Hoy hablé con Roberto

Los que quedamos seguimos sintiéndonos conectados a ellos. Los recordamos. Honramos su memoria.

16 DE JULIO DE 2017 · 14:50

,

Dios es espíritu. Y los que lo adoran, tienen que entender que Dios es eso, espíritu; por lo tanto, sabe manejarse con los espíritus; a diferencia de nosotros que no lo somos; por lo tanto, no sabemos cómo desenvolvernos en el mundo espiritual. De ahí que haya tantas versiones e interpretaciones sobre lo que hay más allá de esta vida.

Hoy hablé con Roberto. No fue anoche. Fue hoy. Aproximadamente a las 2 de la tarde. En mi rutina de trabajo frente a la computadora, cuando empiezo a perder la concentración, me paro, voy a la cocina a prepararme una taza de café o me recuesto en el sofá de la sala y me duermo unos minutos. Luego vuelvo al trabajo. Esta vez hice lo de la sala.

La conversación con Roberto duró solo unos segundos, como suele ocurrir con las imágenes que surgen en los sueños. Él estaba sentado ante un escritorio y yo, frente a él. Le decía: «Estoy traduciendo un libro de…» y le daba el nombre del autor. Y Roberto me respondía: «Lo conozco. Tiene problemas con el corazón». Eso fue todo.

Roberto es Roberto Newman. Amigo de muchos años. No éramos amigos de salir a tomar ni a bailar (no tomábamos ni bailábamos). Creo que ni al cine fuimos alguna vez juntos. Pero éramos amigos. Falleció en septiembre de 2016. Pero yo hablé con él hoy.

¿Qué pasa con los muertos? ¿Siguen viviendo en otra dimensión? ¿Siguen conectados con el mundo de los vivos, principalmente con sus esposos o esposas? Se han escrito cientos de páginas sobre el tema pero la incertidumbre prevalece. Lo concreto es que siguen viviendo pero en nuestra memoria, en nuestro recuerdo, en nuestro subconsciente. Es por eso que los que quedamos seguimos sintiéndonos conectados a ellos. Los recordamos. Honramos su memoria. Conservamos muchas de sus cosas. Soñamos a menudo con ellos. Pero ellos ya no están. Ni aquí. Ni allá. Ni en ninguna parte. Simplemente no están. El cuerpo volvió a ser polvo. El espíritu volvió a Dios quien lo dio. Y el alma hizo mutis por no tener ya nada que hacer. That’s all. Eso es todo.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - El escribidor - Hoy hablé con Roberto