Cantares y la interpretación sapiencial

El Cantar de los Cantares tiene un contenido didáctico muy interesante y profundo para expresar las relaciones amorosas más íntimas y también para trascenderlas.

30 DE JULIO DE 2017 · 07:25

Foto: Pablo Heimplatz. Unsplash.,
Foto: Pablo Heimplatz. Unsplash.

La interpretación sapiencial sostiene que este libro expresa la sublimación del amor humano en la relación de una pareja que se funde en una unión conforme al propósito y a la voluntad de Dios.

En definitiva, sería una expresión o vivencia sublimada del amor. La sublimación es un mecanismo de defensa del YO. Las personas tenemos una estructura psicológica compuesta por un Yo consciente y otro Yo inconsciente que denominamos Ello o Id y que constituye la dimensión subliminal de un ser.

La sublimación es un mecanismo de defensa frente a la angustia, y se deviene al margen de los deseos de la parte consciente de nuestra esfera anímica.

Pero para que un ser humano sublime, es necesario que primero haya reprimido algún sentimiento, pensamiento o realidad que le produzca angustia, surgiendo entonces la imperiosa necesidad de tener que expulsarlo del campo de su conciencia; lo cual consigue reprimiéndolo.

Es importante tener en cuenta que no hay ningún ser humano que se pueda definir como persona, excluyendo la sexualidad de su dimensión antropológica.

Según la narración bíblica de Génesis, capítulo quinto, cuando Dios crea al Hombre (término genérico- en heb. Adán), lo hace de la siguiente manera: “Varón y hembra los creó y llamó su nombre ADAN el día que fueron creados”.

Por consiguiente, definir a un ser humano con la sexualidad excluida es despersonalizarlo. La vida mental o psíquica a nivel inconsciente del antropos no está constituida por contenidos exclusivamente sexuales como pensó Sigmund Freud, al principio de sus luminosos y esclarecedores estudios psicoanalíticos.

Los contenidos del inconsciente humano implican la sexualidad y la trascienden; por consiguiente no se puede definir a un ser humano prescindiendo de su sexualidad. La sexualidad es un componente antropológico que define nuestra identidad. Hablamos de varones porque existen mujeres, y viceversa.

Como ya apuntamos con anterioridad, las personas tenemos varios mecanismos de defensa cuando surge la angustia. De entre todos ellos, la sublimación es el único verdaderamente realizador . Pero no todo el mundo puede sublimar.

Bíblicamente la sublimación estaría relacionada con ciertos dones que aparecen, según las Escrituras, en determinadas personas.

La afirmación del apóstol Pablo de que él no tiene la necesidad de realizarse sexualmente y por consiguiente, no necesita estar casado, tiene mucho que ver con el mecanismo de defensa de la sublimación.

En fin, los esposos que renuncian a la realización erótico-sexual están fuera de la voluntad de Dios. El matrimonio es concebido en la Escritura como un enfrente que permita la comunicación y el diálogo (Gen 2:18) y a esta realización contribuyen, de manera esencial, las relaciones sexuales armoniosas y sinfónicas (1ª Cor 7: 1-5).

En este sentido el Cantar de los Cantares tiene un contenido didáctico muy interesante y profundo para expresar las relaciones amorosas más íntimas y también para trascenderlas.

Pero volvamos al sentido que los Judíos daban al libro: la interpretación espiritual y alegórica. ¿Tenemos nosotros base para realizar este tipo de interpretación? Siempre he defendido que el mensaje expositivo de la Palabra es el mejor método exegético y hermenéutico conocido.

Sin embargo, la interpretación alegórica de las Escrituras no es una posibilidad intrascendente. Eso sí, son muchos los conocimientos que hay que poseer para intentar realizarla: conocimientos de las diversas culturas, de la historia, de la mitología, de los idiomas originales, etc.

La gran erudición de Orígenes, el padre de la interpretación alegórica, le permite hacer, primero una interpretación histórica rigurosa del Cantar de los Cantares para después realizar una interpretación alegórica y figurada y, finalmente, una interpretación espiritual o psicológica.

En la Biblia también aparecen otras interpretaciones alegóricas realizadas por hombres muy capacitados en todo tipo de conocimientos, como el apóstol Pablo en la carta a los Gálatas, y el autor de la carta a los Hebreos.

Así, en Gálatas 4:21, leemos: “Decidme, los que queréis estar bajo la Ley, ¿no habéis oído la Ley? Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos, uno de la esclava y otro de la libre, pero el de la esclava que era Agar, la egipcia, nació según la carne, más el de la libre por la promesa, lo cual es una alegoría”.

Y continua el capítulo de Gálatas: “Lo cual, es una alegoría, pues estas dos mujeres (y aquí es donde quedamos estupefactos) son los dos pactos. El uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud, ésta es Agar, porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual. Pues ésta con sus hijos está en esclavitud, más la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros es libre”.

Aquí el apóstol no está especulando, sino que está realizando una hermenéutica en base a la revelación de Dios.

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