¡Vienen a quitarnos el ‘buen tesoro del corazón’!

El libro se enfrenta con muchos enemigos. Tiene defensores, pero también detractores. Hasta en las propias iglesias cristianas se puede comprobar un creciente desapego de la Biblia. 

02 DE ABRIL DE 2017 · 07:30

,

El 23 de este mes ha sido elegido por la UNESCO para homenajear al libro y a los editores ya que coincide con el día en que dejaron este mundo algunos notables genios de la literatura (01). En adhesión al Día Mundial, este artículo es el primero de una serie de cuatro dedicada al libro, por ser un factor clave en el desarrollo de nuestra civilización.

Haciendo una pausa en el tema XXII de la serie ‘El Pensamiento Cristiano’ (02), entonces, invito al lector a leer y reflexionar conmigo sobre el rol del ‘Libro de los libros’ en nuestra formación como ciudadanos del Cielo y mayordomos de la Creación en nuestro paso por la tierra.

El homenaje secular tiene un paralelo con el que le da la casa editorial más grande del Libro, Sociedades Bíblicas Unidas, que le dedica a tal fin el segundo domingo de marzo (03).

El lema de la SBU es la frase atribuida al reformador Martín Lutero “Yo nada hice, la Palabra lo hizo todo” (04). Una frase que, al leerla, me hizo pensar en aquellos que se están ocupando en opacar el rol de la Biblia en la salvación y santificación del creyente en Jesucristo e, inclusive, en los que la atacan para que - si fuese posible - no queden rastros de ella en el planeta.

Siguiendo ese hilo pasó por mi mente el escritor norteamericano Ray Bradbury (05). De humilde cuna, Ray se ganaba la vida y pudo ir a la escuela vendiendo periódicos; hasta que descubrió que tenía el don para escribir; sin imaginar que un día no muy lejano muchos de sus libros llegarían a la pantalla gracias a la poderosa industria cinematográfica de Hollywood.

Uno de los más exitosos fue publicado en 1953 con el título Fahrenheit 451 (06). En él narra la historia de una ciudad del futuro dominada por los medios audiovisuales, en la que se acosa al individuo prohibiéndole tener libros. Como no había más incendios en esa época los bomberos eran los brazos ejecutores del Estado omnipresente para quemarlos. El autoritarismo impedía todo acceso a los libros con la excusa de velar por la felicidad de los ciudadanos; de que nadie cuestionase su conducta ni acciones y la gente rindiera más en sus labores. Al margen de esta sociedad esclavizada, un grupo de ciudadanos escapa de la ley y se recluye en los bosques. Entre ellos deciden memorizar textos enteros para preservar la cultura. Se convierten en hombres-libro; su identidad pasa a ser la del libro: su nombre es sustituido por el título de la obra y su autor.

Esta fábula moralizante ha sido considerada como una gran obra antiutópica y acaso premonitoria, pues Bradbury advierte de los peligros y las amenazas que nacen, retroalimentan y condicionan a una sociedad enteramente automatizada, olvidada de los valores tradicionales de la cultura, y próxima al exterminio atómico.

Esa sociedad anticipada seis décadas atrás por Bradbury ya llegó por medio de los cultores de la posmodernidad, y se difunde rápidamente en cientos de libros y el apoyo de los multimedios.

El zoólogo y etólogo británico Richard Dawkins (07) en su ensayo El espejismo de Dios (título original: The God Delusion, 2006) escribe de manera denigrante sobre los argumentos de las Escrituras con afirmaciones tales como “los Evangelios son ficción antigua” e históricamente inexactos. También aporta ejemplos de moral religiosa de la Biblia para ilustrar lo que él ve como “barbarismos”, término adoptado también por algunos cristianos. Con Dawkins los ateos y gnósticos tienen a un líder que ridiculiza y ataca la fe de los cristianos.

Esta corriente ideológica contagia a los que la llevan consigo a las iglesias, la incluyen en sus programas y en el púlpito; desde allí, la transmiten cándida o conscientemente en más de un sermón.

Algunos de los principales objetivos de la posmodernidad son: desnaturalizar el lenguaje, ridiculizar la gramática, atomizar la verdad para discusiones que sacan de su contexto a las partes, relativizar la revelación separando el contenido del continente; todo ello, y mucho más, a fin de construir una nueva realidad antropocéntrica.

Lo que importa - dicen sus expertos - es aquello de la verdad que cada uno pueda encontrar para llegar a la meta de la felicidad. Enseñan a impedir que las debilidades humanas se exhiban como tales en público; repiten que la clave está en no hacerle mal a nadie, que vinimos al mundo para disfrutar de todo lo maravilloso que hay en él, y que esta vida es demasiado corta para perdérsela metidos en una religión. Hay predicadores que adoptan ese mensaje como el eterno deseo de Dios. Si el pastor lo dice debe obedecerse pues es lo que manda la Biblia. Y los que van solo para escuchar se comportan como analfabetos (08).

La doctrina de hombres se difunde para seducir la voluntad, hacer sonar buena música en los oídos, agradar a los ojos y con la mano ser los primeros en clicar ‘me gusta’. Sus mentores la justifican con encuestas diseñadas para alentar la participación de los ‘beneficiarios’ y luego con ellas elaborar las estadísticas que garantizarán científicamente su credibilidad.

¿Le resulta familiar al lector algo de lo arriba sintetizado? Si aún no, le animo a que esté alerta y use de mucha cautela con todo lo que lea, vea o escuche en este tiempo (este artículo incluido).

 

Somos lo que hablamos

Mucho se ha hablado sobre el vínculo existente entre el autor y su obra. Un reciente estudio realizado por la periodista científica norteamericana Megan Scudellari, describe un sesudo análisis del que resumimos: “La ciencia ha demostrado que la corteza pre frontal de nuestro cerebro justo al frente de nuestro cráneo es donde se organiza y acciona la información, incluso memorizar, razonar y planificar. También demuestra cómo el lenguaje puede dar forma a nuestro cerebro a lo largo de nuestra vida.” (09)

Cita luego a un gran número de científicos de los cuales destaco un par. El primero advierte:

No se trata de que el lenguaje afecte solo algún alto nivel de razonamiento del cerebro” sino de que “esté cambiando nuestras representaciones perceptivas básicas” (10); el otro afirma: “El lenguaje es una cosa tan poderosa que obviamente nos hace ver a nosotros mismos de manera diferente.” (11)

Scudellari concluye diciendo “La evidencia acumulada es que las palabras que hablamos o pensamos dan forma a nuestro cerebro, percepciones y personalidad. ¿Quién sabe a qué más? Tal vez también a nuestros gustos, hábitos o valores. La puerta está abierta de par en par.” (12)

Si por el lenguaje se demuestra que somos lo que hablamos, no debería haber dificultad en aceptar que también somos lo que escribimos. Así, resulta más que una mera coincidencia que medio siglo antes, Bradbury ambientase su premonitoria novela en una sociedad tan parecida a la actual, e imaginase a las personas como libros para evitar la destrucción de la cultura.

Veinte siglos atrás Jesús declaraba a quienes deseaban oírle:

El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas. Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.” (13)

La íntima relación entre ser y hablar no fue comprendida por ‘los entendidos’ de entonces. No se daban por aludidos, ciegos de envidia por no tener el éxito del Galileo que no había sido educado como ellos. Aferrados a su legalismo suicida terciaban con Jesús sin poder entender la causa real de su problema; de allí la frase reveladora que reciben:

¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra.” (14)

En el comienzo mismo de la historia humana leemos que, hablando en plural, Dios dijo:

Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza (…) Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.” (15)

La pareja humana fue creada para llevar la imagen del Creador y ser conforme a la semejanza divina. A causa de su desobediencia tomó consciencia de sus actos y necesitó enterarse del Plan de Redención divina que le permitiera volver a gozar la relación interrumpida. Por Su sola gracia, el Creador mantuvo con sus escogidos los preciosos canales del hablar y el oír. Dios continuó hablando y escuchando a lo largo de la historia. Dios habla, nosotros hablamos; Dios escribe, nosotros escribimos. Por la palabra de Su poder Dios decidió revelar Su Plan a sus escogidos. Eligió un lenguaje comprensible para que los que la oyesen recibiesen la fe que restaura y empodera a la persona restaurada para comunicarla al resto del mundo.

 

Somos lo que escribimos

La Biblia, Sagradas Escrituras o Escritura estuvo en la mente divina aun antes de la Creación. En su consejo eterno Dios tenía previsto el camino de la obediencia como única vía para religar a la criatura con su creador. En la obediencia interna y externa se origina la escritura ordenada por el Autor a sus amanuenses; así sus escogidos llegarían a conocerle, y a su Plan Redentor.

Lo hizo así en dos oportunidades con el legislador Moisés, con los profetas Isaías y Jeremías; tres veces con el profeta Ezequiel; y una vez con el profeta Habacuc (16). A Juan, el último de los Apóstoles de Jesucristo que estaba con vida, Dios le ordenó doce veces que escribiera (17).

Dios ordenó a sus escogidos escribir así como Él mismo escribió (18). Él ya tiene un libro anterior a la Creación que se está abriendo hasta el fin de los tiempos (19).

Dios se inclina hacia el ser caído en desgracia para que sepa que hay una solución para una Humanidad que está auto consumiéndose en el pecado. Su plan para restaurar todas las cosas lo transmitió en forma tanto oral como escrita a través de la Historia a nuestros primeros padres, luego a los profetas y, por último, a Jesucristo (20).

Todos los sitios geográficos elegidos por Dios; todas las circunstancias que ocurrieron entre las tribus, pueblos y naciones fueron previstas por Dios con anticipación; y la Escritura registra Su voluntad soberana a través de todo lo que sus elegidos hablaron y escribieron en obediencia al mandato e inspiración divinos (21).

En los próximos tres artículos escritos en homenaje al libro, veremos algunas de las muchas maneras usadas por el padre de mentira para desvirtuar la naturaleza y propósito del libro que Dios nos legó. No para acusar a los falsos maestros, que de por sí ya tienen asegurada su justa recompensa (22), sino para reafirmar que el camino, y la verdad, y la vida es Jesucristo, el unigénito Hijo de Dios. No en vano levantó Lutero la Sola Escritura como estandarte, gracias a la cual el hombre y la mujer contemporáneos pueden conocer al único Salvador y Señor.

 

-------ooooooo0ooooooo-------

Notas

Ilustración: foto tomada de la película Fahrenheit 451 que se basa en una sociedad destructora de los libros.

01. William Shakespeare, Miguel de Cervantes Saavedra e Inca Garcilaso de la Vega, los tres murieron el mismo día 23 de abril de1616.

02. La serie comenzó el 01/10/2016 en homenaje a los reformadores, con ‘Jesucristo, el primer reformador’: http://protestantedigital.com/magacin/40402/Jesucristo_el_primer_reformador

03. En conmemoración al 7 de marzo de 1804, año que se fundó la primera Sociedad Bíblica Británica y Extranjera, pionera de la obra bíblica en España. Existe un movimiento para que sea declarado día mundial de la Biblia el 25 de septiembre http://protestantedigital.com/ciudades/40355/Celebran_en_Madrid_el_dia_mundial_de_la_Biblia.

04. Otras de las frases de Lutero: "Hice una alianza con Dios: que Él no me mande visiones, ni sueños, ni siquiera ángeles. Estoy satisfecho con el don de las Escrituras Sagradas, que me dan instrucción abundante y todo lo que preciso conocer tanto para esta vida cuanto para lo que ha de venir.” “Les ruego que dejen mi nombre en paz. No se llamen así mismos 'luteranos', sino ‘cristianos’. ¿Quién es Lutero?; mi doctrina no es mía. Yo no he sido crucificado por nadie... ¿Cómo, pues, me beneficia a mí, una bolsa miserable de polvo y cenizas, dar mi nombre a los hijos de Cristo?. Cesen, mis queridos amigos, de aferrarse a estos nombres de partidos y distinciones; fuera todos ellos, y dejen que nos llamemos a nosotros mismos solamente cristianos, según aquel de quien nuestra doctrina viene." The Life of Luther, página 262, por Jules Michelet (1798-1874).

05. Escritor norteamericano (1920-2012) autor de 38 libros de relatos, poesía, ciencia ficción, novelas y no ficción. Su obra dio lugar a siete adaptaciones cinematográficas, televisivas y musicales.

06. Escrita en 1953. El título alude a la escala que equivale a la temperatura de 232,8ºC en que los libros empiezan a arder. Fue escrita cuando la gente entraba en los felices años de la década de los 50 y fue llevada al cine por el famoso director francés François Truffaut.

07. Clinton Richard Dawkins (26/03/1941) es un etólogo, zoólogo, biólogo evolutivo y divulgador científico británico, nacido en Nairobi, Kenia.

08. Isaías 29:12.

09. De su artículo 'Can Language influence how you see the world?’ (¿Puede el lenguaje influenciar su manera de ver al mundo?) http://sapir.psych.wisc.edu/papers/scudellari2016.pdf (la traducción es de este autor). Ver más sobre Megan Scudellari: http://megan.scudellari.com/about.html

10. Op. Cit. 08. Gary Lupyan, doctor en Psicología en la Universidad de Wisconsin – Madison. Ver más sobre él: http://www.swarthmore.edu/psychology/gary-lupyan-phd

11. Op. Cit. 08. Nairán Ramírez Esparza, mexicana de origen, doctora en Psicología Social en la Universidad de Connecticut. Ver más sobre ella: http://socialpsych.uconn.edu/nairan-ramirez-esparza/

12. Op. Cit. 08.

13. Mateo 12:35-37.

14. Juan 8:43.

15. Génesis 1:26,27.

16. Éxodo 17:14; 34:27; Isaías 8:1; 30:8; Jeremías 36:2, 28; Ezequiel 24:2; 37:16; Habacuc 2:2.

17. Apocalipsis 1:11,19; 2:1, 8, 12, 12; 3:1, 7, 14; 14:13; 19:9; 21:5.

18. Éxodo 24:12; 31:18; 32:15,16; 34:1,4; 28; Deuteronomio 4:13; 5:22; 10:1-4.

19. Éxodo 32:32,33; Salmos 56:8; 69:8; 139:16; Apocalipsis 3:5; 5:1,2,3,4,5,7,8,9; 13:8; 17:8; 20:12,15; 21:27; 22:19.

20. Hebreos 1:1-4.

21. 2ª Timoteo 3:14-17.

22. 2ª Pedro 2:1.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Agentes de cambio - ¡Vienen a quitarnos el ‘buen tesoro del corazón’!