Viaje al corazón de la ‘tierra santa’ de India

El Padre no envió un correo electrónico, no envió diez palabras en un mensaje de wasap. El envió a Su Hijo que prefirió morir en una cruz.

13 DE MAYO DE 2017 · 21:00

Niño mirando al cielo/ Norte de India ,niño, India
Niño mirando al cielo/ Norte de India

Norte de India – Abril, 2017. Coordinadora del viaje, ONG Fiet Gratia. Madrid. Directora, Fiona Bellshaw. Integrantes del equipo: Miembros de las iglesias evangélicas de Sendero de la Cruz. Madrid, Cristo Vive. Alicante, La Gran Cosecha. Elche, El Centro Cristiano La Roca y Obra Social La Roca de Valladolid.

Jesús les decía: ¿Acaso se trae una lámpara para ponerla debajo de un almud o debajo de la   cama? ¿No es para ponerla en el candelero? Porque nada hay oculto si no es para que sea manifestado; ni nada ha estado en secreto, sino para que salga a la luz.

Gente que está desesperada por Jesús donde la persecución no se practica en ocasiones abiertamente sino en secreto. Encontramos una iglesia que por momentos coincide con las mismas palabras que Jesús empleó y que las repitió en diferentes momentos, la idea de que el creyente no debe esconder su testimonio.

Allí, sentimos las tensiones de las diferentes religiones, políticas, el ambiente espiritual se podía cortar por la oscuridad, los rostros reflejaban lo que hay en el corazón, profunda tristeza, desesperación. Pinturas y retratos de Buda, grandes y pequeños, sentados, tumbados en todas sus variantes.

Aquel lugar es conocido como la Tierra Santa del hinduismo, budismo, y tierra del Corán. Llegan los peregrinos de estas religiones, es su Meca. Es lugar de la predicación de Buda. Lugares donde cuesta mucho o todo seguir a Jesús.

Una vez allí pensábamos encontrar un pueblo temeroso, retraído, y nos encontramos gente  con manos abiertas donde dice que occidente tiene mucha información pero no es siempre certera. Descubrimos gente que tiene hambre y sed de Dios, que tienen hambre y sed física, pero también espiritual. Se mostraron abiertos y amigables, ansiosos para compartir lo que está pasando.

 

De izda. a dcha: Rebeca, Paola, Loli, Fiona, Paula, Eduardo, Tamar, Rosa, Carmeli

Nos encontramos con una cantidad de sorpresas. HCP, pastor en una ciudad del interior, nos relataba el testimonio de su iglesia y la ayuda que han ofrecido a la comunidad que no es cristiana, conviven musulmanes e hinduistas. Lejos de pensar que la iglesia iba a callar, a retroceder por la hostilidad y persecución que les sobreviene de vez en cuando, invitaron a las autoridades hindúes a la celebración de aquel culto especial.

Describió cómo las autoridades presentes, públicamente agradecían a la iglesia y ante todos los vecinos los beneficios que aquel grupo había traído a la ciudad y declararon cuan necesarios eran los cristianos en la comunidad.

Era conmovedor el valor que HCP mostraba, palabras llenas de poder, pura autenticidad, amor a la cruz. Es cierto que el miedo es una poderosa arma en manos del maligno. Nos paraliza en nuestro cometido anunciador del evangelio y nos neutraliza en la guerra espiritual. Pero aquellas palabras te elevaban de la silla, te levantaban el corazón en fuego para llevarlo como ofrenda al altar de Jesús.

En realidad es gente de la cual tenemos mucho que aprender. No estamos preparados para lo que ellos están viviendo. Me pregunto después de lo que oímos si estamos prepararos para ser enviados como ovejas en medio de lobos, o más bien enviados como ovejas entre ovejas.

Lo que escuchamos me enseñó que para ellos toda persona es digna de la sangre de Jesús. Me hizo ver que muchas cosas de las que hacemos, energía que invertimos, cargas que nos parecen únicas, preocupaciones, no son las herramientas que ellos usan para mantener el cuerpo de Cristo unido, vivo y anunciador del mensaje de la cruz.

La iglesia que conocimos lleva a Cristo a los lobos, no se calla. Ora, respeta, ama a sus gobernantes, no compite entre ella y no deja de predicar. Avanzan como uno sólo y siguen contemplando aquella primera misión: “mirad yo os envío”.

El Padre no envió un correo electrónico, él no envió diez palabras en un mensaje de wasap. El envió a Su Hijo que prefirió morir en una cruz.

No hay imagen, ni estatua, ni reliquia, ni cruces, ni nada para que esto pueda ser sustituido. El fue enviado y fue en obediencia. No planificó su viaje pensando si sería seguro o si sería lo más correcto.

La conversión nos hace a todos personas como Él, personas enviadas para la misión. Creo que si podemos ir por la calle anunciando el Evangelio, podremos ir a cualquier lugar, pueblo o nación, salvando las diferencias culturales, la lengua, pero llevar a Cristo a nuestros vecinos, al trabajo se hará más natural para nosotros que para otros que han sido enseñados que la religión es privada.

Hemos visto que para musulmanes, hindúes, la religión es su vida entera y harían cualquier   cosa por ella. Por tanto, para todos aquellos que seguimos a Jesús necesitamos seguir su modelo y seguirle a El significa todo, todo para mi, para ti.

 

Ian McCabe (Misionero en India) Fiona Beshwall (Directora de Fiet Gratia). Rosa Barrachina (Obra Social La Roca)

Este viaje no fue dulce ni de placer. Definitivamente fue difícil, me sentía como una alfombra apaleada. Sesenta kilómetros en tres horas y media. Doscientos kilómetros en doce horas.

Nada fácil. Nada a la derecha, nada a la izquierda. Calor, mosquitos, carreteras cortadas y sed, mucha sed.

Los muchos testimonios que oímos, lo que vimos nos enseña que nuestra fidelidad a su causa traerá su fidelidad. Nuestro viaje tenía un fin, un destino, pero es allí donde verdaderamente empezó el viaje. En 24 horas recorrimos todo aquel Estado, superpoblado: sólo aquel Estado en población sería el país número siete más poblado del mundo.

Hay una iglesia en lugares de la India donde expone en plenitud todos los misterios del  evangelio (Hechos 20:27)

 

Más información: www.fietgratia.com, Fiona Bellshaw

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