El veinte de gloria

Sigo creyendo en ese futuro del cual cantábamos cuando era niño.

30 DE SEPTIEMBRE DE 2017 · 20:45

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Hace unos años atrás estaba comiendo en un restaurante en México con unos hermanos cuando pasó un cantante con su guitarra queriendo ganarse uno dinerito compartiendo su arte. Uno de los hermanos le pidió el “Veinte de gloria”. Me dio mucha pena porque sabía que sólo un evangélico de años podría entender de que se trataba. El músico nos cantó otras obras y le sacó unos billetes a ese grupo de evangélicos.

Después de que se fue el músico los hermanos me contaron que habían estado en otro restaurante donde pasó un músico algo mayor de edad, un poco pasado de tragos. Le pidieron el mismo canto y la persona comenzó a cantar “Cuando allá se pase lista”. Se había criado en la iglesia evangélica aunque se había alejado del Señor. Por su trasfondo sabía cual era el himno número veinte del antiguo himnario Himnos de Gloria. El músico entendió la jerga evangélica y respondió con ese himno traducido del inglés (con varias diferentes traducciones). 

Aquí está la letra en la traducción que yo aprendí de niño.

 

Cuando la trompeta suene en aquel día final
Y que el alba eterna rompa en claridad,
Cuando las naciones salvas a su patria lleguen ya
Y que sea pasada lista allí estaré.

Coro:

///Cuando allá se pase lista///, A mi nombre yo feliz responderé.

 

En aquel día sin nieblas en que muerte ya no habrá,
Y su gloria el Salvador impartirá,
Cuando los llamados entren a su celestial hogar
Y que sea pasada lista allí he de estar.

 

Trabajemos por el Maestro desde el alba al vislumbrar
Siempre hablemos de su amor y fiel bondad,
Cuando todo aquí fenezca y nuestra obra cese ya
Cuando sea pasada lista allí he de estar.

 

Las pequeñas iglesias latinas en que yo crecí tenían un fuerte enfoque escatológico. Lo que nos motivaba a predicar y servir era nuestro entendimiento del futuro divino. Los campesinos de la iglesia que más recuerdo de mi niñez vivían vida difíciles en las cuales había poca esperanza, humanamente hablando. Las injusticias económicas, sociales y raciales eran fuertes y no parecía haber una solución. Los latinos campesinos del Valle de San Joaquín en California tenían pocos derechos y trabajaban largas horas. Pero aunque la situación era pesada, no era imposible, porque teníamos confianza en el Dios del futuro, el Dios que nos llamaría en aquel día final.

Los himnos escatológicos pueden orientarnos hacia un escapismo o hacia una escatología malsana. Pero también son los cantos de victoria y esperanza de aquellos que conocen al Dios de la esperanza. Cuando era pequeño cantaba “El veinte de gloria” como una palabra de esperanza en un mundo de pocas esperanzas. Hoy lo canto como un reto, como un llamado a actuar en el presente porque creo en el futuro divino. Proclamo el evangelio, denuncio la injusticia, llamo al arrepentimiento, camino con los inmigrantes, discipulo a nuevos creyentes, enseño teología, soy parte de una iglesia local, sirvo a otros en nombre de Cristo, etc. Hago todo esto porque sigo creyendo en ese futuro del cual cantábamos cuando era niño. Cantábamos himnos escatológicos y vivíamos y servíamos a la luz de la futura intervención divina, la segunda venida de Cristo y el juicio final.

Sé que creer en el futuro, significa trabajar en el presente. Es porque creo que Cristo vendrá otra vez que trabajo por la justicia hoy. Es porque anticipo el futuro en que no habrá enfermedad que busco que haya cuidado médico justo para todos. Es porque creo en el reino futuro de paz que trabajo por la paz hoy. Así que cuando me acuerdo canto de nuevo “El veinte de gloria.” Lo canto en la plena esperanza de que por la gracia y obra de Cristo Jesús cuando “sea pasada lista allí he de estar”.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Caminando con el pueblo - El veinte de gloria