho de castigar de manera inmediata forzando la restitución y permitiendo a la persona recuperar su dignidad y pagar su deuda social. Muy interesante de resaltar es que el proceso de restitución normalmente incluía asignarle ese hombre al cuidado de una familia.

Allí vivía y trabajaba y podía llevar a cabo su restitución. ¡Qué manera tan digna de restaurar la honra de un hombre!” Este es un antecedente bíblico del ‘trabajo social compensatorio’ actual.

“La reflexión del Predicador es oportuna: ‘Por cuanto no se ejecuta luego sentencia sobre la mala obra, el corazón de los hijos de los hombres está en ellos dispuesto para hacer el mal.’ (10)

Si usted no cumple una sentencia rápidamente, los hombres tienden a cometer delitos. La sociedad actual demora el juicio y el castigo de un malhechor. Pero, este es un derecho dado por Dios al gobierno. Todo violador de la ley debería esperar ser castigado de inmediato porque Dios le ha dado al estado el derecho de hacerlo así.

En tal sentido la autoridad es representativa de Dios. Si bien los instrumentos de castigo son humanos, la ley, la fuente, es Dios. Somos testigos de la manera en que la sociedad se va desmoronando porque olvidamos que el gobierno está instituido por Dios, que las autoridades han sido ordenadas por Dios, para cualquiera que sea Su propósito; así permitimos que la maldad no sea castigada y el instrumento entero del gobierno comienza a perder vigencia.

Y me temo que la política no va a cambiar esto.” Refiriéndose a los EE.UU. MacArthur concluye esta reflexión así: “Estamos viendo el colapso de nuestro gobierno. Creo que estamos observando el colapso de nuestra sociedad. Sólo hay una manera de cambiar eso; y no es mediante la acción política, sino del Evangelio salvador de Jesucristo. Esa es nuestra prioridad.

Principio 4. Lo introduciré y lo cubriremos la próxima vez. Se basa en este versículo:

Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo.” (11) Se nos dice que debemos someternos al gobierno porque sirve para restringir la maldad.

Cualquier gobierno hace eso” afirma el escritor. En este punto habrá quienes opinen diferente; pues hay gobiernos que menoscaban la verdad y cometen abusos castigando a presuntos transgresores.

El autor responde: “No hay gobierno sobre la faz de la Tierra que castigue a alguien por no haber violado la ley, por no haber robado alguien o por no haber asesinado a alguien. No. Inclusive el peor tipo de gobierno enfrenta correctamente asuntos en los que juega lo bueno y lo malo.”

Y tras citar lo que ocurría en Etiopía al escribir este artículo, concluye su introducción al Principio 4:

“Amados, antes de la caída se advirtió que comiendo del árbol del conocimiento del bien y del mal sabríamos la diferencia entre hacer el bien y hacer el mal. Hasta las personas que viven pecando lo saben. Y el gobierno también lo sabe.

Me atrevo a decir, y no me gusta hacerlo, que uno está más seguro en las calles de Irán por la noche que lo que se está en las calles de Los Ángeles. Meterse en problemas en Irán, no tiene buen final.

Aunque ciertamente no querríamos vivir bajo ese tipo de gobierno debemos saber que todo gobierno ha sido establecido para restringir la maldad. Inclusive esos gobiernos con los que no nos gustaría identificarnos o someternos tienen una medida del entendimiento de lo que está bien y de lo que está mal.” Sobre ello continuaremos en el próximo artículo.

Sin embargo, antes de concluir este, repito la sentida oración con que cierra sus reflexiones John MacArthur:

“Señor, sólo sabemos que en nuestros corazones deseamos ser lo que Tú quieres que seamos. Ése es nuestro deseo más profundo. No estamos trayendo un motivo adicional a este texto porque hay muchas cosas que no nos gustan y nos gustaría cambiar.

Y hay muchos queridos hermanos y hermanas que amamos en todos los países que están viviendo bajo situaciones gubernamentales muy opresivas y difíciles. Y Señor, hay tantas cosas que nos gustaría cambiar.

Algo en nosotros clama en contra de la injusticia y la desigualdad. Algo clama en contra del poder cruel en contra de la iglesia. Algo en nosotros clama a favor de aquellos alrededor del mundo que actualmente están siendo oprimidos y tratados de manera injusta.

Y deseamos ver que los gobiernos cambien; y que sus actitudes cambien. Y sin embargo, Señor, tenemos que ir a lo que Tú nos has dicho, que la prioridad para nosotros no es la política, no es la estructura social, sino una piadosa, pacífica y aquietada que exalta a Jesucristo con integridad y honestidad; y también una proclamación valiente, directa y fuerte del Evangelio salvador.

Padre, ayúdanos a ser fieles en hacer esto y saber que sea cual fuere el gobierno que esté ahí, está ahí porque por Tu providencia y Tu soberanía refleja Tu propósito para ese tiempo y ese lugar y ese pueblo; y no hay autoridad que exista que no esté ahí sino porque Tú lo hayas permitido.

Ayúdanos como cristianos a saber que si desobedecemos a ese poder nos lleva a un castigo justo; porque eso es resistirte y ser dignos del castigo que Tú has delegado a ese gobierno.

Entonces, Señor, ayúdanos a ser ciudadanos modelo, quienes mediante nuestra buena conducta callemos la ignorancia de hombres insensatos. Que el mundo nunca nos vea como un grupo de activistas políticos, un grupo que adopta una determinada perspectiva social, o un grupo con una cierta filosofía de gobierno o de liderazgo.

Pero que nos vean distintivamente como cristianos, reflejando el amor del Señor Jesucristo, la verdad de la Palabra de Dios.

Y que sea, oh Señor, que cuando esos tiempos vengan, cuando Tus hijos deban ir en contra del gobierno porque Tú nos hayas mandado a hacerlo, que sea con un Espíritu de gracia, con un Espíritu que está dispuesto a recibir el castigo que venga, comprometiéndonos, encomendándonos al cuidado del que nos cuida, nuestro propio Dios y Padre celestial.

Y que nosotros, en todo momento, mostremos respeto a aquellos que están en autoridad sobre nosotros, mientras que no hagamos concesiones en nuestro compromiso con la obediencia.

Y de esta manera, que te traigamos gran gloria y honor a Ti Y que prosperemos así como Daniel y sus amigos, para Tu alabanza en gloria, en el nombre de Cristo. Amén.”

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Notas

Ilustración: http://slideplayer.es/slide/1787123/7/images/8/GOBERNAR+ES+SERVIR.jpg

01. http://protestantedigital.com/magacin/43398/Obedecer_al_que_gobierna

02. John Fullerton MacArthur Jr. (19 de junio de 1939), pastor y autor norteamericano, conocido por su programa internacional de radio de enseñanza cristiana Grace to You (Gracia a Vosotros). Es el pastor y maestro de la Grace Community Church en Sun Valley, California desde el 9 de febrero de 1969 y también presidente de The Master's University en Newhall, California y de The Master's Seminary en Los Ángeles, California. Su teología es reconocida como calvinista, y se le reconoce como fuerte defensor de la predicación expositiva. MacArthur ha escrito o editado más de 150 libros, de los que se puede destacar la Biblia de Estudio, del que se han vendido más de 1 millón de copias y recibió un Gold Medallion Book Award. También es autor de otros best-sellers como el Comentario MacArthur del Nuevo Testamento o Doce Hombres: Comunes y Corrientes. Leer la versión original en: http://www.gracia.org/Productos.aspx?product=45-98

03. http://protestantedigital.com/espana/26582/Mas_de_mil_personas_escuchan_a_John_MacArthur_en_su_visita_a_Leon

04. Romanos 13:1.

05. Ibíd. 13:2.

06. Robert Haldane (1764-1842) predicador escocés, junto con su hermano, James Haldane, Robert estableció 85 iglesias en Escocia e Irlanda. Las iglesias plantadas por ellos practicaban el bautismo por inmersión, comunión semanal y gobierno congregacional (gobierno autónomo). También operaron un seminario y sus principios fueron influenciados por otros pensadores independientes como John Glas y Robert Sandeman.

07. 1ª Corintios 11:29.

08. Sólo hay una excepción, en Jeremías 37. Buscaban deshacerse de Jeremías. No sabiendo qué hacer con él; lo querían encarcelar. Entonces, hicieron una cárcel en un hogar, esto indica que ni siquiera tenían una cárcel.

09. Los ‘cuáqueros’ o ‘Fraternidad de Amigos’ son descendientes de los ‘peregrinos’ que llegaron desde GranBretaña a América en el Mayflower. Ya para 1790, la ley había establecido el encarcelamiento como la manera apropiada de castigar a los criminales. Es algo reciente, inclusive en la historia norteamericana. Y ha levantado muchas opiniones.

10. Eclesiastés 8:11.

11. Romanos 13:3.

Importante: todas las llamadas y énfasis son de este autor.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Agentes de cambio - Gobernar es servir