Enciende una luz

Lo que yo quiero no es trastocar, es trastornar al mundo con ese maravilloso mensaje, algo muy diferente.

01 DE ABRIL DE 2017 · 18:30

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“Las cosas de Dios, han de hacerse a la manera de Dios”

Francis Shaeffer

Aun no ha amanecido, y sobre mi mar no hay luz, sólo un silencio casi sepulcral, roto de vez en cuando por el precioso susurrar de las olas. Y mientras tanto mi corazón y mis manos, van a un pensamiento recurrente en las últimas semanas:

¿Qué clase de luz estoy siendo?... ¿De qué modo estoy viviendo mi vida y haciendo mi trabajo para el Señor?... ¿Estoy apretando bien la sal de mi salero para que no se resfríe?... ¿Estoy poniendo mi luz bien asentada sobre un monte?. Estas y mil preguntas sobrevuelan mi mente cuando pienso en todos aquellos que rozan mi vida, en aquellos a los que conozco y amo y no tienen a Cristo en sus vidas, en cualquiera que me pueda escuchar de algún modo, leerme, tocar mi vida en alguna manera.

Y en este punto me vuelven a asaltar muchas preguntas, y pienso en el modo en que estoy derramando mi sal, estoy iluminando con mi luz, o de que modo estoy dando el gran mensaje que estoy obligada a dar.

Muchos creyentes, escudándose en que somos “cartas abiertas en las que el mundo puede leer” simplemente se callan una y otra vez. Claro que tenemos que ser así, y es el único modo de avalar nuestras palabras. Sé demasiado bien que en muchas ocasiones es simplemente una excusa para ni abrir la boca, pasar desapercibidos, callar para nosotros solos la gran libertad en Cristo. Es más fácil para muchos. Hoy sigue existiendo tolerancia para cualquier tipo de cosa, por más aberrante que pueda ser, menos para el mensaje de la Cruz. En cuanto se toca el tema en algún lugar, tal vez muchos se callen por simple educación; pero se nota un silencio que se pudiera cortar con un cuchillo, en el mejor de los casos; aunque alguien se esté muriendo de sed espiritual. Y nosotros, calladitos, o lo más duro para mi, algo que me molesta profundamente y hasta me hace doler el alma. No somos conscientes de nuestras opiniones sobre cualquier tema, y lanzamos al mundo lo que nos venga en gana sin darnos cuenta el daño y la confusión que podemos generar. Creo que si estuviéramos en Corinto, vendría el apóstol Pablo y nos pondría firmes diciendo aquello de:

“Os ruego pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer….. ¿Acaso está dividido Cristo….. Porque la palabra de la Cruz es locura a los que se pierden, pero a los que se salvan…. Es poder de Dios y … Sabiduría de Dios…”

1ª Cor. Cap. 1.

Hace ya un tiempo estaba entrevistando al Dr. Carballosa, sobre un tema bien controvertido, la predestinación. Lo conozco muy bien desde que era una niña, y también su modo de pensar a este respecto. Y no sólo conozco todo su conocimiento sobre las Escrituras; sin también su tremendo modo de comunicar. Es tan sumamente hábil comunicando, que casi te puede llevar a su modo de pensar delante del Señor, sobre un tema en el que tú no estés de acuerdo al cien por cien . ¡Recuerdo a la perfección aquella bendita entrevista! Este precioso hombre de Dios demostró su grandeza diciendo algo que me pareció más que maravilloso:

“ Mira Beatriz, yo tengo muchos amigos esparcidos por toda la tierra, muchos hermanos que piensan en todo lo mismo que yo, otros hermanos que piensan bien distinto.. No estoy de acuerdo con ellos, pero admiro su pasión y su entrega, y los amo muchísimo. También tengo amigos que no conocen al Señor, incluso tremendamente ateos, pero también los amo, y a ellos más que a nadie, estoy obligado a compartir el mensaje de Evangelio con todo el cariño del mundo”

No sólo corroboró mi modo de pensar; sino que me bendijo inmensamente; Porque estoy convencida de que eso es lo que hay que hacer, en lugar de gritar a los cuatro vientos y confundir a las personas con aquello de…. “….Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas….” ¿Perdón?... ¡¡YO SOY DE CRISTO!! Fin de la historia, porque esto es lo único que cuenta, y los diferentes modos de pensar ante algunas cuestiones, no hacen sino confundir, dañar y trastornar el gran mensaje del Evangelio. Lo que yo quiero no es trastocar, es trastornar al mundo con ese maravilloso mensaje, algo muy diferente.

¿Recordáis la preciosa frase de Shaeffer?:

“Las cosas del Señor, hay que hacerlas a la manera del Señor”

Me encanta la deliciosa canción de Marcos Witt que os dejo a continuación, ENCIENDE UNA LUZ. Hace una buena reflexión con preciosas imágenes de un tanto por ciento muy elevado de personas en el mundo que viven sin Dios y sin esperanza, y dice cosas como… ¡Esto es lo que está pasando! ¿Qué es lo que voy a hacer yo ante tal necesidad?.... “Enciende una luz, y déjala brillar, la Luz de Jesús que brilla en todo lugar, no la puedes esconder, no te puedes callar….. Ante tal necesidad, enciende una luz en la oscuridad…”

Te invito a escuchar esta preciosa canción que hoy toca de un modo especial mi corazón, y cuando sigue sin amanecer, pero ya se puede intuir el alba, me dispongo a brillar, y a gritar al mundo.

“Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”

S. Juan 8: 32.

“Jesús le dijo, Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mi”

S. Juan 14: 6.

En este precioso amanecer, recibe el gran mensaje, escucha esta maravillosa canción y deja que te toque el alma, y recibe mi abrazo en el Señor.

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