Mi querida Los Ángeles

Hay muchas personas en los Estados Unidos que le tienen miedo a un lugar como Los Angeles. Representa demasiada diversidad humana

26 DE MARZO DE 2017 · 19:00

,Los Ángeles

Ayer estaba en una estación del metro esperando el tren para ir al areopuerto. Noté que en la estación estaba un letrero con los derechos del pasajero en nueve idiomas, aparte del inglés.

Y mientras iba en el metro todos los anuncios se daban en inglés y español. Me dije a mí mismo: Este es mi Los Angeles.

Esta es una ciudad inmersa en la diversidad. Aunque casi la mitad de la ciudad es latina, se hablan más de 200 idiomas en la ciudad. Son representadas muchas culturas, nacionalidades y religiones. Aquí puede encontrar casi cualquier cosa que busque. Caminando por las calles en diferentes partes de la ciudad verá el impacto de las diferentes culturas.

Los Angeles es una ciudad de muchos contrastes. Es la diócesis católica más grande y más latina de los Estados Unidos. Tiene muchas mega-iglesias, pero también muchas iglesias que están vacías. Aquí está el símbolo de secularismo y los valores no cristianos, Hollywood. Pero también hay muchas comunidades muy religiosas, incluyendo a budistas, musulmanes, hindúes, judíos y sikhs.

Para mí la riqueza de esta ciudad es su diversidad. Vivir aquí es un reto porque la ciudad también representa una diversidad de valores no cristianos, desde el individualismo al materialismo y el hedonismo. Pero también es una ciudad de inmigrantes de muchos países y de otras partes de los Estados Unidos. Se mudan a la ciudad con ánimo porque creen en el futuro. Y es en medio de esa diversidad donde tenemos el privilegio de compartir el evangelio a todo tipo de persona y de ser retados a poder explicar nuestra fe ante la diversidad humana.

Hay muchas personas en los Estados Unidos que le tienen miedo a un lugar como Los Angeles. Representa demasiada diversidad humana. Algunos añoran un país con menos diversidad cultural y más presencia cristiana. Piensan que el país sólo tiene futuro, si los ciudadanos son más homogéneos.

Piensan que la esperanza del país está en tratar de retroceder a un pasado inmaginado en que la población era más blanca y más cristiana.

Se les olvida que ese país “más blanco y más cristiano” practicó la esclavitud, mató a los indígenas, le quitó tierras a muchos pueblos y justificó el racismo.

La historia de mi país no es muestra de un pasado mejor que ahora están destruyendo los inmigrantes y sus hijos, sino más bien demuestra que los Estados Unidos es un país con un pasado (y presente) de pecado y esperanza, como todos los países de nuestro mundo.

Prefiero a mi Los Angeles que el país imaginado de personas como el diputado Steve King de Iowa. Se que no es perfecto y que es el centro de muchos valores no cristianos. Pero también es un lugar donde me puedo encontrar con el mundo y compartir las buenas nuevas del evangelio.

Y aquí estamos construyendo iglesias que reflejan las diversidades del mundo con los valores del reino.

Veo más futuro para mi país en Los Angeles que en un lugar que se quiere hacer más homogéneo.

Los retos de vivir en Los Angeles son muchos, pero también las oportunidades de proclamar y vivir el evangelio construyendo iglesias que reflejen la visión de Apocalipsis 7:9-10.

Hacer la vida en Los Angeles es complejo y demanda mucho trabajo para poder convivir juntos. Entiendo porque le asusta este tipo de lugar a personas como el diputado King. Pero Los Angeles representa el futuro de la realidad humana y el lugar donde Dios nos llama a ser fieles a su llamado. Por eso doy gracias a Dios por mi querida Los Angeles.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Caminando con el pueblo - Mi querida Los Ángeles