¡Juégatela sin miedo por tu Dios!

Mi Dios no es deudor de nadie.

10 DE JUNIO DE 2017 · 21:30

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“Concisión en el estilo, precisión en el pensamiento, decisión en la vida.”

            Víctor Hugo.

En una ocasión, escuché la historia de una mujer que comenzó a observar que algún animalillo estaba metido en el garaje de su casita de campo, y se estaba comiendo a trocitos los bordillos de la pared. Pensó con toda seguridad que se trataba de una marmota; así que se hizo con una buena trampa, y la llenó con toda clase de cosas apetecibles para la marmota en cuestión.

Cada día esperaba con cuidado, a ver cuando el animalito entraba en la trampa y quedaba atrapada allí.

¡Por supuesto! Todo hizo efecto muy rápido; el problema es que no e trataba de una marmota, sino de un zorrillo. La pobre mujer se asustó muchísimo y ni se atrevía a acercarse.

Cuando el yerno de aquella asustada mujer vio toda la escena, sin ningún titubeo tomó una manguera bien fuerte y llena de agua, de algún modo abrió la puerta de la trampa y lanzó un chorro con fuerza sobre todo aquello. En cuestión de segundos, el zorrillo salió disparado hacia el bosque para no regresar jamás.

Toda esta historia real, me hizo pensar mucho en mi, en las decisiones que tomo en la vida, en lo valiente o decidida que puedo llegar a ser; o en lo cobarde que también puedo ser en mis decisiones, sobre todo con respecto a mi Dios. Y sin darme cuenta, me vinieron a la mente y al corazón personajes bíblicos que tuvieron que tomar decisiones fuertes y con consecuencias difíciles.

La primera persona en la que pensé, es una mujer que me parece maravillosa y con la que me puedo identificar de un modo muy grande. Me estoy refiriendo a la reina Esther, una mujer cuya vida dista mucho, a pesar de que demasiada gente lo piensa, de ser un cuento de hadas.

La pequeña Hadassah comenzó a sufrir siendo muy chiquita; aunque eso no le impidió crecer con mucha fuerza y alegría ¡era muy especial! Todos conocemos la historia de su vida y como termina siendo la reina de Persia, mujer de Asuero, y su nombre es cambiado por Esther, Estrella persa. Todo va encajándose y sucediendo bien, hasta que llega el momento de tomar una decisión tremendamente difícil, decir que también ella era judía e interceder por su pueblo. Era duro, muy duro y se jugaba…. ¡La vida!

En un principio le cuesta, pero Mardoqueo se lo pone muy clarito. Me encanta cuando ella toma la firma decisión de hacer lo que tiene que hacer, y pronuncia esas palabras que me taladran, ¡Y si perezco, que perezca!

Tomó una decisión muy dura, pero correcta. Fruto de aquella valiente decisión, no sólo se salvó ella; sino todo su pueblo, y la preciosa fiesta de Purim se celebra hasta nuestros días.

La segunda persona que me vino al corazón pensando en tomar decisiones fuertes y valientes por Dios, fue el rey Asa. Una historia preciosa. Dice la Escritura literalmente:

Asa…. Cobró ánimo y quitó los ídolos abominables de toda la tierra de Judá…. Y reparó el altar del Señor”

                                   2ª Cr. 15: 8.

Aquello no era nada fácil, se enfrentaba, ni más ni menos que una posible rebelión a nivel nacional, algo muy fuerte que bien podría terminar en posible muerte, o destronamiento y mil cosas más. Me encanta como dice la Escritura, ¡Cobró ánimo! Entonces se lanzó con valentía y sin miedo.

Conocéis el resultado, no sólo el Señor estuvo con él; sino que… Me encantan las palabras…. ¡Se regocijó! Y es que en la obediencia a Dios, no cabe otra cosa más que victoria, del modo que sea, y regocijo.

Y ahora viene alguien que me encanta, ¡Jefté! Un hombre con una familia e historia triste y complicada. Terminan desechándole y echándole por algo que le venía dado, no tenía culpa alguna. ¿Podéis imaginaros como se sentía? Al cabo de un tiempo vinieron a buscarlo para que fuese caudillo sobre el pueblo y liderara una lucha importante. Lógicamente tiene cosas que decir, lleva dolor por dentro. Podría haber dicho….. ¡No, lo siento! En cambió acepto, Dios fue con él y cosecho tremendas victorias por, para, y en el nombre de su Dios. ¡Precioso Jefté, hombre de Dios!

Y vuelvo a otra maravillosa mujer, Deborah, le pese a quien le pese, jueza de Israel, al mismo nivel que Sansón Samuel…. Juzgaba a Israel cada Día debajo de su palmera. No fue nada fácil su vida. ni las tremendas decisiones que tuvo que tomar y enfrentar. Pero el Dios que la llamó y comisiono, repito…. ¡Le pese a quien le pese! Le dio maravillosas victorias.

Cuando la preciosa Deborah cargada de dones que utiliza para su Señor escribe y canta su cántico, dice en canción algo que me encanta… ¡Me hiciste como madre de Israel! ¡Bendita mujer de Dios!

y aquí viene alguien que llegó a ser maravilloso, el gran profeta Samuel. Toda su historia, desde antes de nacer no tiene el menor desperdicio. Pero me encanta el episodio que ocurre en una noche de escasa niñez de Samuel. Elí ya estaba viejo en todos los sentidos, y sus oídos espirituales y físicos le fallaban demasiado. El Señor tuvo que llamar varias veces a aquel niñito… ¡Samuel, Samuel! Y, aunque tal vez no entendiera del todo, dijo con firmeza, “Habla Señor, porque tu siervo oye!. Aquella decisión tomada en la niñez, cosecho infinidad de bendiciones y gloria para el Señor.

No creo que fuera demasiado fácil para un adolescente de buena familia en el exilio de Babilonia, negarse a comer la comida del rey dedicada a los ídolos. Pero con firmeza y decisión, Daniel dijo ¡No!. Conocéis el resto, superó la prueba con el mayor éxito posible, y después de una vida muy probada en la que tuvo que tomar decisiones todavía más fuertes y difíciles, siguió diciendo ¡No! Y Dios lo honró de un modo increíble.

Un hombre que gritó un ¡No! Bien fuerte y salió corriendo dejando su manto, fue José. ¿Pensáis que la mujer de Potifar era feita o descuidada con su atuendo y arreglo? Puede que le llevara unos años, pero pienso que debía de ser bien atractiva.

La decisión de José, después de haber pasado mucho en la vida, lo llevó a la cárcel y mucho más. Terminó siendo el segundo en el reino. Tuvo que tomar una decisión rápida, valiente, peligrosa y osada, pero aquel secreto de su vida…. “Más Jehová estaba con José” No le dejó ni un instante, y Dios jamás le dejó.

Quiero terminar con una mujer, una mujer que, en aquellos momentos ni pertenecía al pueblo de Israel, ni nada de nada.. ¡Era ramera! Pero había oído del Dios de Israel, y rápida y valientemente… También tomo la decisión correcta, y se la jugó bien fuerte por un Dios que todavía no conocía. Escondió a los hombres, soltó el cordón de grana por el muro… ¿Consecuencias? Ella y toda su casa fueron salvos.

La lista sería interminable, pero os aseguro que me hizo muchísimo bien reflexionar sobre todo esto.

Muchas veces veo a personas, personas creyentes, que por miedo, falta de valor, temor, indecisión….  Permanecen sentaditos en el banco… O con la patita quebradita… Os aseguro que es muchísimo más cómodo. Pero no vale para mí ¡En absoluto! Ni ha valido nunca ni valdrá jamás. He pagado muchos precios y los seguiré pagando por ser fiel a mi Dios y lo que Él demanda de mí. Ya lo sé, no es fácil, pero las consecuencias a la larga, son maravillosas. Mi Dios no es deudor de nadie.

Te dejo una vieja canción preciosamente versionada, musicada, y cantada de un modo muy especial por Marcos Witt…

“HE DECIDIDO SEGUIR A CRISTO”

Estoy segura que te encantará….

Alguien dijo:

“LA VALENTÍA, ES EL MIEDO QUE YA ELEVÓ UNA ORACIÓN”

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