IBCM Hispano 2017, una visión personal

Comparto una crónica personal del evento celebrado en República Dominicana.

09 DE JULIO DE 2017 · 07:30

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Y VINO Y ANUNCIO, PAZ A VOSOTROS QUE ESTABAIS LEJOS, Y PAZ A LOS QUE ESTABAN CERCA; porque por medio de El los unos y los otros tenemos nuestra entrada al Padre en un mismo Espíritu. Así pues, ya no sois extraños ni extranjeros, sino que sois conciudadanos de los santos y sois de la familia de Dios.

       Efesios 2: 17-19

Era el 20 de junio muy temprano en la mañana, y nos dirigíamos al aeropuerto de nuestra ciudad, A Coruña, habiendo dormido muy poco y no sin antes intercambiar nuestros distintos pareceres sobre las maletas.

Marido británico, una sola maleta medianita, todo ultra colocado y toda la flema inglesa del mundo.

Mujer gallega-latina con mezcla explosiva de sangres, una buena maleta para facturar, otra mediana, y un gran cesto al modo del caribe con pompones de colores.

¡Sana discusión marital! Un café más que corriendo, y rumbo a Dominicana con todas mis maletas llenas de trapos e ilusiones.

Siempre disfruto a lo grande en cualquier evento, congreso o lo que sea, donde puedo encontrarme con mis hermanos de nacionalidades muy diferentes, incluso de visiones distintas: en este caso se trataba del segundo encuentro de IBCM sólo de Hispanos y, evidentemente de las Asambleas a las que pertenezco, AA HH .

Había dormido tan pocas horas, y los enlaces fueron tan pesados de horario, que mi sangre latina bullía por dentro, hasta que nos metimos ¡por fin! En el avión en el que estaríamos unas acho horas y que aterrizaría en Santo Domingo.

La ida fue contra hora, todo el tiempo era día y no fui capaz de dormir más de dos horas, y a las seis y media de la tarde de allí llegamos por fin sanos y salvos. Pero allá era ya noche, y un aeropuerto bonito se me antojó oscuro y los pases por todos los lugares en los que había que enseñar el pasaporte y demás, se me hicieron interminables.

Mi sangre explosiva seguía hirviendo, y la flema británica de mi esposo no hacía más que repetirme ¡cálmate!. Entonces, después de muchas historias, nos encontramos a un hermano bien moreno, con el cabello y el bigote más que canoso, y con una enorme sonrisa. Llevaba el cartelito en cuestión para encontrarnos, y su gran sonrisa y abrazo dominicano, me hicieron sentir mejor. Llevaba muchas horas sin dormir, sin apenas comer….. Pero aquella sonrisa franca y aquel abrazo sincero, relajaron todo mi ser.

Pero la cosa no terminaría ahí, a mi me dolía y me picaba todo, no puedo explicar esa sensación. Y aquel precioso hermano nos dijo… ¡Relájense queridos, aún hay que esperar por un hermanito de Bogotá, no hay prisa, estamos en el Caribe!.....

Cuando llegó el hermano Christian Ramírez de Bogotá, entonces nos montamos en el coche de nuestro hermano de bigote blanco.

Yo ya ni veía, y me veo sentada en el asiento de atrás de un coche que comienza a ir a toda velocidad por no sé donde, y me encuentro escuchando bocinas y sorteando coches por todos los lados en lo que luego entendí que era una avenida muy central de Santo Domingo. Mi sangre ya estaba a punto de llegar a los cien grados centígrados cuando pregunto suavemente… Hermano ¡Por favor! ¿El cinturón de atrás? Creí que me moría cuando el hermano suelta una gran carcajada…. “Pero hermanita, que no hay problema, Yo me llamo Héctor, para servirle, soy abogado, pero me encanta hacer de todo, en mi iglesia me llaman MacGiver, no se preocupe mi hermanita, que estamos en el Caribe”

Nuestra entrada en Santo Domingo da para escribir un libro, pero decidí relajarme y comenzar a disfrutar.

Habíamos pedido un hotel para llegar al encuentro un poco más descansados, y a la mañana siguiente comenzaron a llegar muchos hermanos que venían de diferentes lugares, era el punto de encuentro para ir hasta Juan Dolio, que era el lugar donde se celebraría todo.

¡Sí, estaba en mi ansiado Caribe! Confieso que estaba encantada, decidí salir del hotel y caminar un poco. El aire suave era cálido y delicioso, las gentes encantadoras con una dulzura natural que me prendía, y me fui sola intentando bebérmelo todo mientras iban llegando más hermanos. Entonces encontré muy cerca lo que para mi era un microbús, y le pregunté al conductor si era el bus que nos iba a llevar a nuestro destino, La duce respuesta del dominicano fue….. ¡Sí señora linda, pero calma… Estamos en el Caribe….. vamos a tardar un poquito y volvemos a recogerlos a todos en la guagua!

Ya me di cuenta, estábamos en el Caribe, y los horarios van a su airé; así que decidí comenzar a disfrutarlo.

Regresé al hotel, y ya había un buen número de hermanos, algunos bien queridos y conocidos, y juntos nos montamos en la guagua que pertenecía a “Palabra de vida”. Risas…. Abrazos….. ¿Tú de donde vienes?.... Pero nuestra guagua era especial , el aire acondicionado consistía en las ventanas abiertas y la puerta un tanto “movible” abierta. Llovía , suave y deliciosa lluvia del Caribe, pero había corriente de airé por todos los lados. Llevaba a un británico detrás, mi querido hermano Ken Barret y a mi británico particular, mi esposo, al lado. A Ken parecía que la lluvía le recordaba a su país de origen, así que abrió su ventanilla bien a gusto y me estaba empapando… Ken, porfa, ¿puedes cerrar un poquito la ventana? La verdad es que todo aquello era fantástico y seguí decidiendo disfrutarlo.

El aire era tan cálido y el grado de humedad tan alto, que mi cabello recién cortado lleno de maravillosas mechas rubias y muy estiloso, comenzó a ponerse ni sé como. Yo lo secaba y lo secaba, pero daba lo mismo, mi cabello se encogía, el gel para ponerlo estiloso, lo rizaba ni sé como, tengo el pelo liso. Pero ya todo me daba igual, estábamos en el Caribe y quería seguir disfrutando de todo.

Ni había cenado, ni llegamos a la hora de comer aquel día, mi reloj biológico ni sé como caminaba, y pensé….  Maravillosa dieta de ayuno, voy a regresar con unos cuantos kilos menos, ¡Genial! Pero no sé que pasó, porque os aseguro que seguí al dedillo todos los consejos del médico, supongo que fue el cambio, ni sé, pero mi estómago comenzó a hinchar como si le insuflaran aire del Caribe, creí que me daba algo, pero decidí confiar en mi Señor y disfrutar de todo.

Cuando nos dieron habitación me encantó el lugar, realmente todo era hermoso y los abrazos sinceros, las bienvenidas… Uno de los primeros que me llegó corriendo fue el hermano Miguel Matos, uno de los organizadores del evento, en este caso el principal, estábamos en su país. ¡Mi hermanita querida!... ¡Fuerte abrazo dominicano! Nuestros amigos de España, personas que no conocía y algo que no sabía, un solo beso al saludarse, siempre me quedaba con la mejilla puesta para el segundo, al final reía y abrazaba a mis hermanos, ¡todo era precioso!

Pero el Señor tenía un propósito muy especial para esta mujer suya que se creía que lo llevaba todo controlado. La primera, al llegar mi móvil hizo ¡¡plof!!.... ¡¡No, Señor!!….. Esto no me puede estar pasando a mi, ¡¡no puedo estar sin móvil!! Luego me doy cuenta que llovía y no paraba, un país tropical en el que llueve y para, la humedad era casi insoportable, lo de mi cabello, es mejor ni seguir, y todas mis sandalias  de cuña alta, volvieron a la maleta, mis tobillos comenzaron a hincharse, mi cabello no duraba normal ni un segundo, la sala de conferencias estaba a una buena distancia de todo lo demás, llovía, el suelo siempre estaba húmedo… Y sentí como si mi Señor me dijera. Te he traído aquí con un propósito, despojarte de todo lo que tu crees importante, casi imprescindible, hablarte al corazón , enseñarte unas cuantas cosas y llenarte completamente de mi. No me estaba gustando lo que estaba percibiendo de parte del Señor, pero dije, de acuerdo Señor, haz lo que quieras conmigo.

No os voy a hablar de las predicaciones y demás, ¡todo fue excelente! Las plenarias corrieron a cargo de Samuel Pérez Millos y Heber Gallito. Los talleres a los que asistí me gustaron, “Enseñanza en las redes”, a cargo de Christian Romero y “Desafío a escribir” a cargo de Pedro Fuentes.

Todo era muy distinto a mi realidad de España, mucho. Pero realmente lo disfruté muchísimo todo. El grupo de alabanza era hermoso, la relación con los hermanos era preciosa, y esa dulzura dominicana, eso que aquí ya no existe, que un caballero te ceda el sitio en la fila haciendo una reverencia, pues que queréis que os díga, me parecía delicioso.

Pero había algo que seguía caracterizándolo todo, la tranquilidad, una cierta improvisación natural en ellos… Aunque había mucho amor, mucho respeto, preciosos momentos de comunión, enseñanza, adoración… Y yo quería seguir escuchando la voz de mi Señor en un lugar muy lejano.

En uno de los devocionales, salió un hermano bien moreno, no lo conocía, se trataba de Ramón Prenza hablando de Cristo y el Mensaje. No era un ponente principal, hubo predicaciones excelentes, pero el Espíritu del Señor dentro de mi, me hizo parar y escuchar con mucha calma, allí había algo muy especial.

Un día improvisaron una reunión de damas, allí le decían cariñosamente de damitas. Sabía bien con lo que me podía encontrar, pero fui con mucho gusto. Comenzaron a hablar, a presentarse, cada una diferente, unas esposas de pastores, otras misioneras en lugares especiales y una mujer como yo, acostumbrada a tratar con todo el mundo, que además de ser mujer de pastor tiene su propio ministerio en medios de comunicación y demás, ni sabía que decir. El lenguaje y lo que escuchaba me resultaba tan diferente para una mujer europea acostumbrada a trabajar de un modo bien distinto en las más de las ocasiones, que cuando compartí, sentí que nadie me comprendía. Por supuesto que la hospitalidad, la permanencia en la Palabra y todo eso era como algo tan natural en mi, que me sentía perdida. Entonces se levantó una preciosa hermana, Juana Prenza, resultó ser la esposa del hermano del devocional que me había llegado al corazón. Se levantó y dijo, hace cincuenta años que conozco al Señor, en mi casa éramos bastantes hermanos, comíamos en el suelo  con las manos, mi madre…. Una samaritana….. Pero el Señor me rescató, y me llamó y me capacitó, ¡a mi! Y comencé a trabajar entre hombres siervos de Dios, luego el Señor trajo a mi esposo….. En ese momento mi corazón se quebrantó por completo. Todo aquello me resultaba tan distante y diferente a mi…. Y aquel devocional…. Y Juana Prenza, mujer de Dios donde las haya, me dejaron diciendo…. Señor, perdóname por toda mi autosuficiencia, gracias por vaciarme por completo, mi cabello, mi móvil, muchas cosas más…. Gracias por traerme aquí para vaciarme de mi misma y llenarme de ti.

Podría contar mil cosas, pero no puedo contar todo. Yo no hice nada de nada, pero las hermanas venían a mi y querían hablarme, sacar fotos conmigo y hoy me encuentro en un grupo de WhatsApp de mujeres hispanas en la obra, no todas somos iguales, pero me siento muy bendecida.

Después de toda aquella bendición que agradezco profundamente al Señor y que no acabaría de contar, nos fuimos a Santiago de los Caballeros con unos hermanos y amigos gallegos-dominicanos, eso ya eran unos días de descanso que disfrutamos a morir.

El domingo por la mañana fuimos a su iglesia de allá, por lo que pude ver era una iglesia independiente, e incluso internacional, algo que me gusta y siempre disfruto. Todo estaba lleno de banderas diferentes, todo agradable… En el medio del culto, me dijo la madre de mi amiga, ¿ves esa mujer de allá? su esposo falleció hace un par de años, pero ella era la pastora, ella era el motor de verdad. Esta iglesia que ves comenzó en la salita de su casa, con dos, tres mujeres… Oración, ofrendas… Allí yo conocí al Señor. Mi espíritu se conmovió dentro de mi y me saltaban las lágrimas. Luego vi a un hombre de unos cuarenta y tantos con una chaqueta blanca, lo miré como rara y pensé, ¿quién será?.

Después de todo lo concerniente a un culto de Domingo en la mañana, el Pastor llama a aquel de la chaqueta blanca, resultó ser un precioso hombre de Dios brasileño, al cual nosotros, gallegos, entendimos a la perfección. Había pasado unos años en aquella iglesia y volvía a su país. Cuando comenzó a hablar, volví a comenzar a dejar correr lágrimas por mis mejillas, era pura Palabra de Dios.. Cristo mediador, redentor,  fiador, aval…… Era un hombre completamente de Dios y el mensaje fue impresionantemente bueno… Tuve que pararme y pedirle perdón al Señor por haber juzgado. Cuando el culto acabó, sentí la necesidad de ir a abrazar al hermano y a la pastora que comenzó la obra.

Cuando ya nos íbamos y mi cabello y mi estómago se iban aclimatando a toda aquella cultura, el Sancocho, el plato bandera, el mango, el agua de coco y lo de adentro…. No me quería ir, había vivido experiencias tan hermosas, pero el Señor aún me tenía preparada la última. Nuestros queridos amigos nos trataron con todo lo mejor que tenían y podían, nos proporcionaron una estupenda guagua y un hombre  que nos recogió en Santo Domingo, era taxista, pero había algo en él muy especial. Enseguida nos conoció, mi amiga le había dado nuestros nombres y fotos de perfil de Whtass. No sé si es la costumbre, pero llevaba una camisa blanca de manga larga, su educación , respeto y dulzura eran exquisitos.

Cuando íbamos camino del aeropuerto por la Avenida principal por la que fuimos varias veces con el Caribe a la derecha, seguía sin haber cinturón de seguridad en el asiento de atrás, pero yo iba allí y comencé a observar. El modo de conducir era muy suave, ¡de repente vi algo! En la parte delantera una pegatina, “Sonríe, Jesús te ama”. Atrás, el pececito con el nombre de Jesús dentro. No pude más y le pregunté, ¿es usted creyente? Me contestó, soy Pastor hermana, Pastor pentecostal, y mientras conducía o manejaba, como dicen ellos, nos mostró un vídeo de su casa, era un patio con personas adorando al Señor. Entonces, el Espíritu de Dios que mora dentro de mi se conmovió e hizo conmover al mío propio, y por mis mejillas corrían lágrimas entremezcladas de todo tipo de sentimientos.

Yo no me había comprado un Combo para ir a unas vacaciones a Punta Cana, pero mi Dios bendito me regaló algo mucho más que especial.

Lo primero, un congreso magnífico en el que disfruté enormemente; luego unos días de descanso en los que el Señor trabajó mucho conmigo y me estoy dejando mucho por el camino. El remate fue maravilloso.

Mi Señor me hizo atravesar un océano inmenso para despojarme de todas esas cosas como imprescindibles para mi, mi cabello estaba hecho un asquito, mis sandalias planas siempre mojadas por la lluvia que iba y venía, el ministerio que el Señor me encomendó, en cosas tales como medios de comunicación…. Y una hermana que me dio unas lecciones que atesoro dentro del alma, un pastor brasileño al que juzgué mal, un pastor pentecostal que me enseño lo que es servir y “hacer tiendas”. Me vació de mi misma para llenarme de Él, tal como en las bodas de Caná de Galilea, dejó que se secara hasta la última gota del vino de las tinajas, para inundarlas del mejor y más maravilloso.

Traje montones de tesoros dentro del corazón, hermanos que no nos conocían de nada que nos ofrecían sus casas, amigos y hermanos con los que no quiero perder el contacto, unos días de refrigerio con amigos que extrañaba tanto…..

Cuando íbamos hacia el aeropuerto y el Caribe quedaba en la parte derecha de la Avenida principal, no me salía del corazón una vieja y conocía canción que muchos han cantado y que no tiene nada que ver… Cuando salí de Cuba, dejé mi vida, dejé mi amor, cuando salí de Cuba, dejé enterrado mi corazón. ¡No tiene nada que ver! Pero de algún modo me dejaba allí un trocito bien grande del corazón. Aunque había algo mucho más grande que el Señor me recordó una y otra vez allí, es algo que sé y que vivo, pero que allí fue demasiado vívido para mi, algo que se cantó muchísimas veces…. 

SOMOS EL PUEBLO DE DIOS, SOMOS UN PUEBLO ESPECIAL, LLAMADOS PARA ANUNCIAR LAS VIRTUDES DE AQUEL QUE NOS LLAMÓ A SU LUZ…..

Con esta preciosa canción os dejo, deseando que una especie de reportaje a mi manera, entremezclado de muchas cosas os pueda bendecir.

 ¡¡Gracias a mi Señor y a todos mis hermanos por cada detalle maravilloso!!

¡Un fuerte abrazo en el Omnipotente y Soberano de mi vida!

Es Marcos Witt cantando…. ¡¡SOMOS EL PUEBLO DE  DIOS!!

Algunas fotos del evento: http://beatriz-garrido.tumblr.com/post/162504952680/precioso-recuerdo-de-ibcm-hispano-en-dominicana

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