El Cantar de los Cantares

Introducción a un estudio lingüístico-literario y una singular interpretación del Cantar de los Cantares.

14 DE ENERO DE 2017 · 22:00

,libro amor, libro corazón

El CANTAR DE LOS CANTARES, es una de las tres obras magistrales que tenemos del Rey Salomón, y constituye una verdadera joya de la literatura universal.

Según muchos eruditos, en el campo literario y poético, “ El Cantar de los Cantares es la obra más extraordinaria que jamás se haya escrito”. Su título en hebreo es “Sir Hassirim” y en los LXX “aisma aismaton”. Ambas expresiones definen esta bella y magistral obra como “EL CANTAR POR EXCELENCIA”.

Esta composición poética, de profundidad insondable y inspiración sublime, forma parte de los libros que constituyen EL CANON del Antiguo Testamento (Biblia Judía).

La Iglesia de los primeros siglos aceptó su canonicidad y lo adoptó como parte importante y trascendente de la Revelación divina. En sus ocho capítulos se encuentran escondidos tesoros de una riqueza incomparable. Se trata de una composición que eleva el alma y el espíritu a las cotas más altas de lo metafísicamente inaccesible y trascendente y que impregna de la esencia de la divinidad a todo el ser que introyecta, en los estratos más profundos de su corazón, sus contenidos.

Este libro de la Biblia ha sido motivo de estudio, para mí, desde hace más de cuarenta años. La primera vez que emprendí su análisis histórico, exegético y hermenéutico, fue en la ciudad de Valladolid donde, cursaba mis estudios de Medicina y donde conocí el Evangelio. Puedo afirmar que desde entonces, hasta el día de hoy, no he modificado la interpretación que tengo de esta obra de tanta exquisitez literaria y de profundidad insondable. El mantener la misma interpretación, que el libro me inspiró desde el principio, no ha sido lo habitual en mis estudios bíblicos, ni científicos. En mi ministerio son muchas las cosas que he modificado, fruto de las experiencias vividas y de una reflexión más profunda y enjundiosa de los textos bíblicos.

Creo que la Palabra de Dios nos exhorta a no ser rígidos, sino a transformar nuestras concepciones en la medida que el Señor nos va dando más luz. El hecho de que mi interpretación del Cantar de los Cantares siga siendo la misma no quiere decir que no haya vuelto a estudiar con mejores medios, este precioso libro, una y otra vez a lo largo de mi devenir existencial en el tiempo que el Señor me ha concedido de vida.

Hace más de treinta años en un teatro público de la ciudad de Barcelona expuse, por primera vez, una visión generalizada del Cantar de los Cantares, mediante una serie de Conferencias, con el contenido de los estudios sistemáticos que sobre el libro había realizado.

Esta exposición no pudo ser encajada en ninguna corriente interpretativa que se hubiera dado a través de casi dos mil años de Historia del Cristianismo. Por este hecho diferencial, quizá muchos estudiosos que seguían determinadas corrientes hermenéuticas, clásicas, no pudieron dar su aquiescencia a mi interpretación.

Cada vez que vuelvo a reinvestigar esta magistral obra crece mi sensación de lo lejos que estoy, aún, de comprender todo el mensaje integral que la misma contiene.

Con motivo de mis investigaciones exegéticas y lingüísticas me he acercado más a aquellos autores que a lo largo de la Historia, quizá entendieron mejor la esencia de lo que este libro quiere enseñarnos.

Llegado a este punto, por mi parte,  aún quedan muchos interrogantes pendientes. Una dificultad, no baladí, es el hecho de que esta obra está en sus originales escrita en hebreo y yo me encuentro más seguro en el griego de los LXX y del Nuevo Testamento. Por esta razón la investigación me lleva más tiempo y he tenido que recurrir a diferentes autores, de mucha solvencia, para mejorar mi exégesis y perfeccionar mi hermenéutica.

No obstante tengo que confesar que Cantar de los Cantares es de una gran riqueza, pero también de una gran dificultad para su estudio.

El apóstol Pablo tenía esto muy claro cuando escribiendo a los Corintios, decía: “El hombre natural (gr-psiquico) no puede percibir las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le son locura, y no las puede entender porque se han de discernir espiritualmente”.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Cohelet - El Cantar de los Cantares