La criatura se rebeló, el Creador se reveló

Así como una letra cambia el significado de una palabra, las elucubraciones antropocéntricas de los que se creen sabios tuercen el Libro de Dios. Pero no pueden cambiar la revelación de Dios.

16 DE ABRIL DE 2017 · 14:10

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El ‘Libro de los libros’ no constituye un ‘negocio redondo’, no enriquece materialmente a sus editores; su Autor nunca será candidateado para el Premio Nobel; ni ofrece mágicas soluciones a los problemas de sus lectores. Pero, la Palabra de Dios impresa cuando es leída o predicada sigue siendo en el siglo XXI el único agente de cambio para millones de hombres y mujeres.

Ella hace lo que su Autor quiere por medio del mismo Espíritu que inspiró la Escritura: el nuevo nacimiento en quienes eligió antes de la Creación (01). Abre el entendimiento, da fe, perdona y regenera cumpliendo el perfecto Plan de Redención en Jesucristo.

Esta obra - que ningún inventor humano está en condiciones de reproducir - se lleva a cabo a pesar del persistente trabajo de descrédito de los ‘bibliófobos’; esos muy promocionados eruditos que meten en la misma bolsa a ‘bibliólatras’ y ‘bibliófilos’ (02).

Se hable o escriba lo que se desee acerca de la Biblia, ella opera como un fiel espejo que desnuda y exhibe nuestra natural condición de rebeldía contra Dios. Pero, al mismo tiempo muestra el Camino de Reconciliación con Dios a los que reconocen estar condenados por la santa justicia, se arrepienten de sus pecados y la obedecen para vivir eternamente con Dios.

Este milagro de amor lo realiza la Palabra de Dios por el unigénito Hijo de Dios.

A continuación, como anticipamos en nuestro artículo ‘Vienen a quitarnos el buen tesoro de nuestro corazón’ (03), seguiremos demostrando que en la Biblia Revelación y Escritura no son entes separados como algunos eruditos contemporáneos enseñan. Lo haremos en el mismo espíritu de los cristianos de Berea que en sus días obraron con suma cautela (04).

Dios se revela a Sí mismo

La Escritura registra el sustantivo ‘revelación’ como una acción del Espíritu de Dios viniendo a los hombres con un propósito bien definido. Como sustantivo aparece una sola vez en el AT y quince veces en el NT de la versión Reina-Valera de la Biblia (05). No obstante, el verbo ‘revelar’ aparece catorce veces en el AT en infinitivo, y en los tiempos presente (revela), participio pasado (revelado, revelada) y futuro (revelará) y dieciséis veces - incluyendo tres en pretérito perfecto simple (reveló) - en el NT.

Veamos juntos en el AT cómo autor, contexto, acción, agente y destinatarios nunca se separan en todo el proceso hasta cumplirse plenamente el fin de la revelación.

1. Las cosas reveladas por Dios son las que Él quiere compartir con nosotros.

Dios dialogó intensamente con Moisés y por medio de él hizo un pacto con Su pueblo, Israel: Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley.” (06)

No podemos entrar en lo secreto de Dios. Pero las cosas reveladas nos tienen como destinatarios. ¿De qué manera pudieron los hijos de Israel conocer las palabras del pacto? En forma escrita. Dios reveló así las cosas a ellos destinadas para que cumpliesen todas las palabras de Su ley.

2. El llamado, el conocimiento y la revelación de Dios al hombre son inseparables. Samuel estaba siendo llamado por Dios en su juventud pero “no había conocido aún a Jehová, ni la palabra de Jehová le había sido revelada.” (07)

Y un día antes que Saúl viniese, Jehová había revelado al oído de Samuel, diciendo:…” (08) “Así reconoce Samuel esta manera divina por la que llega la revelación a su escogido: “Porque tú, Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, revelaste al oído de tu siervo, diciendo: Yo te edificaré casa. Por esto tu siervo ha hallado en su corazón valor para hacer delante de ti esta súplica.” (09)

Porque tú, Dios mío, revelaste al oído a tu siervo que le has de edificar casa; por eso ha hallado tu siervo motivo para orar delante de ti. Ahora pues, Jehová, tú eres el Dios que has hablado de tu siervo este bien; y ahora has querido bendecir la casa de tu siervo, para que permanezca perpetuamente delante de ti; porque tú, Jehová, la has bendecido, y será bendita para siempre.” (10)

En el libro de Job queda de manifiesto que Dios se revela para que el hombre rebelde entienda el ‘para qué’ de la revelación no el ‘por qué’ de sus cuestionamientos:

¿Por qué contiendes contra él? Porque él no da cuenta de ninguna de sus razones. Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios; pero el hombre no entiende. Por sueño, en visión nocturna, cuando el sueño cae sobre los hombres, cuando se adormecen sobre el lecho, entonces revela al oído de los hombres, y les señala su consejo, para quitar al hombre de su obra, y apartar del varón la soberbia.” (11)

Tanto a Samuel como a David y Job, Dios reveló Su propósito al oído, la vía elegida por la Palabra de Dios para ser abierta y dar paso a la fe. (12)

3. La revelación de Dios y la oración del hombre son inseparables. Una mujer sunamita fue al profeta Eliseo para que viese a su hijo enfermo; y él tuvo que orar porque Dios aún no le había revelado nada sobre el caso. (13)

4. La revelación y la instrucción son inseparables. El profeta Ahías, que estaba impedido de la vista, recibió de Dios a ambas en anticipación de la visita que le haría la esposa de Jeroboam, disfrazada, para buscar su consejo. (14)

5. La revelación no está separada de aspectos políticos, morales y comerciales.

A Isaías, hijo de Amoz, le es revelada “profecía sobre Babilonia”. (15) Más adelante, el profeta debe enfrentar al pueblo que se había entregado a una vida disipada para advertirles “Esto fue revelado a mis oídos de parte de Jehová de los ejércitos: Que este pecado no os será perdonado hasta que muráis, dice el Señor, Jehová de los ejércitos.” (16) Isaías también anuncia la destrucción total de Tiro como revelada desde Quitim (posiblemente en referencia a Chipre) lo que afectaría – como ocurrió- al comercio marítimo de entonces. (17)

 

Estos ejemplos demuestran que la Palabra de Dios y la revelación tienen que ver con aspectos que parecen alejados de ellas. El texto tiene sentido cuando está en su contexto; considerar que el contexto no es Palabra de Dios no es obrar con cautela, sino todo lo contrario.

Quizás el mejor ejemplo sea el del profeta Daniel. Dios le habló en visión para que interpretase el sueño que perturbaba al rey Nabucodonosor. Daniel adora a Dios al recibir la revelación: A ti, oh Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado sabiduría y fuerza, y ahora me has revelado lo que te pedimos” (18). Y luego le da este testimonio al soberano: El misterio que el rey demanda, sabios, ni astrólogos, ni magos ni adivinos lo pueden revelar al rey. Pero hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios (…) A mí me ha sido revelado este misterio, no porque en mí haya más sabiduría que en todos los vivientes, sino para que se dé a conocer al rey la interpretación, y para que entiendas los pensamientos de tu corazón.” (19)

Estos ejemplos de revelación abarcan casi todo el espectro de la vida social, cultural, política y económica de una nación poderosa. No hay aquí tal cosa como una separación entre lo material y lo espiritual. Daniel fue instruído sobre ello y salvó su vida y la de muchos que habían sido condenados a muerte. Esto fue posible porque el fin de la revelación era que el rey entendiese la razón de sus pensamientos.

Al profeta Jeremías, aún preso en el patio de la cárcel y estando todo el pueblo asolado por el invasor, Dios le anima diciendo: He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad.” (20) La conjunción ‘y’ demuestra que la sanidad, la medicina y la curación no están separadas de la revelación de paz y de verdad. Están unidas porque todas ellas provienen del mismo Dios para un único fin.

El mismo Daniel da testimonio que En el año tercero de Ciro rey de Persia (le) fue revelada palabra (…) por un varón vestido de lino, y ceñidos sus lomos de oro de Ufaz. Su cuerpo era como de berilo, y su rostro parecía un relámpago, y sus ojos como antorchas de fuego, y sus brazos y sus pies como de color de bronce bruñido, y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud.” (21) Al final de un texto imperdible por sus detalles el varón le confirma: “… yo te declararé lo que está escrito en el libro de la verdad” (22). La estrecha relación que hay entre la revelación a Daniel y la revelación al Apóstol Juan es explicada por la mayoría de los comentaristas de la Biblia (23). Esta coincidencia de la revelación y la Escritura revela la calidad de inseparables que les confiere Jesucristo, el unigénito Hijo de Dios, porque en Él - en su persona y obra - la historia del hombre tiene sentido.

En nuestro próximo artículo veremos ‘El hombre se rebela contra Dios’ y la manera que Dios utiliza para revelarnos su amor inalterable por sus criaturas caídas en pecado. Lo haremos para demostrar que tanto el AT y el NT son una unidad inseparable, pues “Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? (24). Hasta entonces, si el Señor lo permite.

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Notas

Ilustración: grupo de estudiantes de la Biblia en Lima, Perú usando el método inductivo. El autor visitó esa iglesia cuando era joven. http://cristoredentorarequipaperu.blogspot.com.es/2011/05/estudiando-la-palabra-de-dios.html

01. Efesios 1:4.

02. Bibliófobos: los que odian los libros o les tienen fobia; bibliólatras: los que hacen ídolos de libros; bibliófilos: los que aman los libros, amigos de los libros.

03. http://protestantedigital.com/magacin/41837/Vienen_a_quitarnos_el_‘buen_tesoro_del_corazon

04. Hechos 17:10-12.

05. También llamada Biblia de Casiodoro de Reina o Biblia del Oso, es una de las primeras traducciones de la Biblia al castellano. La obra fue hecha a partir de la traducción de los textos originales en hebreo y griego y fue publicada en Basilea, Suiza, el 28 de septiembre de 1569. Su traductor fue Casiodoro de Reina, religioso español convertido al protestantismo. Recibe el sobrenombre de Reina-Valera por haber hecho Cipriano de Valera la primera revisión de ella en 1602. La actual en uso es la Reina Valera SBU RVR 1995. La versión Latinoamericana es la Reina Valera Contemporánea (SBU 2009-2011) con términos empleados en la América Latina de habla hispana.

06. Deuteronomio 29: 1,29.

07. 1ª Samuel 3:7.

08. Ibíd. 9:9,15.

09. 2ª Samuel 7:27.

10. 1ª Crónicas 17:25-27.

11. Job 33:13-17.

12. Romanos 10:17.

13. 2ª Reyes 4:27.

14. 1ª Reyes 14:1-18.

15. Isaías 13:1.

16. Ibíd. 22:14.

17. Ibíd. 23:1.

18. Daniel 2. Se recomienda leer todo el capítulo.

19. Ibíd. 17.

20. Jeremías 33:6.

21. Daniel 10. Se recomienda leer todo el capítulo.

22. Ibíd. 20.

23. http://www.escuelabiblica.com/estudio-biblico.php?id=954

24. Números 23:19.

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